En menos de una semana, dos protestas conmovieron la tranquilidad turística marplatense, para desplazar por momentos la ansiedad provocada por la pandemia y el avance de Omicron. La habilitación por decreto de los estudios de exploración sísmica que pretende llevar adelante la petrolera noruega Equinor, junto a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Shell, en tres áreas offshore del Mar Argentino, fue el centro de las manifestaciones que atravesaron la Rambla y se hicieron presentes en otras ciudades de la costa y del interior.
Pocas veces en el último tiempo, un tema revoluciona y divide tanto las aguas sociales en la ciudad. Las posturas de uno y otro lado son drásticas: organizaciones como Greenpeace vaticinan una inminente “catástrofe ambiental” mientras que en el Gobierno y en la industria petrolera ven una “oportunidad histórica” en la búsqueda por posicionar a Argentina como un país exportador de energía, con plena soberanía sobre su territorio y recursos marítimos.
Mientras el debate se polariza en dos extremos, el descontento social se vuelca a las calles. La primera movilización se gestó el viernes por la mañana en Chapadmalal, a pocos metros de la residencia donde Alberto Fernández recibió Año Nuevo. Bajo consignas como “Mar libre de petroleras” o “Gobierno Ecocida”, un nutrido grupo de vecinos autoconvocados del sur junto a referentes ambientalistas y del Partido Obrero no calló su repudio frente al avance de la actividad hidrocarburífera.
Y la segunda repercusión se dio este martes por la tarde, con un “Atlanticazo” – hubo convocatorias simultáneas en Rosario, Córdoba, Viedma, Rawson, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia – que tuvo como punto de encuentro a La Rambla y finalizó en el centro, en las puertas de la municipalidad marplatense. Se trató de una protesta con mayor presencia de organizaciones sociales y políticas, y con un tono de reclamo más álgido. “Si llega a haber un pozo, qué quilombo se va armar”, fue una de las advertencias que se cantaron sobre la costa, en medio de un gran caos vehicular.
“Nos da muchísima impotencia este decreto. Somos una ciudad turística que vive del mar. Todas sus actividades principales tienen que ver con el mar. Es muy importante unirnos frente a esta grave situación”, dice a Página/12 Jazmín, de la Asamblea “Un mar sin petroleras”, mientras que Isabel, de Ángeles Verdes, agrega: “Hay un claro ‘no’ al extractivismo en nuestros mares. Este decreto se tiene que echar para atrás. Nos vamos a seguir manifestando en las calles hasta que nos escuchen”
Ambas organizaciones también confirmaron nuevas marchas para este jueves y viernes. La seguidilla de protestas es un correlato al contundente rechazo que ya se manifestó en las audiencias públicas a las que convocó el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en julio del año pasado para poder dar una opinión sobre el proyecto. A esa instancia, que carecía de carácter vinculante, se anotaron 522 expositores – entre ciudadanos, dirigentes, autoridades empresarios y organizaciones – pero al final hubo 373 intervenciones: 345 fueron en contra y solamente 12 a favor.
Qué dicen en la intendencia
Un día después de conocerse el decreto presidencial, el intendente Guillermo Montenegro se sumó a la ola de rechazos con un video en redes. “Manifiesto mi rechazo a cualquier tipo de explotación petrolera en las costas de General Pueyrredon. El principal argumento es que no tenemos los elementos necesarios para saber que este tipo de investigación no pueda llegar a dañar a la pesca y el turismo”, justificó, y así, por primera vez, el hombre del PRO fijó una postura pública al respecto.
Durante el proceso previo de la audiencia pública y de análisis y tratamiento de las iniciativas exploración offshore, ni el jefe comunal ni ninguno de sus funcionarios o concejales anticipó alguna negativa. De hecho, unos meses antes de que Montenegro llegara a la intendencia, fue Mauricio Macri el responsable de adjudicar, sin consulta previa, dieciocho áreas para la exploración de tres cuencas de la plataforma continental argentina en busca de gas y petróleo.
El génesis del gran debate que por estas horas interpela a Mar del Plata se remonta al viernes 17 de mayo del 2019. En aquella fecha, el macrismo puso fin al Concurso Público Internacional Costa Afuera, adjudicando a trece empresas una serie de cuencas licitadas que abarcaban 225 mil kilómetros cuadrados de superficie marítima. El expresidente pronosticó inversiones por 724 millones de dólares pero todo quedó paralizado. Y así, después de dos años sin novedades, fue finalmente la gestión de Alberto Fernández la que dio un nuevo envión con la llegada del 2022.
