"Estoy re contento. Es el primero y es una sensación nueva”, cuenta Paco Amoroso refiriéndose a Saeta, el álbum que sacó este 25 de noviembre. "Hacer un disco solista es como llevar vos el carro. De cuánto hagas vos solo depende cuán bueno vaya a quedar. Es un poco como hacerse adulto."

Paco es consciente de que lo que está viviendo es casi una fantasía, un privilegio al que pocos pueden aspirar. Lanzó su primer disco solista sabiendo que el país -y afuera también- lo va a escuchar; teniendo todos los ojos sobre él, un público consolidado que lo espera, y habiendo podido elegir trabajar con quien quiso. Por ejemplo, porque se le ocurrió y le dijeron todes que sí, desde un feat con uno de sus mejores amigos de siempre, Tío la Bomba, hasta otros con Adrián Dárgelos, Lara91k y El Doctor.

Sacar un primer álbum en un contexto así puede marear, también, y Paco quería estar a la altura. Afortunadamente, con Saeta le hace honor a esa fascinación. Para eso pasó por mucha frustración, dudas, etapas de bloqueo, y decidió que en estas canciones iba a honrar lo que lo conmovía, aunque no tuviera que ver con lo que se esperaba de él. Bancó lo que tuvo que bancar, y sacó un disco muy personal, con un sonido novedoso, donde en varios momentos se pone sensible y deja al rapero en segundo plano para sacar a relucir su veta más cantautora. Eso sí, siempre divertido y fiestero.

Hacer un disco era un gran deseo y también una presión enorme. "Hay gente que de chiquita sabe que va a cantar y que se va a dedicar a esto. Yo no, yo empecé a cantar de orto porque me quebré la mano. Al principio subía al escenario y se hacía "el loquito", pero eso a la gente le gustó. Y de repente, empezar a preocuparme tanto por la música yo solo, querer hacer algo que esté bueno y que suene re bien me asesinó la cabeza por un tiempo", se sincera. "Este disco fue una responsabilidad enorme para mí durante un montón de tiempo: ahora lo estoy disfrutando."

► Pandemia y confusión

Paco, nacido Ulises Guerriero, es un chico de La Boca que tocaba la batería y rapeaba con conocidos cuando uno de sus mejores amigos, Ca7riel, lo invitó a subirse al escenario con él hace tres años. El resto es historia: del chiste al estrellato en un pestañeo. Si eso tomó por sorpresa al público, a él mucho más.

Así aprendió a lidiar con la ansiedad del lanzamiento a los golpes, y a la inversa que la mayoría de los artistas: los primeros temas que lanzó en su vida tuvieron casi instantáneamente una recepción masiva. Y tuvo que aprender a ser artista mientras lo hacía. "Empezamos así y sentía que cada vez la recepción era menor", cuenta el cantante. "Sentía que cada vez tenía menos impacto y menos gente mirándolo, y durante mucho tiempo me deprimí pensando que mi apogeo había sido lo primero que hice. ¿Qué pasa si lo que estoy haciendo ahora le chupa un huevo a todos? Ahora por suerte se me pasó y ya no me importa nada", cuenta. 

"Hacer música me trajo las mayores satisfacciones y también las mayores frustraciones en mi vida", dice Paco, que está muy orgulloso de Saeta, y a una semana de su lanzamiento el público lo acompaña. Él cree mucho en la inspiración, y luego del boom le costó mucho encontrarla. "La pandemia fue lo menos inspirador del mundo para hacer música: lo noté en general. Fue jodido."

Saeta es hijo, casi en su totalidad, de 2021. La génesis del disco fue en Bariloche, cuando el productor Polsick le mandó una carpeta con beats. Eligió uno y aparecieron los primeros versos de Imán, último tema del disco. Y luego lo freezó por varios meses. Es un tema que, por su mood melancólico, casi queda fuera: le parecía que no tenía mucho que ver con el álbum tan fiestero que Saeta terminó siendo.

► Un delirio responsable

Paco se despachó con un disco de canciones pop cluberas donde, si bien hay (grandes) momentos de rap y trap, lo distintivo es el house, el neodisco y el funk. Un álbum que tanto lírica como sónicamente es más complejo de lo que parece, está lleno de detalles y sorpresas y se vuelve más pegadizo y adictivo a cada escucha.

