El ministro de Economía, Martín Guzmán, permaneció en Roma mientras el resto de la comitiva oficial viajó a Escocia a la cumbre de Cambio Climático. No porque siguiera la actividad del encuentro de Presidente del G20, sino por una reunión técnica importante de cara a las negociaciones por la deuda: el funcionario charló largo con Julie Kozak, directiva adjunta del Departamento para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI). En la mesa estuvo, además, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. 

Según confiaron fuentes oficiales, luego del encuentro que mantuvieron el sábado el Presidente Alberto Fernández y la Directora Gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva, el titular del Palacio de Hacienda se reunió con Kozack "con el objetivo de seguir avanzando en las negociaciones para un nuevo programa con el organismo que reemplace el fallido Stand By que acordó la administración de Juntos por el Cambio". Las reuniones, que se desarrollaron durante el transcurso del día, contaron con la participación virtual de otros integrantes de los equipos técnicos, tanto de Argentina como del Fondo. Asimismo, estuvieron de forma virtual el jefe de la misión para la Argentina, Luis Cubeddu, y el director por el Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos.

Este encuentro se dio en el marco de una negociación para llegar a un acuerdo de deuda que el Gobierno encara por diferentes vías. La política, abonada en la gira europea, y la más técnica. En este último grupo se encuadra, además el pago de 388 millones de dólares en intereses que el Gobierno argentino pagó este lunes. Se hizo a través de los DEG, la moneda de asistencia del FMI. Así las cosas, de aquí a fines de año sólo queda un vencimiento grande en diciembre, 1100 millones de capital. A este pago, si la plaza cambiaria se estabiliza, se lo encarará también con DEG. 

Por otra parte, la vía política contempla la recolección de apoyos europeos y de los Estados Unidos, la silla más caliente en el organismo de crédito internacional. En el Gobierno aseguran que fue un paso adelante traerse de la mini gira por Italia y Escocia el apoyo del G20 a la discusión de las sobretasas, un nivel de intereses que de no pagarlos, favorecerían de forma notable un acuerdo por la deuda argentina. 

En este contexto, los encuentros técnicos son un carreteo para lo que se especula llegará el año próximo: según diferentes fuentes, la idea de ambas partes es llegar a una especie de memorando de entendimiento en el mes de enero del 2022, para luego darle rúbrica definitiva al convenio con el FMI en febrero de ese año. Si Argentina no lograr negociar en esos plazos, en marzo caería en cesación de pagos. 

Lo que el Gobierno busca en el último tramo de las negociaciones es un acuerdo sin condicionalidades para el plan económico local ni afectaciones a cuestiones sociales. Por allí viene la demora en cerrar el pacto. Fue propio presidente Alberto Fernández quien lo expuso en su charla ante presidentes del G20 en Roma, donde manifestó que es imposible que Argentina cumpla con el pago de 19 mil millones de dólares que debería cubrir en 2022 si no hay acuerdo. Así y todo, en el Ejecutivo ven cercano un acuerdo y recuerdan que el Presupuesto 2022 no incluye ninguna erogación en materia de pago de deuda.