Paso a paso, la temporada de regresos artísticos avanza sobre la ciudad que se ilusiona a medida que recupera sus grandes eventos. El miércoles comienza la sexta edición del Festival Konex de Música Clásica, que este año dedicará su programa a la obra de Piotr Illich Tchaikovsky y los rusos de su época, entre la nostalgia europea de Rachmaninov, el patriotismo eslavo de Modest Mussorgky, Alexander Borodin y Nicolai Rimsky-Korsakov y el modernismo de Sergei Prokofiev, Dimitri Shostakovich e Igor Stravinsky. Hasta el domingo, en la gran sala de Sarmiento 3131, adecuada recientemente con ventilación mecánica como indican los protocolos sanitarios, se ofrecerán conciertos y ballet con artistas destacados, según la tradición de un encuentro que desde su primera edición se preocupa por abrir el espectro de la “la música clásica” a nuevos públicos. En este sentido, en la amplia programación se destaca se destaca el segmento para niños, este año con Anda Calabaza, que sábado y domingo a las 11 presentará “En busca del Sr. D (una historia de Cascanueces)”. Las entradas se pueden adquirir en https://festivalkonex.org/.

“Tchaikovsky es el músico ruso más famoso en el mundo”, asegura Carlos Vieu, director de la Orquesta Sinfónica de Festival, con la que interpretará las sinfonías nº 4 y 5, además de conciertos para piano y violín, con Antonio Formaro y Xavier Inchausti como solistas. “Aunque murió a los 53 años, Tchaikovsky dejó una obra extensa y hoy se lo considera el músico más destacado del patrimonio ruso. extensa y hoy se lo considera el músico más destacado del patrimonio ruso. Compuso para todos los géneros, música de cámara, sinfonía, ópera y ballet, y aunque su formación se dio dentro de los cánones occidentales, mantuvo lazos entrañables con el patrimonio musical de su tierra y los compositores nacionalistas rusos. Fue admirado, patrocinado y honrado con enormes distinciones, aunque tuvo que ocultar su homosexualidad en una sociedad conservadora”, continua el director. “Su lirismo y su capacidad para sublimar sentimientos profundos, ya sean dolorosos, esperanzadores o amorosos, son extraordinarios. Su vida y su obra se tocan en muchos puntos y se podrían resumir en su expresividad poderosa, asociada a una fuerza orquestal y calidad melódica sin igual”.

El primer concierto de la serie, miércoles a las 20, tendrá como protagonista a Escalandrum. El sexteto liderado por “Pipi” Piazzolla adaptará al propio estilo obras de Tchaikovsky y otros compositores rusos, con los arreglos de Nicolás Guerschberg. El jueves, la Camerata Bariloche, en esta ocasión dirigida por Elías Gurevich, agregará a la figura central del festival obras de Rachmaninov y Rimsky-Korsakov. La programación de viernes y sábado anuncia obras sinfónicas de Tchaikovsky a cargo de la Orquesta del Festival dirigida por Vieu. El viernes, Antonio Formaro interpretará el Concierto para piano y orquesta nº 1 Op.23, en un programa que se completará con la Sinfonía nº 4 Op.36. El sábado, Xavier Inchausti será el solista en el Concierto para violín y orquesta Op.35, antes del cierre con la Sinfonía nº 5 Op.64. Inchausti dice que tocó por primera vez este concierto en 2005. “A lo largo de estos años, lo seguí estudiando e interpretando con distintos directores y orquestas, y eso me dio la oportunidad de apreciar su profundidad musical que siempre propone nuevas aristas. Como las grandes obras, exige un compromiso técnico y temperamental absoluto por parte de los músicos”, agrega.

El domingo, a las 18, se pondrá en escena uno de los lados más encantadores de la música de Tchaikovsky, en una gala de ballet con momentos de El lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces. Entre los primeros bailarines estarán Carla Vincelli y Edgardo Trabalón, del Teatro Colón; Elizabeth Antúnez, Miguel Klug, Romina Panelo y Emanuel Gómez., del Argentino de La Plata; Yanina Toneatto, del Ballet Metropolitano de Buenos Aires y como invitado Ricardo Ale, exbailarín del Colón. Las coreografías son de Mario Galizzi, conocedor profundo de este repertorio, que no duda en destacar la vigencia de la música para ballet de Tchaikovsky. “Las temáticas vienen de cuentos y leyendas populares y eso no pierde vigor. Si bien son obras de corte netamente clásico y representan la estilización más pura del ballet académico, no dejan de lado el folklore o las danzas de carácter”, asegura el coreógrafo, que trabajará a partir de las coreografías tradicionales de Marius Petipa y Lev Ivánov. “Uno nunca pierde de vista el respeto que merecen estos clásicos. Un repositor debe ser muy cuidadoso para no desvirtuar el sentido de la obra y la profundidad coreográfica a la que llegaron tipos como Petipa e Ivánov. Puede haber arreglos personales pero nunca apartados de la idea original, y esto hace la perdurabilidad de la obra”, explica Galizzi.