Desde Santa Fe

El Tribunal Oral comenzó a juzgar ayer a doce imputados, diez de ellos policías, por el hallazgo de 1.662 kilos de marihuana en un camión semirremolque en Arroyo Leyes, el 2 de noviembre de 2014. Un cargamento que es récord en los juicios por sustancias ilegales en Santa Fe. El debate promete descorrer la trama de lo que la Policía santafesina anunció -al día siguiente‑ como un "golpe al narcotráfico", pero que la investigación del fiscal Walter Rodríguez descubrió que era un montaje y una "connivencia policial" con el negocio de las drogas. Ya ayer, en las primeras indagatorias, uno de los imputados apeló a aquello de que no hay mejor defensa que un buen ataque y hasta levantó sospechas contra su denunciante. El otro pidió declarar sin la presencia de sus colegas de banquillo. Y los restantes dijeron que van a hablar, pero "más adelante".

De los diez policías, sólo tres de ellos llegaron al juicio detenidos: el sargento Alejandro Agüero por supuesto "tráfico de estupefacientes agravado" y los comisarios Cristian Hang (ex jefe de Orden Público) y Martín Díaz (ex jefe de la 8ª Zona de Inspección) por presunto "encubrimiento agravado", "favorecer la evasión" de Agüero, "violación de deberes" y "falsificación ideológica de documento público".

Los otros siete son agentes y suboficiales que operaban en los móviles que intervinieron en el hallazgo, esa madrugada de lluvia: Iván Papini, Matías Zoratti, Claudia Moreira, Mauro Ruoppulo, Fabián Manjka, Luciano Astrain y José María Murgia, a quienes se les reprocha haber firmado un acta del procedimiento que el Ministerio Público considera falsa porque omitió "la detención y posterior fuga de Agüero", entre otras cosas.

El grupo se completa con el chofer de un segundo camión que intervino en el operativo, Juan Carlos Villalba -que también está preso‑ y debe responder por los mismos cargos de Agüero. Y un conocido de aquel, Luis Cantero, imputado por otra causa. Villalba dijo que se gana la vida con la venta de chatarra y de choripanes los días de fútbol. Mientras que Cantero se dedica a trabajos de plomería.

Ayer, el fiscal Martín Suárez Faisal solicitó -y el Tribunal lo ordenó‑ el acceso a otras dos investigaciones vinculadas con el juicio. En una están procesados los ex jefes de la Unidad Regional I, Sergio Vergara y Sergio Fernández por supuesto "abuso de autoridad" e "incumplimiento de deberes", después de que el caso del camión de Alto Verde les costara el cargo. Y en la otra, Agüero, su pareja y su padre por presunto lavado de activos.

En la primera indagatoria Hang se declaró inocente. Habló casi dos horas, con un cuarto intermedio. Negó los hechos que se le imputan: "Yo no estuve mientras se desarrollaban los acontecimientos delictivos". Y contestó preguntas de los jueces, del fiscal Suárez Faisal y de las defensas.

Hang dijo que él llegó cuando ya intervenían en el lugar la comisaria de Rincón, Stella Olivera y Díaz, "cada uno con sus móviles". Habló con los tres agentes que habían llegado primero: Papini, Zoratti y Moreira, quienes le dijeron que "tenían miedo de que los narcos vinieran a recuperar el camión y los mataran. Temblaban". Y luego subió a la parte superior del container, verificó que la puerta estaba abierta y percibió un olor "impresionante".

Más tarde, llegó Fernández. Y a la mañana de ese domingo, se firmó el acta del procedimiento en la Jefatura de Policía. Hang dijo que la escribió Diaz en su notebook y la firmaron todos los intervinientes, entre ellos Olivera, que -en la investigación‑ ya declaró como testigo y está citada en el juicio.

El lunes y martes, comenzaron a circular "rumores raros", así que el miércoles 5 de noviembre, Vergara llamó a Olivera para preguntarle si "ella sabía algo". Como demoraba, Hang mandó un patrullero de Arroyo Leyes a buscarla. "Al mediodía, llegó a mi despacho. La vi quebrada, como sintiéndose culpable. Me cuenta que Agüero estuvo detenido por el procedimiento y que había otro camión que se fue del lugar. Me quedé con la boca abierta", relató Hang. Siguió otra reunión, ya en el despacho de Vergara, en la que también participó Fernández y ‑según Hang‑ Olivera repitió su relato. Fernández le reprochó que habían trabajado "juntos 20 años: ¿Por qué no lo dijiste cuando estábamos en el lugar del hecho?". ¿Nos querés tomar de pelotudos?". Y anunció que iban a hacer la denuncia. Ahí comenzó el destape.