El presidente Evo Morales afirmó ayer que Chile quiere “destrozar” a la economía de Bolivia “inundándonos con contrabando”. Morales dijo que Chile pone en práctica ante su país no sólo “una agresión política, diplomática, democrática”, sino también económica, y consideró que “no es casual que con una invasión”, en 1879, se haya quedado con la salida al mar, cuestión que se discute ahora en el Tribunal de La Haya. “Inundándonos con contrabando quieren destrozar nuestra economía”, advirtió Morales, citado por el diario paceño La Razón.

Las relaciones bilaterales se tensaron nuevamente por la reciente negativa chilena a otorgar visa a los presidentes del Legislativo boliviano, que querían visitar a los siete aduaneros y dos militares detenidos en el norte de Chile por un incidente fronterizo. Morales considera que esa decisión de Chile “es una agresión a la democracia, no solamente la boliviana”, sino “a la democracia de toda América y de todo el planeta: es una agresión a la diplomacia y a la política”.

En ese marco el gobierno de Bolivia justificó ayer su decisión de trasladar una fuerza militar de élite a la frontera con Chile, al considerar que en el lugar hay “zonas rojas” donde el contrabando creó un problema de seguridad nacional. “Hay zonas rojas donde la fuerzas de la aduana, policiales y de los militares no pueden entrar”, dijo hoy el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, en una entrevista a la estatal Radio Patria Nueva.

Según Ferreira, los incidentes en el límite provocados por los lugareños son violentos porque las turbas rodean a los agentes e incluso hubo un caso en el que 20 personas rociaron con gasolina a un aduanero y le intentaron prender fuego, aunque huyó. Además, los contrabandistas contratan maquinaria para abrir caminos, poner trancas, usan drones para la vigilancia y teléfonos satelitales, por lo que el gobierno boliviano decidió enviar a la zona refuerzos “con capacidad operativa y disciplina”.

La fuerza de élite destinada originalmente a la frontera era de medio centenar de agentes, pero ahora solo 15 uniformados apoyan la lucha contra el comercio ilegal de mercancías con patrullas móviles, armas de reglamento y material de disuasión lacrimógeno, lo que no se puede “considerar una amenaza”, como aduce Chile, ya que no hay “artillería, blindados ni armas medianas siquiera”.