Más de siete años después del crimen de Michel Campero, dos policías -padre e hijo- comenzaron a ser juzgados con pedidos de pena de prisión perpetua por parte de la Fiscalía y la querella del Centro de Asistencia Judicial (CAJ). Ambos llegaron a la instancia de juicio en libertad. El hecho ocurrió en Granadero Baigorria, tras el robo de la moto a uno de los agentes. Para el fiscal Gonzalo Fernández Bussy, ambos acusados salieron "en busca de justicia por mano propia", y aseguró que "nunca existió" un enfrentamiento. Marisabel Bauer, la madre del chico que tenía 18 años, habló de su "necesidad de justicia" y preguntó: "¿Por qué ese ensañamiento?".

En los alegatos frente al tribunal integrado por Rafael Coria, Hebe Marcogliese y Florentino Malaponte, los acusadores detallaron que la noche del 6 de enero de 2014, Omar Jesús al Lago volvía a su casa junto a su familia en una moto cuando se acercó una moto con dos personas -Campero iba atrás- y le roban la moto "exhibiendo lo que parecía un arma", dijo el fiscal. "Demostraremos que Dal Lago fue hasta su casa, le avisó a su padre, Omar Guillermo Dal Lago, lo que había pasado, buscaron sus armas reglamentarias y empuñándolas subieron a un auto en busca de justicia por mano propia", dijo. Los querellantes agregaron que ambos policías -el padre era en ese entonces jefe de la brigada de Orden Urbano- estaban de franco. 

"Esa búsqueda se convirtió en persecución. Las dos motos se separaron y padre e hijo se centraron en la moto que conducía Campero. Lo siguieron 900 metros disparándole al cuerpo para que se detuviera. Luego de ser alcanzado por algunos de esos disparos, Michel rozó un colectivo y cayó en el lugar.  Allí se encontró una réplica de arma que era un encendedor", aclaró el fiscal. 

Michel fue alcanzado por dos disparos y falleció después en el Hospital Eva Perón. "La defensa intentará convencerlos que el accionar de los imputados fue justificado. Que actuaron para repeler un enfrentamiento, pero eso nunca existió", dijo antes de pedir perpetua. 

Los querellantes Ricardo Lamas y Valentín Hereñú alegaron: "Estamos aquí para juzgar una serie de decisiones: la decisión de buscar, de perseguir, de usar las armas reglamentarias, de disparar, la decisión de matar". También adelantaron que la defensa "intentará desviar la atención y poner el foco en las conductas previas de Michel. Para eso, principalmente utilizará una pistola que apareció en un charco de barro, en el lugar donde las motos se separaron. Esta versión es la que predominó desde el inicio de la investigación hasta 2019, cuando la Corte hizo lugar a la queja de esta parte, revocó el sobreseimiento de Dal Lago hijo y ordenó que el caso se resolviera en juicio". También pidieron al tribunal que "tenga una mirada en sintonía con el Sistema Internacional de Derechos Humanos que regula el uso de la fuerza letal para los organismos de seguridad".

Marisabel fue la primera testigo. Además de hacer un repaso por su vida, los trabajos y capacitaciones que hizo y las pérdidas que la marcaron -el papá de Michel murió cuando él tenía 45 días; y su hijo mayor, Josué, tuvo un accidente en moto cuando Michel tenía 13 años-, habló de los sueños y proyectos de Michel, como "ser padre" y "poner un merendero". La mujer recordó que esa noche, cuando Michel no volvía a su casa, sintió que algo le podría haber pasado y empezaron a buscarlo sin suerte. Al día siguiente se enteró del fallecimiento. 

Si bien Marisabel recordó que su hijo había estado detenido por un presunto robo calificado, aclaró que era "imposible que él lo hiciera porque ese día estuvimos en Capitán Bermúdez". A los cinco meses, "salió libre porque no había pruebas. Le dieron falta de mérito", dijo.  

Sobre el final agregó: "¿Dónde hubo un enfrentamiento? ¿Dónde Michel disparó un tiro? Si robó una moto, la vida de Michel no valía una moto. Tenía tan solo 18 años. ¿Por qué teniendo el poder de detenerlo cuando tenía el disparo en el muslo, no lo hicieron? ¿Por qué ese ensañamiento de matar a mi hijo?".