Todo comenzó en la mañana del lunes, cuando un nene de dos años llegó muerto al hospital Dr. Horacio Heller en Neuquén capital. Quien lo llevó a la guardia fue su padrastro. El hombre quedó detenido tras comprobarse que el bebé tenía varios golpes en el cuerpo.

En horas de la noche se conoció el resultado de la autopsia que practicó el Cuerpo Médico Forense. Se confirmó que el niño falleció por diversos traumatismos y que tenía lesiones compatibles con un delito contra la integridad sexual. Es decir, que fue abusado.

Ante esto los vecinos del barrio 7 de Mayo descargaron su enojo e incendiaron la casa principal y único sospechoso. Si bien la policía se encontraba en el lugar, no pudo contener la horda de gente indignada con lo ocurrido. En cuestión de minutos, el hogar quedó hecho a cenizas.

El hecho recuerda al crimen de Lucio Dupuy, el menor de cinco años abusado sexualmente y presuntamente asesinado a golpes por su madre y su pareja en La Pampa.

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