Tras una semana de juicio oral, Fiscalía pidió 16 años y medio de prisión para Hernán Gutiérrez, de 43 años, por una seguidilla de hechos de violencia de género que condicionaron y provocaron graves daños en su esposa y sus hijes. Los fiscales Luciana Vallarella y Matías Ocariz le imputaron lesiones, amenazas, resistencia y privación de libertad. Este jueves, el tribunal que integran Patricia Bilotta, Hernán Postma y Héctor Núñez Cartelle dará a conocer el veredicto.

En su alegato, Vallarella indicó que cuando comenzó la relación la víctima tenía 16 años y él, 25. Juntos tuvieron 6 hijes. La violencia comenzó en 2018. El 28 de diciembre de ese año "discutieron porque él pensaba que ella estaba con otro hombre", indicó la fiscal. Gutiérrez llevó a la familia a una casa de Rosario, aunque vivían en Villa Gobernador Gálvez. Los retuvo hasta el 2 de enero de 2019. "A ella y a su bebé, en una habitación; y a los otros hijos, en otra. No les daba de comer, no los dejaba salir, golpeaba y mantenía desnuda a N.. Quería que ella asumiera que lo había engañado y amenazaba con matarla". Apenas pudieron, escaparon con lo puesto, y ella fue a hacer la denuncia.

Cuando salió de la seccional, fue a la casa de una hermana, pero él la encontró. Dos días después, le pidió el celular, la amenazó, golpeó y se llevó a la hija mayor. Ella temía que cumpliera su promesa de hacerle daño. Aunque después de eso estuvo unos días preso, prometió estar bien, pero fue peor.

La noche del 9 de abril de 2019, la víctima "soportó el último hecho, cuando otra vez por celos, Gutiérrez les pedía a todos que buscaran el celular" con el que decía que ella se escribía con alguien, "sino los iba a matar". Además de atarla de pies y manos en la cama, la golpeó con un fierro y con sus puños. Ella estaba en las últimas semanas de un séptimo embarazo por el que él no le permitió hacerse controles. Sus hijes dormían, pero él decidió despertarlos para exigir el celular. Incuso, "llevó su moto a la puerta de la habitación, vació nafta en una botella de plástico y les decía que los iba a prender fuego".

Cuando pudo escapar de esa situación, la mujer fue a la casa de una conocida, quien días después la acompañó a hacer la denuncia, por lo que comenzó un proceso de acompañamiento que llevó al juicio oral contra el acusado.