La publicación está basada especialmente en un Seminario dictado por la psicoanalista Graciela Giraldi, miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana Sección Rosario y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, con la colaboración de Manuel Ramírez y de Maricel Gazagne en 2018 en esta ciudad. Tuvimos la posibilidad de presenciar la presentación de este libro en un acto por zoom organizado por la Biblioteca de la Sección Rosario de la EOL.

Ya el título deja ver la posición de los autores de dejarse enseñar por la experiencia clínica, que es propiamente una posición psicoanalítica. La adjetivación de los casos como “raros”, no está fundamentada en lo infrecuente, o en lo bizarro, sino en relación a la norma, a lo que es normal; a la “norma-macho”, si tomamos en cuenta el equívoco que hace jugar Jacques Lacan en francés: “Norma male”. Es decir, aquello que está ordenado, normalizado, a partir del padre y del falo. Son casos que testimonian de un rechazo del símbolo, en una época donde cada vez más se presenta en devaluación. Este rechazo tiene consecuencias, que no son ni buenas ni malas, y recién podemos hablar de “caso” cuando alguien llega a la consulta por algún padecimiento.

Este libro intenta dar cuenta con mucha claridad, de los desplazamientos operados en la enseñanza de Lacan, que puso en valor el descubrimiento freudiano y que aporta los instrumentos necesarios para el tratamiento de los pacientes en este nuevo siglo.

De una clínica estructural, discontinuista, ordenada desde lo simbólico y distribuida entre neurosis, psicosis y perversiones, pasa a un abordaje continuista, que toma en cuenta el modo de anudamiento de sus 3 registros: Real, Simbólico e Imaginario.

De la sintomatología neurótica, como centro de operaciones en Freud, pasamos a las psicosis como modo de investigar y elaborar teóricamente el funcionamiento del psiquismo del ser hablante.

En los años 90, J-A Miller retoma esa orientación a partir de un nuevo sintagma: las Psicosis ordinarias, que se ubican al lado de las Psicosis extraordinarias, desencadenadas, tratadas tradicionalmente por la psiquiatría. Más que un nuevo diagnóstico, se trata de un proyecto novedoso para abordar los padecimientos y su tratamiento.

En la última enseñanza, Lacan ha afirmado que todo el mundo es loco, que todo el mundo delira. Pero este punto de vista no tiene por finalidad atenuar las diferencias entre los modos de delirio sino descentrar como punto de reflexión la idea de que la norma sería mantenerse en el nivel de la realidad. Lo normal es que el lenguaje sirva para referirse a lo que es. Para el ser hablante la referencia está perdida, y es eso lo que orienta al discurso psicoanalítico. La verdad no deja de tener su lugar, pero tiene estructura de ficción.

Esta publicación que hoy celebramos establece muy claramente esta orientación, que nos da la chance de estar a la altura de la subjetividad de nuestra época.

 

* Miembro de la EOL y de la AMP.