Las letras son en su mayoría crónicas de la noche, de la subida y también del bajón, de romance que no siempre pisa sobre suelo firme, que se pone frívolo y profundo con escasos versos de diferencia, sobre bases muy finas donde la producción es a veces hasta más protagonista que la voz. La música de Paco le encanta a lxs adolescentes, pero hay un guiño millenial en su sonido, que remite a un rapero que se empezó a ir de fiesta allá por los tardíos dosmiles, en los años de Daft Punk y Justice.

--El beat es en general funky y arriba, pero la tristeza está muy presente en Saeta.

--Antes decía que nunca iba a hacer canciones hablando de cosas tristes, que odiaba a la gente que escribía sobre cosas tristes. Y terminé haciéndolo, obvio, jaja. Saeta habla de las relaciones humanas, de su creación y su destrucción. Para que eso no sea tan bajón intenté darle una vuelta para que tenga diversión y frescura, pero en el fondo se trata de la parte mala de los vínculos. Las cosas que hoy no resolví. Y para mi eso es un alivio porque es una reparación con uno mismo, poder exteriorizar, cerrar una herida y que hacerlo no sea un bajón.

Es un disco coming of age en todo sentido. Y un viaje cohesivo al punto de que parece un álbum conceptual: una gira eterna por la noche con diferentes paradas y escenas, con estados de ánimo cambiantes que pueden ser inducidos por las sustancias, por lo que le está pasando al lado o por lo que sucede en la cabeza del compositor.

Paco Amoroso creció mucho, y este disco lo confirma. No solamente como cantante y compositor sino como laburante. Eso lo tiene contento y orgulloso. "Antes tal vez sacaba un tema en un día sí o sí. Ahora tal vez puedo estar dos meses para cerrar una partecita. Eso está bueno porque no te frustra tanto, entendés que es un oficio que hay que ir ejercitando e implica ese tipo de responsabilidades."

Con esas responsabilidades viene la de cuidarse un poco: no trasnochar, llevar una vida un poco más disciplinada; al menos mientras esté presentándose en vivo. "La profesora de canto me dijo que no puedo fumar porro antes de tocar", se ríe Paco. Y él por supuesto que le hace caso.

► Llamando a El Doctor

Habiéndose hecho conocido por sus ad libs pícaros y sus barras medio graciosas, a veces somnolientas y rabiosamente rítmicas, hoy está cantando mucho más. "Estoy full cantante" dice. "Desde que arrancó la pandemia fue darme cuenta de que existían las melodías, cosa que antes había pasado por alto: 'Ah, si toco este acorde puedo cantar esto, y de un acorde lindo va a salir una melodía'", se ríe y se autoparodia.

Evidentemente, la elección del lenguaje musical tiene que ver con la inspiración detrás de la canción. "Hay cosas que me ceban y son más gedes y son más para rapear que para cantar. Cuando me preguntan si salí de joda... y, un poco sí... y los temas de la joda son esos, los más gedes, no hay melodía posible. O un rap, o unas barras, o un pedacito de voz loopeado." Paco puede decir que hace poco más de un año que se considera cantante, y le encanta. "Todo el disco pasa por esa búsqueda: la inquietud por cantar".

Pero en Saeta también hay algunos de sus mejores momentos como MC, como el tema con El Doctor, Cerebro. El tema más malicioso del disco, donde el contrapunto entre las personalidades de ambos lo es todo. Un tema de raperos de palos bien diferentes jugando con la autoconsciencia y plantándose bien en la imagen que se tiene de ellos, respondiéndose el uno al otro como si se tratara de un hit de los '90.

