En el marco del festejo por el Día de los Derechos Humanos y de la Restauración de la Democracia en la Argentina, este viernes hablaron en la Plaza de Mayo ante una multitud el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, la vicepresidenta de nuestro país, Cristina Fernández de Kirchner, y el presidente Alberto Fernández. La participación de Lula, uno de los líderes más importantes de la región, ocurrió en un escenario en el que crecen las expectativas por su triunfo en las próximas elecciones presidenciales en el vecino país y, por lo tanto, retornan las posibilidades de reconstruir un bloque progresista en la región.

La Plaza fue una fiesta. Allí estuvimos celebrando los 38 años de democracia ininterrumpida tras dejar atrás, en 1983, la más cruenta y demencial dictadura cívico militar.

La democracia es el punto de partida imprescindible. Sin ella sólo existe la violencia y la arbitrariedad de los sectores más poderosos de la sociedad. Pero ésta no puede restringirse sólo a un conjunto de reglas para elegir candidatos y a la administración de la cosa pública. A partir de su vigencia, debe venir todo lo demás: la justicia social, la inclusión de las mayorías, la ampliación de derechos, el crecimiento económico con distribución, el aumento del trabajo registrado y de calidad, entre otras cuestiones. La democracia plena es aquella en donde no hay desocupados, ni pobres, ni excluidos del sistema. Por eso, cuando hablamos de profundizar la democracia nos estamos refiriendo a la búsqueda constante de transformar la sociedad en beneficio de las mayorías. No solo celebramos lo mucho que hemos logrado. Además, asumimos el gran desafío de emprender todo lo que aún falta. Ese es el compromiso: llevar a la práctica un proyecto de país para todos y todas.

Hace unos días se conoció el informe mundial del Laboratorio Mundial de Desigualdad que dirigen Thomas Piketty, Lucas Chancel, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman. Lo que ellos destacan es que el mundo atravesó la pandemia volviéndose mucho más inequitativo. En una nota aparecida en el diario El País de España, titulada “La pandemia dispara la desigualdad en todo el mundo”, se señala, haciendo referencia a ese estudio, que “el 10% de la población más rica concentra ya el 52% de las rentas y el 76% de la riqueza del planeta, mientras que el 50% más pobre solo capta el 8% de los ingresos y el 2% del patrimonio”.

Mientras más se profundizan las democracias, mayores posibilidades existen de que haya distribución progresiva de los ingresos y de la riqueza. A la inversa, mientras más formales son las democracias mayores chances habrá de que se concentren los ingresos y la riqueza.

El proyecto para nuestro país es claro: proponemos más democracia con mayor inclusión y con más derechos. Ese es nuestro horizonte. Para continuar avanzando en ese camino hay una serie de desafíos a superar. Uno de ellos es lograr un acuerdo aceptable con el FMI. Pero hay sectores que tergiversan los términos de la discusión.

Por ejemplo, el tratamiento periodístico de la negociación con el organismo multilateral de crédito, por parte de los grandes medios, tiende a no respetar el principio de no contradicción. Entre otras cosas, citan fuentes que afirman: “los mercados asumen con alta probabilidad el acuerdo, aunque también que no lo haya”. Una cosa y su contraria son consideradas verdaderas al mismo tiempo. También suelen invertir los tiempos de los acontecimientos: lo que está después puede aparecer, por arte de magia, como anterior. Titularon: “El FMI objetó la primera propuesta que acercó Guzmán para el acuerdo”. Pero al momento de publicarse la nota, los representantes argentinos ni siquiera habían llegado a los Estados Unidos, donde se desarrollan las negociaciones. El desacuerdo entre el gobierno y el organismo multilateral de crédito, según esta cobertura, existía antes de que comenzaran las deliberaciones.

Sin embargo, y a pesar de la generación de estas expectativas negativas, el viernes pasado el FMI emitió un comunicado en el cual reconoce que “hubo avances técnicos”, es decir, mayores entendimientos en camino a alcanzar un nuevo acuerdo.

Un punto importante es que el Fondo asegura que la recuperación de la producción y la inversión en la Argentina son más fuertes de lo esperado.

Ello no quiere decir que el camino esté despejado. Tanto el Presidente como la Vicepresidenta ratificaron, ante una Plaza de Mayo colmada, la necesidad de que el acuerdo que se firme no obstruya la implementación en el país de un proyecto de crecimiento con distribución. En ese contexto, Cristina Fernández de Kirchner propuso que “cada dólar que se encuentre en el exterior se use para pagar la deuda con el Fondo”. Además, dirigiéndose al jefe de Estado, afirmó: “Presidente, yo sé que tenemos muchas dificultades, pero siempre digo que ante las grandes adversidades, grandes acciones”, y pidió “que todos los partidos políticos le digan al FMI que no se va a aprobar ningún acuerdo que no contemple la recuperación de la economía”. El Presidente, a su turno, respondió: “Tranquila, Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo eso; no tengas miedo”. Y agregó: “muchas veces el FMI les soltó la mano a presidentes y así puso en crisis la institucionalidad de la Argentina. Si el FMI me suelta la mano, voy a estar tomado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino y argentina”.

Nuestro país está creciendo: hay indicadores positivos de todo tipo. Los puestos asalariados registrados llevan 9 meses seguidos en alza (+362 mil en dicho período), las PyMEs están mejor, las economías regionales se encuentran en plena recuperación, las exportaciones siguen aumentando por los buenos resultados de las cosechas y los altos precios de los commodities y los papeles argentinos continúan subiendo tanto en la bolsa local, como en los mercados internacionales. Por supuesto: sigue habiendo muchos problemas entre los cuales la suba de los precios es uno de los más relevantes. Sobre esta y otras dificultades, el gobierno trabaja con la mayor intensidad y dedicación posible.

El viernes concurrimos a la Plaza de Mayo convocados por la consigna “Democracia para siempre”. Una democracia que nos comprometemos a profundizar a través de un proyecto de crecimiento con la gente adentro. 


Diputado nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidario