Desde Santiago

Aunque casi nadie lo dice abiertamente, el destino de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en Chile parecen estar más cerca del fin que de alguna reforma cosmética para adaptarse a las demandas ciudadanas que las pusieron en el centro del Estallido Social iniciado en octubre de 2019 y que se ha traducido en tres retiros —cada uno con un tope del 10 por ciento— del dinero ahorrado para la vejez. Esta semana, con la aprobación en Diputados el martes pasado de un cuarto retiro, que ahora pasó al Senado, se ha reabierto un debate que cruza la campaña presidencial chilena.

Este sistema previsional, instaurado en 1981 en plena dictadura de Pinochet, obliga a los trabajadores a depositar el 10 por ciento de su sueldos a las administradoras, que los hacen en elegir entre cinco fondos (siendo el “A” el más riesgoso y el “E” el más conservador). No sólo cobran comisión, sino que también invierten dentro de Chile y en el extranjero, obteniendo ganancias que no se traspasan al trabajador. Al contrario, son estos últimos quienes asumen las pérdidas. No es casual que hasta el día de hoy se salven de este esquema carabineros y fuerzas armadas.

El candidato de Piñera reconoce haber retirado el 10 por ciento

El candidato oficialista Sebastián Sichel, quien cuenta con el respaldo del propio Sebastián Piñera quien predijo que será “un gran presidente”. En julio,en sintonía con Piñera, Sichel se declaró en contra del cuarto retiro anticipado y advirtió: “Voy a estar mirando quienes apoyan para cuando después pidan apoyos de vuelta en las campañas".

Ese tono amenazante, molestó transversalmente a la alianza oficialista de Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y Evópoli y ha ido moderándose sobre todo porque Sichel no ha logrado superar en las encuestas a Gabriel Boric, candidato del conglomerado Apruebo Dignidad—integrado por el Partido C y el Frente Amplio, quien apoya el retiro.

Pero hay algo más, el hombre de derecha, que se presenta como alguien alejado de la política tradicional y de un pasado supuestamente humilde, ha sido acusado abiertamente de haber retirado su 10 por ciento, lo cual le hacostado el respaldo de varios diputados de su sector.

Sichel, en su estilo camaleónico, en un principio dijo que esto era una trampa. “No voy a caer en ese debate moral, porque creo que esa es incoherencia del sistema, mientras algunos salen a dar explicaciones, yo creo que al revés, creo que las explicaciones las deben dar quienes están aprobando el cuarto retiro”. Hasta que finalmente hoy afirmó en twitter que efectivamente sacó ese dinero pero que lo invirtió en una cuenta de Ahorro Previsional Voluntario (APV), perteneciente al mismo sistema de AFP. Además, emplazó sobre todo a Boric a responder si también ha retirado sus fondos. 

Lo delirante es que lo reconoce cuando hasta su propia vocera Katherine Martorell, exsubsecretaria de Prevención del Delito, o los ministros Rodrigo Cerda de Hacienda y Carolina Schmidt de Medio Ambiente, han dicho, en un ataque de sinceridad, que han sacado porcentajes del dinero correspondiente a sus pensiones.

 “La verdad, es que si se aprueba el cuarto retiro, cosa que espero que no pase, quiero discutir en serio por qué no retiramos el 100 por ciento de nuestros ahorros para guardarlos lejos de los burócratas y la política y administrarlo en cuentas separadas para nuestra pensión futura”, subió la apuesta Sichel 

Las AFP, nerviosas

Este caos ha repercutido profundamente en las AFP, que han debido adaptarse desde el primer retiro en julio de 2020. Si bien sus voceros comenzaron diciendo que era algo que perjudicaría la economía, llevando a Chile hacia un abismo abierto con el Estallido Social y la pandemia, actualmente las AFP han invertido en una mejor presencia en las redes sociales, enviando correos sobre las bondades de no retirar los fondos y adoptando un estilo de supuesta cercanía a las necesidades de sus afiliados.

Pero por dentro hay nerviosismo, muchas horas extra y caras largas ante una transformación de proporciones del viejo sistema de pensiones. Así, por ejemplo la AFP Provida, la más grande del país, ha llamando a reuniones de urgencia y presenciales con un mes de anticipación en agosto pasado. Aunque la razón esgrimida era que los trabajadores pudieran “verse las caras”, quizá haya un factor más pragmático y tendría que ver con que lidera la fuga de afiliados en pandemia y que su propietario, los estadounidenses de MetLife, estarían empezando a inquietarse con tanto retiro, cosa que posiblemente ocurre también con otras administradoras como Habitat o Plan Vital pertenecientes a Prudential Financial (EE.UU.) y Assicurazioni Generali (Italia).

El mediático empresario Juan Sutil, presidente de la Confederación de Producción y el Comercio, señaló en su acostumbrado tono apocalíptico que aprobar este retiro —que se tramita la próxima semana en la cámara alta— “significa quebrar las reglas del juego para las inversiones, para el emprendimiento, para el desarrollo y especialmente para el cumplimiento de las obligaciones que tiene Chile con los inversionistas extranjeros”.

De hecho, el dólar acaba de superar los 800 pesos chilenos, llegando a su mayor valor desde octubre de 2020, siendo una de las razones la incertidumbre ante el cuarto retiro y el futuro de las AFP. Una situación que contrasta con el desconfinamiento, la primavera y el fin del toque de queda que rápidamente va normalizando la vida en las grandes ciudades de Chile, aunque con la mascarilla y el alcohol gel.