A los goleadores siempre se los recuerda. Tienen esa cualidad, algo perversa, de pinchar la emoción del hincha por su oficio. En fútbol, las emociones tienen muchos matices. Y en Central nadie lo sabe mejor que Marco Ruben. Porque es goleador. Pero el más talentoso de todo Arroyito. Por su calidad en la definición y por su furia goleadora. Ayer se transformó en el máximo anotador de la historia del club. Hizo dos goles y llegó a la marca de 99 gritos. No le alcanzó al equipo para superar al campeón River, aunque el resultado quedó en anécdota. Es que el público dejó el Gigante al grito de “Marco, Marcooo”, felices de ser testigos de un jugador único.

Ojeda hizo una gran labor en el mediocampo.

Los números dicen que como Ruben no hay nadie en Arroyito. Es verdad. Lo que omiten las estadísticas son las cualidades, el talento, la gracia en su juego, que llevaron al nueve en 17 años de profesión a ser el goleador con más goles con la auriazul. Todos los goles dan felicidad. Pero los de Ruben tienen ese no sé qué que contagia sonrisas que perduran algo más en el rostro del hincha. La primera de ellas, ayer, explotó en un gol impactante. Vecchio tiró un caño por la izquierda, casi sobre el fondo de la cancha, y le dio un pase al nueve que resolvió con definición de taco. En segundos, Ruben quedó tapado por una cascada de abrazos para felicitarlo por alcanzar la cifra de máximo goleador, junto a Waldino Aguirre.

Con Vecchio apropiándose del partido, Ojeda ganando la compulsa en el medio y Ruben en estado de gracia, Central llevó a River a una incómoda posición. El campeón, sorprendido, dependía de alguna genialidad de Álvarez, que la tuvo en jugada con zurdazo apenas desviado. Armani, entre tanto, le ganó un mano a mano a Vecchio.

Ruben y Vecchio, el saludo tras una combinación espectacular y el primer gol canaya.

En la segunda parte Central mantuvo su ambición. Lo desafío a River en el juego con la pelota y se imponía. Más aún cuando otra vez Ruben hizo levantar a todo el Gigante: centro de Blanco y cabezazo en el primer palo. La ventaja era de dos goles y Ruben pasó a ser el máximo goleador de la historia de los canayas.

La celebración estaba servida. Pero el campeón se enojó, tomó el mantel por las puntas e hizo saltar todo por el aire. Álvarez tocó de primera hacia atrás y Palavecino sacó un derechazo cruzado que dejó sin respuestas a Romero. Central no era superado. El problema fue Palavecino. Porque a los pocos minutos tuvo otro remate cruzado de afuera del área que superó a Romero a pesar de su esfuerzo. El empate fue injusto. Pero al goleador la alegría nadie se la arrebató: “Acabo de conseguir lo más grande que me pudo pasar en mi vida futbolista”, declaró, emocionado, el hombre que es historia y presente en Arroyito.

2 Central

Romero

Martínez

Ávila

Almada

Blanco

Lo Celso

Ojeda

Infantino

Vecchio

Marinelli

Ruben

DT: Cristian González

2 River

Armani

Rojas

Díaz

Martínez

Casco

Zuculini

Fernández

Simón

Palavecino

Álvarez

Romero

DT: Marcelo Gallardo

Goles: PT: 28m Ruben (C). ST: 12m Ruben (C) y 22m y 29m Palavecino (R).

Cambios: ST: Desde el inicio Carrascal por Romero (R), 14m Girotti por Simón (R), 24m Covea por Marinelli (C), 37m Tanlongo por Lo Celso (C), 42m Paradela por Casco y Galván por Fernández (R).

Árbitro: Pablo Echavarría

Cancha: Central

Expulsado: ST: 32m Ojeda (C).