Paco tranquilo y cansado, un poco sucio, tirando "Mi cerebro está vacío, a las 6 ya no quiero más" sobre un beat UK garage enfermizo y bien bolichero. Y cuando El Doctor tira sus inolvidables barras tipo "Ahora estoy de joda con los cheto', los famoso'/ Tengo sponsor de marca' y restaurante' costoso'/ Ahora me voy de party con Paco Amoroso/ Pero no me olvido que vengo del pozo" o, mejor, "Estoy perdido en las putas sexies/ Fumo paco puro en pipa, no tomo éxtasis" se siente como un crossover muy natural y completamente irresistible entre nuestra cumbia villera y el legendario grime londinense. Paco es muy fan de El Doctor: "Estoy feliz. Ese tema tiene todo lo que esperás que el diga, y más también", se divierte.

► El feat increíble

Se nota que si bien es el disco de Paco Amoroso, el espíritu colaborativo es parte de su identidad como artista. Y eso lo confirman los cuatro feats del disco, que son contundentes y están entre las mejores canciones del álbum, de por sí bastante parejo. Los cuatro están teñidos del brillo particular de las personalidades que lo acompañan y del juego generado entre ambxs. Los cuatro aportaron su lírica, y se siente al escuchar que nadie fue invitade porque sí. "En ese sentido, fue todo real. Están quienes yo quería que estén, y tampoco le pregunté a nadie más: así que es hermoso", se regocija.

Uno de los que más llamó la atención al revelarse la lista del álbum es Switch, segundo tema, featuring Adrián Dárgelos. "Tengo un feat con Dárgelos. Increíble eso", cuenta el artista, feliz. Cuando salió Switch, había un hueco y Paco sintió que necesitaba a Adrián ahí. "Ahí empezó el operativo para seducirlo y que me diga que sí", cuenta.

El proceso fueron muchas llamadas telefónicas, algunos desencuentros espaciotemporales y un amague de cancelación, ya que Adrián estaba muy ocupado trabajando en el próximo disco de Babasónicos. Pero luego de pensarlo un mes, Paco resolvió que no había reemplazo posible: "Si no es él, no quiero a nadie", dijo. Ahora se ríe recordándolo. Así que lo esperó, hasta que se juntaron a grabar, se tomaron unos vasos de whisky y la pasaron muy bien. "Lo amo", dice Paco.

El beat de Switch es de Percii y es de los temas que más rápido y de un tirón salieron del disco. "De esos momentos mágicos, un primer encuentro con un productor que podés intentarlo y no te va a salir." Por su parte, la estrofa de Dárgelos es tan Dárgelos que emociona: hoy, Paco Amoroso puede decir que tiene a Adrián Dárgelos diciendo sobre una base neodisco "Me asusta el tacto blando de una piedra/ Me siento un niño meado en la hierba" en una canción suya.

► La amiga, el amigo y todxs lxs demás

Entre otras sorpresas, el disco solista de Paco Amoroso trae Ángel de la noche, que inicialmente iba a ser un interludio y acabó siendo una de las canciones más experimentales y ravers de un disco con varios hits. Con su amiga  Lara91k armaron Aire, un tema bailable y romántico con reminiscencias a Kaytranada y ese soul moderno mezclado con rap que fue tan popular a mediados de la década pasada. Feat candidato a ser uno de los hits de Saeta.

Mientras que Chinga Sport, con Tío la Bomba, ya lo es: este segundo adelanto del álbum sorprendió con un beat originalísimo entre el trap, la bachata y el dub, y un Paco Amoroso en modo R&B sensual en contraste con el flow frío y grave del Tío, que en el documento se llama Felipe Brandy y que si bien es de los que rapean con Paco desde el principio constituye una revelación, ya que Chinga Sport es su primer tema disponible en plataformas de alta rotación.

Diciembre será mes de presentaciones, y la idea es que los shows sean una fiesta: Córdoba el 7 y CABA el 10. Con luz, puesta, toda la parafernalia, y Paco cantando solo. Va a ser la primera vez que se enfrente a un público de esta manera. Le genera bastante ansiedad pero de la buena; no le da miedo, está manija: "Parte de esta nueva búsqueda de lo melódico y de cantar es ver qué pasa si estoy solo ahí, cómo me la banco".

Volver a ensayar y preparar shows luego de una pandemia completa sin hacerlo le devolvió una vitalidad que tenía adormecida. "¿Sabés hace cuanto que no estaba en una sala con gente haciendo música? Hoy se profesionalizó todo y estoy mejor yo. Me siento muy completo."