Investigadores de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET desarrollaron un aparato inalámbrico capaz de registrar las señales eléctricas del cuerpo humano y transformarlas digitalmente en imágenes y sonidos para utilizarlas con diversos fines, desde usos médicos, científicos y de divulgación, hasta la producción de performances artísticas y de videojuegos.

Desarrollado por el Grupo de Instrumentación Biomédica, Industrial y Científica (GIBIC) del Instituto de Investigaciones en Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI), dependiente de la Facultad de Ingeniería de la UNLP y del CONICET, este pequeño pero ingenioso dispositivo portátil consta de un aparato plástico conformado por una batería y cuatro electrodos que se conectan en el cuerpo para medir las señales biopotenciales producidas en distintas zonas del organismo, al mejor estilo de un electrocardiograma, que luego serán transmitidas vía WI-FI para manifestarse digitalmente en una pantalla mediante sonidos e imágenes.

Este prototipo, bautizado como “Wimumo” por la traducción al inglés de las siglas de su nombre técnico (“Plataforma de Adquisición Multi Modal”), registra las señales eléctricas del cuerpo y las aprovecha, por ejemplo, para producir música, jugar juegos o simplemente aprender mediante la visualización de las señales eléctricas. “El poder motivador de las señales de biopotenciales en conjunto con un fácil acceso posibilita la generación de múltiples aplicaciones para docencia, performances artísticas, entretenimiento, dispositivos de asistencia a personas en situación de discapacidad y muchas otras”, explica el sitio web del proyecto de investigación.

Wimumo nació de forma artística, en 2018, cuando la doctora en Arte de la UNLP Alejandra Ceriani recurrió al equipo de la Facultad de Ingeniería con la propuesta de realizar una “exploración poética del movimiento”. Esta primera idea de Ceriani, de manifestar artísticamente los procesos corporales internos que ocurren mientras las personas se mueven o incluso permanecen inmóviles, se complementa con el interés de los ingenieros de GIBIC (dedicados a la realización de circuitos electrónicos para mejorar los instrumentos que miden las señales eléctricas del cuerpo), que hacía tiempo pensaban usar en algunos de sus equipos en aplicaciones para personas con discapacidades.

En diálogo con el Suplemento Universidad, el doctor en Ingeniería Electrónica Federico Guerrero explicó que la idea, en un principio, “era poder usarlo en un escenario, moverse libremente, hacer performances con movimiento corporal, que pudiera haber más de un performer en escena y así poder exteriorizar estas imágenes del cuerpo en música y sonido para el público”. Esta actividad artística, además de creativa e innovadora, presentaba una cuota de solidaridad notable, ya que según explicó Guerrero, “lo interesante de esto es que, por ejemplo, usado en un escenario pone en igualdad de condiciones a todo el mundo. Alguien que se puede mover bien o alguien que tiene alguna discapacidad: todos pueden usar el mismo equipo y manifestar las mismas cosas”.

Investigadores de la UNLP que desarrollaron el dispositivo.  

Para llevar a cabo una performance, los artistas, sean músicos o actores, se atan el dispositivo en el cuerpo y comienzan a moverse contrayendo distintos músculos del cuerpo. En ese momento, el dispositivo comienza a registrar las señales cardíacas y musculares y las procesa digitalmente para obtener la “actividad promedio” observada en cada señal, conocida como “envolvente”, que indica la fuerza realizada por uno o varios músculos. Ahí es cuando Wimumo “la envía a programas de generación de música o video y entonces, por ejemplo, puede usarse para subir o bajar el volumen de una nota musical. De esa manera, cuando una persona en una performance se mueve o estando inmóvil realiza esfuerzo con sus músculos, puede crear distintos sonidos”, precisan desde GIBIC.

Una herramienta terapéutica

Más allá de tener la capacidad de entretener a una audiencia, este dispositivo se puede usar en varios campos de aplicación, ya sea como método de enseñanza y divulgación científica en escuelas e institutos o, incluso, como una herramienta para complementar terapias de rehabilitación médica. Guerrero destacó la posibilidad de utilizar el dispositivo como herramienta terapéutica para que una sesión física logre ser más entretenida, convirtiéndola en un juego o, simplemente, logrando que el paciente pueda visualizar y cuantificar en una pantalla las señales producidas por su propio cuerpo. “Si yo tengo que hacer un movimiento para activar un músculo en particular, a través de un equipo como estos se puede verificar que se está haciendo bien el movimiento porque la propia persona tiene algún indicador, como música o imagen, que se lo indica”, precisó.

Actualmente, el equipo de investigación se encuentra en la fase final del proyecto. En esta etapa, que se retrasó por la pandemia de coronavirus, se están puliendo los detalles de este prototipo para perfeccionar la versión final del Wimumo, que saldría a la luz entre finales de este año y comienzos del próximo. Los docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNLP trabajan a distancia junto con alumnos del proyecto final y de prácticas supervisadas para realizar las últimas modificaciones al prototipo actual. Entre los cambios más significativos que tendrá la versión final se destaca una presentación más terminada, en la que no quede ningún elemento eléctrico visible, junto con una accesibilidad más amable, para que cualquier usuario pueda utilizar el dispositivo sin necesitar de un profesional. “Si bien siempre hay un nivel técnico que se necesita manejar para poder usarlo, nuestra aspiración sería que sea tan fácil de usar como una impresora, un chromecast o un dispositivo de consumo que una persona compra e instala en su casa sin ayuda de un ingeniero”, explicó Guerrero.