Ya en las últimas jornadas del juicio oral, Gonzalo Isaac Farfán, imputado junto a Silvio Rodríguez en la segunda causa acumulada contra Lautaro Teruel, por abuso sexual en perjuicio de una joven, cuando ella tenía 19 años, pidió hablar ante el Tribunal para asegurar que es inocente. 

El fiscal Sergio Federico Obeid atribuyó la calidad de coautores a Teruel, Rodríguez y Farfán del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas. La imputación se originó en la denuncia de una joven que relató que durante el verano de 2014 fue abusada sexualmente por Teruel, en el domicilio del acusado.

“Soy inocente. No participé de ningún abuso. No permitiría que nadie lo haga”, manifestó Farfán. Dijo que la denuncia “es injusta” para los tres y aseguró que el abuso “no ocurrió”.

La denunciante señaló que en enero o febrero de 2014, luego de haber estado en una fiesta a la que la invitaron los imputados, fueron a la casa de Teruel, a seguir tomando y charlando. Ella estaba conociendo y tenía interés en Rodríguez, con quien estuvo de acuerdo en mantener relaciones sexuales, para lo que se encerraron en una habitación. Pero señaló que mientras estaban en eso, entró Teruel y la violó. Después dijo que entró Farfán “desnudo”, por lo que sintió que se estaban “turnando”. Según el relato de la joven, ella le gritó a Farfán que se fuera, y este se retiró.

Ayer Farfán relató que conoció a esta joven en 2012 y se hicieron amigxs porque tenían cosas en común relacionadas a lo artístico. Dijo que la admiraba por su trabajo como fotógrafa y la consideraba como “una hermana menor”. Contó que solían salir a correr juntos y que él siempre la acompañaba hasta su casa porque vivían en un barrio que no era muy seguro.

Para Farfán, la joven recuerda mal lo sucedido aquella noche. “Cuenta cosas que no sucedieron y omite otras que sí”, sostuvo. Negó haber entrado desnudo a la habitación donde la joven fue con Rodríguez. “A esa habitación me dirigí dos veces, la primera era para buscarlo a Lautaro para que me pida un remis”, aseguró. Agregó que la segunda vez fue para ofrecerle a la joven que se fueron juntxs porque vivían cerca.

A diferencia de la denunciante, que aseguró que en el trayecto no se dirigieron la palabra, el imputado relató que mientras iban en el remis hablaron acerca de ir a la pileta, a la casa de Teruel horas más tarde, e incluso recordó que ahí estuvieron “de nuevo todos juntos”. Además, sostuvo que siguió saliendo a correr y compartiendo actividades con la joven “hasta que ella se fue a Buenos Aires”.

Farfán añadió que cuando la joven estaba ya viviendo en Buenos Aires, la contactó para pedirle ayuda porque debía realizar un guión audiovisual para un video, y ella quedó en enviarle un email con información, aunque no lo hizo.

En diciembre de 2018 la denunciante hizo una publicación en facebook en la que relató que sufrió un abuso sexual y en ese contexto lo nombró. “Me enojé muchísimo”, sostuvo Farfán y dijo que trató de hablar con ella. Detalló que como consecuencia de la publicación a él lo desvincularon de la banda de música que integraba y además perdió dos proyectos laborales relacionados a su profesión ya que es psicopedagogo y su trabajo está vinculado con niñxs.

Farfán mencionó que se hicieron marchas feministas con fotos de su cara y la leyenda de violador que se pegaron en la catedral. “Mi familia estaba destruida. Mi novia también (…) Yo entré en un estado depresivo (…) No sabía cómo controlar la situación”, expresó.

Ademas, dijo que recibió maltratos de la Policía cuando estuvo detenido en la Alcaidía. Señaló que no consume bebidas alcohólicas desde 2017 y hace dos años dejó de consumir marihuana, condición que le impusieron para que pudiera acceder a la prisión domiciliaria con tobillera electrónica. Aclaró que sus consumos eran recreativos y no problemáticos y que no tuvo comportamientos "desinhibidos" bajo los efectos de estas sustancias.

También se refirió a las problemáticas de violencia familiar que vivió desde su infancia de parte del padre que violentaba a su madre, lo cual surgió en los informes de pericias psicológicas, psiquiátricas y sociales que le hicieron. “Yo no podría permitir que una mujer sea tratada como mi mamá”, afirmó.

Farfán pidió que se haga justicia, destacó que ha perdido 3 años de su vida por esta causa y se ha manchado su nombre y reputación. Además, su abogado, Marcos Gorriti, le pidió que explique algunas expresiones en los audios de las conversaciones que intercambió con Teruel y Rodríguez. El acusado contó que sus amigos decían que la joven le había dado un beso en una fiesta, antes del abuso denunciado, y explicó que les pedía que no dijeron eso porque él no recordaba que hubiera pasado.

Audios reveladores

Ayer, a instancias del fiscal, se expusieron mensajes de audio que intercambiaron los acusados, sobre todo entre Teruel y Farfán. Ahí se escucha que el primero atribuía el relato de abuso sexual de la denunciante a un "error de percepción". 

También queda claro que los imputados estuvieron en permanente diálogo desde que una amiga en común les contó que la joven había relatado que vivió un abuso sexual. Allí se escuchó que pretendían hablar con ella para escuchar "su versión" y particularmente entre Farfán y Teruel había un permanente diálogo en el que acordaban qué decir y, según destacaba el primero, "qué no decir".

En las conversaciones se evidencia primero el temor al escrache en redes sociales y luego, a la denuncia penal. Cuando la denunciante hizo público su relato, Teruel refirió que se estaba asesorando con un "amigo" y hablaba de armar una "estrategia legal en caso de que pase algo". Luego hubo intercambios de audios entre Farfán y Teruel que dan cuenta de que ambos van a asesorarse con distintos abogados.

En uno de los mensajes, Farfán le manifestaba a Teruel que aunque percibían de modo distinto lo sucedido aquella noche, la situación había generado dolor en la joven. "Ese dolor tiene nuestras caras (...) Pienso que es necesario hablar con ella (...) No podemos dejar de ser humanos ante esto". Incluso decía que aportaría sus datos si ella iba a hacer una denuncia.

También se escuchó un audio en el que Teruel le cuenta a Farfán que se había reunido con la víctima de la primera causa. Según quedó evidenciado en el juicio por otros audios de Teruel grabados por esta chica, éste acudió primero a su abuela y luego a ella, que era aún adolescente, para pedirle perdón por los abusos cometidos contra su integridad sexual cuando era niña. "Hablé con ella, está re mil linda (...). Me dijo que sí se acordaba (de los abusos), que sí sabía de lo que estaba hablando", le cuenta Teruel a Farfán en esos intercambios.

La audiencia se reanudará el jueves, día en el que se escucharán los alegatos y para el viernes se espera que se dicte la sentencia.