La detención de Luis Enrique Rebilla fue confirmada ayer por el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, Gonzalo Vega, que detalló que la aprehensión del principal sospechoso por el femicidio de Nélida Susana Zerpa se concretó en inmediaciones de la plaza de Villa Güemes de la ciudad del norte salteño. 

Vega precisó que la audiencia de imputación se concretará mañana. Rebilla, que hasta hace poco mantenía una relación con la víctima se convirtió en el principal sospechoso del homicidio de Zerpa porque por sus amigas se supo que era celoso y controlador y eso había motivado la ruptura, por decisión de la mujer. 

Ayer, mientras la Fiscalía difundía una fotografía del sospechoso y requería la colaboración de la comunidad para dar con su paradero, en las redes sociales comenzó a circular también un flyer reclamando justicia para Zerpa.

Sus amigas relataron que Zerpa les había contado que la relación se había terminado porque ella decidió no soportar sus celos. "Yo ya soy una mujer grande, no quiero zonceras", recordó su amiga Elba Pérez que les dijo.

El cuerpo de Zerpa, de 65 años, fue encontrado la mañana del viernes último en el baño de la respostería que tenía en el centro tartagalense. Tenía heridas cortantes en el cuello, el local comercial estaba ordenado y parecía no faltar nada, incluso la cerradura no había sido violentada, y en la misma escena del crimen se encontró el cuchillo usado para matarla. 

Por sus amigas se supo que estaba vinculada a Rebilla, un hombre de entre 55 y 60 años que estaba en libertad condicional, en la última etapa del cumplimiento de una sentencia por un agresión a otra persona.  

Nacida en la provincia de Jujuy,  Zerpa se había radicado en Tartagal, donde enviudó hace unos diez años. Era reconocida como una persona "muy sociable", muy querida en su entorno de amistades y su muerte causó consternación en la ciudad norteña. 

"Era muy amiguera ella. Le gustaba juntarnos", la describió Pérez recordando que el último encuentro de amigas jubiladas, superando las distancias impuestas por la pandemia, se hizo el último sábado de septiembre. "Ella no tenía una amiga, tenía muchas", señaló. En esa reunión les contó que se había separado de Rebilla, porque era muy celoso y posesivo. 

"La queríamos mucho", se emocionó Pérez; dijo que su muerte sorprendió a sus amigas y amigos, sobre todo porque "nadie merece una muerte así".

Un grupo de mujeres se manifestó en las puertas del negocio de Zerpa exigiendo la detención del sospechoso y expresando su enojo por la continuidad de hechos de violencia machista que en la provincia ya se cobraron la vida de once mujeres solo en este año. 

Ayer el fiscal informó que, ya cumplidos los pasos previstos en los protocolos sanitarios vigentes, la autopsia al cuerpo de Zerpa se estaba realizando en el Servicio de Tanatología Forense del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) de Orán y que una vez que esta práctica concluya se entregará el cuerpo a sus familiares.