Detrás de cada una de las contribuciones, hay una historia. Mes a mes, queremos darle espacio a las voces más activas de la comunidad de Página/12. En esta entrega entrevistamos a Be, soci@ desde mayo de 2018.

Mini bio:

Nací, estudié y trabajé en Córdoba hasta los veintitrés años, cuando pude cumplir el deseo de vivir sola en Capital. Tuve momentos de realización y otros de falta de rumbo. 
Fui sionista socialista en los ´70 sin entender que un Seminario de Líderes se hiciera en Miami y no en Cuba.
En la Facultad de Psicología UNC me tocó la vanguardia de pensar el Psicoanálisis en oposición a su versión oficial. Se trataba de emparentar el pensamiento de Marx con el de Freud, todo un desafío. La lectura de ambos nos permitió construir una forma de ver el mundo, que agradezco. Recibida de Psicóloga, continué mi formación en Psicoanálisis acá, hacia fines de los ´70 y primeros años de los ´80 con lúcidos maestros. 
Trabajé con mucho ahínco en consultorio, tarea docente, participación mediática con columnas en diario, radio y televisión. Lo sigo haciendo, aunque en mucha menor escala. En este último tiempo mi desafío es dedicarme a escribir con más continuidad: relatos, ficción, escenas para dramatizar, superando –de esto se trata-, vicios de profesión. Nunca pertenecí a alguna de las múltiples asociaciones psi que se fueron creando, pero siempre tuve activa participación desde afuera.

De regreso a Córdoba unos años después, pude armar un Ciclo que llamé El Psicoanálisis en el Siglo, Conferencias y Debates para todo público, con entrada libre y el auspicio de la Alianza Francesa. Los temas apuntaban siempre a la vida cotidiana: La Rutina, La Queja, Cambios de época, una larga lista. Agregamos en el transcurso una Extensión cultural y la publicación de siete números de una revista que llevó el mismo nombre durante los primeros cinco años y cambió luego a Sigmund. Hablar más allá de las capillas con lenguaje accesible para todos, supone un desafío creativo, que me apasiona. 

Siempre pensé que brindar herramientas para pensar algo diferente, dentro del campo de conocimientos de cada uno, puede ayudar a manejarnos mejor en la vida privada y en el trato con los demás.

Al volver a Buenos Aires hace unos quince años, armé otro Ciclo, al que llamé Conversaciones. Puedo decir contenta que esta orientación de tratar temas de la vida cotidiana con público general, es una construcción personal. En mi caso, una búsqueda permanente de Otra mirada, lo cual me atrajo mucho de Página/12. 
Agradecida por las oportunidades que me dio mi ciudad natal, siento que Buenos Aires es mi lugar en el mundo. Ya jubilados, nos encanta disfrutar de todo lo que tiene para dar. Claro que una vida bastante nómade deja amigos y conocidos en el camino y de grandes no es fácil hacer otros nuevos, pero que los hay, los hay. Es también una de las expectativas hacia Página.

Mi historia con el diario: 

Encuentro en el diario un periodismo más objetivo y creíble, en medio de la basura mediática que promociona hechos y figuras, reducida a favores y negocios. Lo que más leo del diario son los artículos de Sociedad, Mundo, Ciencia, Cultura y Espectáculos. Valoro la información no enlatada, con comentarios inteligentes, firmados por sus autores.

Mis lecturas favoritas de Página/12:

Me gustan especialmente las notas de Mario Wainfeld, Alfredo Zaiat, Mempo, Jorge Alemán, Nora Veiras, Sandra Russo con quien me identifico, al igual que con Esther Díaz, de quien admiro valentía y desparpajo. 
Una de mis distracciones favoritas son las tapas. Cada día cuando me conecto –sigo la edición digital, espero con entusiasmo que me sorprendan. Suelen ser geniales. Me encanta la chispa no convencional.

Qué iniciativas propondría para el futuro del diario y de la comunidad de soci@s:

Preguntarnos por ejemplo a quiénes queremos como lectores y cómo captarlos, para que se animen otros y no solo los de siempre.

¿Quizás incluir algo más con humor? Celebro como socia nuevas actividades en proceso de realización y la pertenencia que nos ofrece Página en esta época de orfandad intelectual -entre otras pérdidas, como medio de expresión genuina, contactos y lazos.