En medio del escándalo de corrupción que puso a Michel Temer al borde del impeachment, la bolsa de Brasil se desplomó más de un 8 por ciento al cierre de la rueda, recuperándose de una apertura con caídas de hasta 10,7 por ciento, la más grande desde la crisis financiera de 2008. 

La dramática baja del índice Ibovespa, que incluye a las 70 principales empresas brasileñas, obligó a cancelar las operaciones por el lapso de una hora y solo quedaron habilitadas las ventas automáticas, lo que ayudó a recuperar algunos puntos. 

En paralelo a la caída de la bolsa, el dólar subió a su cotización más alta en semanas en relación con el real brasileño, que se hundió un 6,2 por ciento, quedándose en 3,32 por dólar. La caída del valor del real fue sostenida por el Banco Central, que salió a vender 2 mil millones de la moneda estadounidense provenientes de swaps cambiarios. 

Las empresas que más sufrieron el día negro de los mercados fueron el banco Itaú y el grupo petrolero semiestatal Petrobras, cuyas acciones cayeron un 20 por ciento.  

Los mercados vieron con buenos ojos la llegada de Temer a la presidencia tras el golpe a Dilma Rousseff  por su política liberal. Jaqueado ahora por los escándalos de corrupción, empiezan a darle la espalda. Muestra de eso fue la rápida reacción de la calificadora internacional J.P Morgan que ubicó el índice de riesgo país de Brasil en 295 puntos básicos, con un salto del 14,3 por ciento.