Movimientos en la Justicia
Si bien la noticia se conoció justo con el comienzo de la feria judicial, el intendente de Mar del Plata prometió hacer presentaciones al advertir un “daño permanente” para la ciudad. “Eso es lo que a mí me impone realizar esta semana una presentación judicial para poder determinar cuáles son los alcances que puede llegar a tener este tipo de maniobras”, adelantó Montenegro,
La pesca, una de las actividades que más enciende alarmas por el potencial avance petrolífero, por el momento descarta iniciar acciones y da señales de cautela. “Queremos hacer un análisis lo más concienzudo posible, desde lo jurídico, científico y biológico. Veremos cuál es el mejor camino. No queremos pisar en falso”, explicaron, ante la consulta de este medio, directivos del Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas.
La entidad, que nuclea a las principales empresas del sector radicadas en Mar del Plata, no se muestra en contra de las inversiones offshore pero sí exige garantías que permitan la plena continuidad de la industria pesquera. “Hasta ahora, eso no lo tenemos hoy”, insistieron, y también confirmaron sus intenciones de coordinar próximos encuentros con autoridades nacionales.
Dos extremos
En numerosos spots de “concientización ambiental”, Greenpeace ha expuesto personas cubiertas de petróleo, torres petroleras en las playas, insistiendo en el altísimo riesgo de derrames y la contradicción que representa este tipo de inversiones en la lucha contra el cambio climático. “Las estimaciones de producción para la plataforma argentina calculan un 100% de probabilidad de ocurrencia de derrames. Teniendo en cuenta las corrientes oceánicas y su intensidad, entre los sectores costeros más expuestos se encuentra la costa sur y el sudeste de la provincia, viéndose amenazado Mar del Plata”, plantea Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino.
Pero en el Clúster de Energía Mar del Plata desmienten a la organización ambientalista y la acusan de promover una “narrativa de la catástrofe para demonizar la inversión” por los hidrocarburos. “La probabilidad de ocurrencia de estos eventos es muy baja. Esta no es una industria de improvisados; sabemos lo que hacemos. No va a haber playas empetroladas ni nada de eso”, sostiene a Página/12 el ingeniero civil Diego Lamacchia, referente de la institución que nuclea a empresas del sector.
“Nadie en Mar del Plata verá plataformas ni petróleo. Y hablar de bombardeos acústicos, del fin de la vida en el Mar Argentino y de ‘ciento por ciento de posibilidades de derrames’ es pseudociencia, y solo demuestra el escaso nivel técnico científico y la irresponsabilidad de quienes difunden este tipo de información”, señalan, en la misma sintonía, en el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas.
Expectativa oficial
Solamente con CAN 100, que es una de las tres de las dieciocho áreas de exploración offshore que autorizó el Gobierno nacional junto con CAN 108 y CAN 144, YPF se ilusiona con generar 200 mil barriles de petróleo diarios, lo que representa una producción similar a la que actualmente produce toda la empresa estatal.
En la firma confirman inversiones por más de seis mil millones de dólares y estiman que se podrían generar 22 mil empleos en forma directa. “Esto puede generar un cambio profundo, transformando a Argentina en un país exportador de energía al mundo. Y tenemos la oportunidad de hacerlo ahora”, destaca Pablo González, su presidente.
CAN 100 comprende un área de 15 mil kilómetros cuadrados, la más grande de la Cuenca Norte del Mar Argentino. Este bloque y CAN 108 se ubican 307 kilómetros frente a Mar del Plata mientras que CAN 114 está a 443. Aunque en todos los casos Equinor es la principal operadora, en el área CAN 100 la petrolera noruega controla el 35%, YPF otro 35% y Shell el 30% restante; mientras que en CAN 114 tiene el 50% e YPF controla el otro 50%. Y en CAN 108 todavía no hay socios.
De este modo, la campaña abarcará profundidades que van desde los 1.000 a los 3.500 metros en la plataforma continental argentina, algo que marca una novedad con relación a las anteriores experiencias offshore que se han desarrollado en el país desde los ’70: es la primera vez que las operaciones ocurren en aguas profundas y ultraprofundas. Todavía no hay una fecha de comienzo confirmada para estas tareas pero Equinor, por lo pronto, sí adelantó que prevé completar el relevamiento sísmico en cinco meses. Después de ese plazo, habrá que esperar más de un año para terminar de procesar todos los datos y saber si, al final, hay petróleo.