Desde Santa Fe

“No voy a declarar”, dijo Victor Brusa. Los otros dos policías acusados, Juan Eduardo González y María Eva Aebi, repitieron lo mismo. El juicio a los tres por delitos de lesa humanidad comenzó esta semana ante el Tribunal Oral de Santa Fe, integrado por los jueces de Rosario Mario Gambacorta, Germán Sutter Schneider y Eugenio Martínez Ferrero. Brusa está imputado por “apremios ilegales” a tres militantes políticos: Francisco Klaric, Carlos Chiarulli y Luis Eduardo Baffico, durante la dictadura. González por la “privación ilegal de la libertad agravada” y “tormentos agravados” al secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos Humanos José Schulman, a su ex esposa Graciela Roselló y a Hernán Gurvich. Y Aebi debe responder por los mismos cargos: el secuestro y torturas a otras las militantes peronistas Marta Susana Berra y María de los Milagros Almirón, quien era una adolescente de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), en 1976.

Otros dos imputados en la investigación zafaron por “impunidad biológica”. El comisario Juan Calixto Perizzotti murió el 4 de julio de 2019 y su colega y ex jefe de la comisaría 4ª Ricardo Silvia Ramón Ferreyra, el 18 de marzo de este año, ambos en prisión domiciliaria. Dos verdugos. Ferreyra cumplía una condena a 22 años de prisión por la “violación sexual agravada reiterada” a Silvia Suppo, entre otros hechos. Y Perizzotti otra a prisión perpetua por distintos delitos, entre ellos el “aborto” de Suppo y la “sustracción, retención y ocultamiento” de María Carolina Guallane (Paula Cortassa), cuando era una niña de 13 meses, en 1977.

La primera audiencia se inició con las acusaciones. Chiarulli y Baffico denunciaron a Brusa por judicializar declaraciones arrancadas bajo tortura en un centro clandestino conocido como "La casita", en las afueras de Santa Fe. “No hay apremios ilegales en la Argentina y si querés saber lo que son los apremios ilegales te llevo a la pieza de al lado”, les dijo.

Klaric acusó a Brusa por presionarlo para que involucre al ex secretario general de UPCN, Alberto Maguid en la organización Montoneros. Y en diciembre de 1983, cuando formalizó la denuncia ante el juez federal Héctor Tripicchio, reveló que Brusa -que era secretario del Juzgado- interrumpió la audiencia. Tripicchio le pidió que se retirara, pero antes de salir, Klaric dijo que le gritó: “¡Con ustedes, la próxima vez se termina en la primera noche!”.

El presidente del Tribunal, Mario Gambacorta arrancó el interrogatorio con González, quien también cumple prisión domiciliaria en Federal, Entre Ríos. “¿Tiene alguna condena?”, le preguntó. “Una condena en el año 1987, estuve detenido en la cárcel de Coronda”, contó González.

-¿Hay alguna constancia de esa condena? –quiso saber el juez. El secretario del Tribunal informó que “en la causa no tenemos ningún registro de esa condena”. A lo que Gonzalez, agregó: "También tuve otra en el año 1992, en un Juzgado Federal del Chaco”.

-Este es el momento de realizar su descargo ¿Quiere manifestar algo?-preguntó Gambacorta.

-Estoy muy anonadado por esta situación. Pretendo declarar, pero más adelante –se excusó González.

Aebi dijo lo mismo (“por el momento, no voy a declarar”) y Brusa completó la estrategia (“por ahora, no voy a prestar declaración”). Los tres son asistidos por la defensa oficial.

Gambacorta cumplió entonces con otra formalidad. “¿Tiene condenas anteriores?”, le preguntó a Brusa.

-Esta es la única causa que tengo –fue la respuesta. El secretario del Tribunal, corrigió: “El imputado tiene tres condenas por delitos de lesa humanidad (en 2009, 2014 y 2017) que fueron unificadas (a la pena única de 23 años de prisión).

-Este es el momento, ¿va a declarar? –insistió Gambacorta

-Lo reitero. No prestaré declaración, sin perjuicio de poder hacerlo en cualquier momento –le aclaró Brusa.

El secretario del Tribunal leyó entonces la indagatoria de Brusa en la instrucción de la causa, en abril de 2017, en la que negó las acusaciones “del señor Klaric, alias Pancho, nombre de guerra Pucho”, como llamó a su denunciante. Brusa dijo que conocía a Klaric porque ambos jugaban al rugby, pero la “diferencia” entre uno y otro “es que yo era titular en primera división y jugué en el seleccionado de Santa Fe”, mientras que él “era un mediocre, que jugaba en segunda o reserva, y no en primera como yo”. Esa es la “diferencia” –insistió-, “yo soy el fundador, junto con un grupo de amigos, del Club de Rugby Ateneo Inmaculada (CRAI) de Santa Fe y fui el presidente de la primera comisión directiva. La diferencia es notable, él (Klaric) fundió un club y yo fundé un club”, cerró Brusa.