En los sonidos hay tantas pistas como misterios. Esa premisa guía la serie de podcasts Nadie es inocente, que desde hoy aparecerán en la plataforma audiovisual estatal Cont.ar y que narrarán distintos cuentos policiales de autores argentinos contemporáneos. Además, cada narración irá acompañada por una entrevista al autor del relato original. Los seis episodios se estrenarán en tandas de dos entregas semanales (cada viernes) e incluyen “La virgen de la tosquera”, de Mariana Enríquez, “El sátiro de la bicicleta”, de Horacio Convertini, “El cazador de ratas”, de Kike Ferrari, “El alma va a venir”, de Melina Torres, “El loco de la Panamericana”, de Osvaldo Aguirre, y “La respiración cavernaria”, de Samanta Schweblin.

La serie fue coproducida por Los Andes Cine y la misma plataforma, en un trabajo conjunto con la Biblioteca Nacional. Laura Bruno, productora e ideóloga del ciclo, cuenta que el proyecto es fruto de los comienzos de la pandemia. “Siempre me gustó leer cuentos y novelas negras, policiales, pero en ese momento leía y leía, todo el tiempo, y cuando salía a caminar, escuchaba podcasts norteamericanos, españoles, de otras partes del mundo, mayormente eran de investigación y documentales, pero también alguna ficción”.

Y una vez que la idea anidó, no la soltó. “Ahí empecé a pensar en cómo armar el equipo para hacerla, a quién podía entusiasmar”, cuenta y dice que “se sumaron las ganas” de muchas personas que querían probar el formato podcaster. Además de su compañero de equipo, Martín Oesterheld, Bruno convocó al guionista Ricardo Romero para las adaptaciones, a Ana Piterbarg como directora y confió en el Estudio Pomeranec (Adrián Rodríguez y Gustavo Pomeranec) para el diseño sonoro y la música original. La voz en off, un recurso que el universo audiovisual casi no utiliza, pero que es fundamental en este formato, heredero de los viejos radioteatros, corrió por cuenta de Ricardo “Patán” Ragendorfer. Para las voces de los personajes hay una selección de figuras como Cristina Banegas, Pilar Gamboa, el Puma Goity o Sofía Gala Castiglione, entre otros.

Finalmente, la propuesta que estrenará Cont.ar incluye relatos en audio de alrededor de media hora y un “extra” con una entrevista de diez minutos al escritor original de la historia. “La idea es difundir toda esta literatura contemporánea, bien de esta época, no tan tradicional o detectivesca”, cuenta la productora. Además de su carácter bien actual, Bruno cuenta que el criterio para elegir los relatos fue que pudieran adaptarse desde lo sonoro, “además de que nos gustara y tuviera los elementos para mantener al oyente atrapado”.

Ana Piterbarg, directora de Nadie es inocente cuenta que lo primero que se plantearon junto a la productora del ciclo fue quién ocuparía el lugar del narrador. “Ahí apareció Patán, por el tono de los textos que teníamos para trabajar”, explica. “Él también nos daba la posibilidad de entrevistar a los autores y nos parecía que su background sumaba mucho, además de su voz tan particular”, agrega. Ricardo Ragendorfer es un periodista boliviano radicado hace décadas en la Argentina y se especializa, justamente, en temas policiales, con los que publicó no sólo innumerables artículos, sino también diez libros. “A partir de los cuentos seleccionados con Romero, el guionista, empezamos a soñar el resto del elenco”.

Sobre su trabajo, Piterbarg considera que “fue un trabajo a mitad de camino entre el cine y la literatura”. Y cuenta que “imaginaba el mundo sonoro como una película, lo más certeramente posible”. Además del trabajo con los actores, fue clave el diálogo con los productores de sonido para ver “cuál era la información sonora que tenía que instalar el clima y poder narrar, los sonidos encesarios para construir el relato”. Lo importante, evalúa, es que además de la palabra, el sonido también evoque un ambiente que ofrezca al oyente elementos para que su imaginación fructifique. “Por otro lado, lo literario también venía muy de la mano del narrador, porque en el cine muchas veces no contamos con una presencia que reflexione o haga aportes desde una mirada más macro”.

El desafío de Nadie es inocente, dice, pasó por “estimular el imaginario asociado a la lectura, o la escucha en este caso” y combinarlo con “el código ya incorporado de lo cinematográfico”.

El resultado es sumamente interesante. El radioteatro es un formato infrecuente hoy, pero que se adapta perfectamente a la era del podcast y que coincide con el aumento de la industria del audiolibro en todo el mundo, a medida que las posibilidades técnicas facilitan su difusión. Estas historias pensadas para inquietar recuerdan al lector, ahora devenido oyente, que nadie, pero nadie es inocente.