Casi ocho años tuvo que esperar Marisabel Bauer para que comience el juicio por el homicidio de su hijo, Michel Campero, en un caso de violencia institucional cometido en Granadero Baigorria. Dos policías, padre e hijo, estarán sentados en el banquillo de acusados desde el 22 de octubre, con pedidos de pena a prisión perpetua por parte de la Fiscalía y la querella del Centro de Asistencia Judicial (CAJ). Marisabel asegura que la búsqueda de justicia por el crimen de su hijo, cometido en enero de 2014, es lo que la mantiene con vida. "Cada aniversario, cada cumpleaños, cada fin de año; cada flor que le pongo a mi hijo en el cementerio, es una agonía para mí", asegura.

El juicio se desarrollará entre el 22 y el 29 de octubre, un mes que también le duele a la mujer porque le recuerda el cumpleaños de su otro hijo, Josué, que perdió la vida en un siniestro vial con una moto, en 2009. "Todos me dicen que tengo que ser fuerte, pero cuando yo me paré, después de la muerte de Josué, me levanté únicamente para vivir por Michel. La casa que le hice para él, que diseñamos juntos, hace siete años y ocho meses que no tiene vida. Todo me lleva a mi hijo. Solo pido justicia por él", expresó.

El homicidio ocurrió el 6 de enero de 2014, cuando Omar Jesús Dal Lago llegó a su casa de Granadero Baigorria vestido de civil en una moto. El relato policial indicó que dos personas, en otro rodado, lo abordaron y le robaron la moto. Dal Lago padre, que entonces era jefe de la Brigada de Orden Urbano en Rosario, salió junto con su hijo en un auto particular e iniciaron una persecución, mientras estaban franco de servicio. Michel recibió un primer disparo. Hizo unos metros, perdió el control de la moto, chocó con un colectivo y quedó en el suelo. Entonces recibió otro. Tras ello, los policías intentaron instalar la versión de un intercambio de balas. 

La causa corresponde al anterior sistema procesal penal, por lo que pasó por varios juzgados y fiscalías. Ahora quedó en manos del fiscal de Violencia Institucional, Gonzalo Fernández Bussy, quien llevará a ambos acusados a juicio por el delito de "homicidio calificado por ser cometido abusando de su cargo y función como miembro de la fuerza policial y por uso de arma de fuego".

El año pasado, tanto la Fiscalía como los abogados querellantes Ricardo Lamas y Valentín Hereñú, del CAJ, pidieron pena de prisión perpetua para ambos involucrados -uno retirado y el otro en disponibilidad-, que llegarán al debate en libertad. Pero no fue fácil llegar a este momento: imputaciones, sobreseimientos, revisiones en la cámara penal, un procesamiento por "exceso en la legítima defensa" y una desvinculación, fue lo que tuvo que pelear para revertir la madre de Michel, que caminó tanto los pasillos del tribunal de calle Balcarce, en el anterior sistema penal, como los del Centro de Justicia Penal, en el nuevo sistema acusatorio. Con el acompañamiento e insistencia de los querellantes, el caso llegó a la Corte provincial, en 2019, donde se apuntó a que "la gravedad de los hechos impone la prosecución de la causa hasta la etapa de debate respecto a ambos" acusados.

"Son muchos años, mucho dolor. Octubre -mes del juicio- es doloroso por Josué y porque también es el aniversario de la muerte de mi mamá. Quizás ellos me quieren ayudar desde arriba, porque es un mes muy difícil, que siempre me cuesta", dijo Marisabel mientras se prepara para las audiencias. "Me siento capacitada para reclamar por lo que le pasó a mi hijo, contar su vida, sus sueños, sus proyectos, porque a los tres días del homicidio, a Michel lo llamaron para que se presente a trabajar" en una empresa de colectivos de larga distancia, donde tenían su currículum. "Tan solo me sigo preguntando por qué cuando le dieron el tiro en el muslo no lo detuvieron. Necesito que haya justicia; que Michel descanse en paz".