1 Newell's: Pocrnjic (5); Escobar (4), Domínguez (3), Moiraghi (3), Paz (5); Amoroso (4), Sills (4), Quignon (4), Formica (6); Maxi Rodríguez (4), Scocco (5). DT: Diego Osella.

3 Central: Rodríguez (6); Ferrari (5), Leguizamón (5), Pinola (6), Menosse (5); Camacho (6), Musto (8), Carrizo (7); Colman (8); Teo Gutiérrez (9), Ruben (7). DT: Paolo Montero.

Goles: PT: 8m Carrizo (C) y 30m Ruben (C). ST: 43m Formica (N) y 45m Herrera (C).

Cambios: PT: 43m Mansilla por Quignon (N). ST: 17m Herrera por Ruben (C) y Figueroa por Sills (N), 28m Fértoli por Paz (N) y Lovera por Carrizo (C), 41m Martínez por Teo Gutiérrez (C).

Arbitro: Federico Beligoy.

Cancha: Coloso del Parque.

Expulsado: ST: 39m Leguizamón (C).

 

Central hizo en el Coloso del Parque un partido genial y logró un triunfo total sobre Newell's. De todos los modos que se puede analizar un encuentro de fútbol, en cada aspecto del juego, en cada respuesta ante lo imprevisto, en todo eso se impuso el canaya. Central goleó en el parque Independencia guiado por un rendimiento colectivo sobresaliente, quizá con Teo Gutiérrez siendo el mejor lector del juego en toda la tarde, pero con el resto haciendo aportes relevantes, desde la omnipresencia de Musto en el mediocampo, al vértigo intermitente de Carrizo y la interpretación lúcida de Colman. Fue así como el equipo hizo dos goles en la primera media hora, borró en cancha al rival, y la tarde entregó suspenso de dos minutos, en el final, desde el descuento de Formica al tanto de Herrera.

Hasta los ocho minutos, parecía que Newell's se había parado mejor en cancha, posicionado en campo rival. Empezó distraído Central y Formica logró un disparo al arco que desvió Rodríguez después de recorrer 30 metros libre de marca.

 

Sebastián Granata
Ruben celebra el gol de cabeza ante la resignación leprosa.

 

El clásico buscaba todavía que los equipos acomoden piezas pero tendrá una sorpresa que definirá el rumbo del partido. Central no estaba presionando y encontró una oportunidad en una serie de errores leprosos. Moiraghi salió jugando con pase vertical a Quignon, quien estaba de espaldas al campo de juego. Quizo girar sin advertir que atrás estaba Carrizo, el volante canaya robó y tocó, Camacho tiró un taco con rebote que le quedó Carrizo frente al arco y anotó con zurdazo bien cruzado. Central se puso en ventaja en su primer avance, tras pelota perdida en la salida por Newell's. La Lepra se quedó sin confianza y mostró desequilibrio táctico, pasando del campo rival al propio sin ofrecer marcas en el mediocampo.

En ese escenario, Central soltó un juego de pases entre volantes que bien saben qué hacer con la pelota. Porque Carrizo cuando gambeteó descargó siempre a un compañero sin marcas, mientras Formica cuando lo hizo encontró en el pase la pelota perdida, más aún si el balón pasaba por Amoroso.

En ese duelo táctico, no había batalla. Central se imponía con natural claridad. Y llegó otra torpeza del fondo leproso: Colman recibió al pie a la salida de un tiro de esquina, muy libre, levantó la cabeza y lanzó un centro estupendo, con rosca hacia el arco y bien bajo pero minimizar la injerencia del arquero. Pero en el fondo de Newell's nadie pegó el grito para salir, el equipo se tiró un metros más atrás y saltó Ruben, en el área chica, para cabecear ante la mirada de todos los rojinegros.

 

Central soltó un juego de pases entre volantes que bien saben qué hacer con la pelota. Newell's nunca pudo hacer eso.

 

Dos goles en 30 minutos, lapidario para un Newell's que nunca había dado señales en el campeonato de superar adversidades. Si a Newell's le hacen goles, su estructura se derrumba. Y las esperanzas se fueron cuando Quignon pidió el cambio y Osella puso en cancha a Mansilla. El técnico leproso hizo su elección ya con miedo a la goleada.

Por eso cuando pasaron los minutos y el pánico al papelón se disipó, Osella pensará en Figueroa y Fértoli y sacó a Mansilla. Eso fue en el segundo tiempo, con el partido planteado en los términos que eligió Central: posesión de pelota como método de defensa.

La precaución de Central era evitar un descuento de Newell's que resucitaría a un equipo de pies vencido. En eso Teo Gutiérrez fue el mejor. Jugó para sus compañeros, apareció en cualquier lugar de la cancha, tomó mucho la pelota y nunca la perdió. Central atacó siempre por el lateral izquierdo, donde Escobar y Domínguez en los cierres eran una tentación.

A excepción de Formica, lo de Newell's fue tan errático que ni siquiera logró comprometer a Menosse, quien empezó muy nervioso. Es que Newell's no atacó. Tiró pelotazos sin pensar, ideal para que Menosse pase desapercibido.

Central no se esforzó mucho por buscar el tercero. Su prioridad era evitar contragolpes de Newell's. Lo logró. Pero se dio un susto cuando Formica descontó a segundos del final, minutos después de la expulsión de Leguizamón por patada a Scocco. En ese instante donde en el Coloso hubo ilusión, Herrera le ganó la espaldas a Moiraghi en un pelotazo de Ferrari y anotó el tercero con definición cruzada. El Coloso enfureció y el partido acabó por agresión a uno de los líneas, mientras en el medio del campo un puñado de auriazules saltaban y gritaban con la boca llena de triunfo.