Nunca es tarde para encarar algo nuevo, por más frase hecha que parezca. Bien lo sabe Jorge Formento, que a los sesenta años parece haber encontrado la manera para no dejar de renovarse. Primero fue la pandemia, que lo encerró durante meses en su departamento pero a la que convirtió en excusa para descubrir que es posible y saludable vivir viendo el amanecer todos los días. Por el puro placer de disfrutar cada salida del sol y escapar a la rutina que impuso el tiempo en pausa del coronavirus. Algo tan simple como ver asomar el sol le cambió su ánimo, confiesa. 

Y ahora, tras 37 años sacándole lustre al oficio de locutor y conductor, la radio le propone una faceta que nunca antes había hecho: conducir la primera mañana radiofónica. Lo hará desde este lunes, de lunes a viernes de 6 a 10 por Mucha Radio (FM 94.7), con Buen día Mucha Radio, un ciclo en el que intentará informar lo necesario y entretener lo suficiente, con los clásicos musicales de artistas populares de ayer y hoy que forman pate de la identidad de la emisora.

Todavía recordado en la calle por su rol en Feliz domingo junto a Silvio Soldán, Formento mantiene de aquel entonces su inconfundible voz, una sonrisa amable y un rostro que parece a prueba del paso del tiempo. Como si los años no hubieran hecho mella en el locutor que, aún hoy, es contratado para hacer versiones empresariales y familiares del legendario ciclo ómnibus dominguero. “Es impresionante lo que genera Feliz domingo: hice el formato hasta por Zoom durante la pandemia”, le cuenta a Página/12, entre sorprendido y contento por la continuidad del clásico televisivo por otros medios. Su nuevo desafío como conductor madrugador radiofónico, cuenta el locutor que también es la voz institucional de Mucha Radio, le llega en un momento justo.

“Llevo 37 años de laburo -detalla Formento- desde que me dieron el carnet de locutor, y gracias a Dios nunca paré de trabajar. He estado en todos los horarios de la radio, pero nunca en la primera mañana. Hace 30 años, cuando estaba en Radio Feeling, (Alejandro) Romay me insistía para que hiciera la primera mañana, de 6 a 9, quería que estuviera ahí. Pero siempre le dije que no, porque me complicaba la vida. ¿¡Levantarme todos los días a las 4 de la mañana!? ¡Ni loco! Por entonces tenía 30 años, ahora tengo 60. La pandemia nos modificó la vida a todos, pero casi como una actitud de esperanza no me he perdido amaneceres en este tiempo tan extraño que nos toca vivir. Me acostumbré a levantarme temprano”.

-¿Pero eso se dio porque te cambió el reloj biológico o por el placer de ver el amanecer?

-Porque descubrí el placer del amanecer. Tuve la necesidad de ver el amanecer. La pandemia nos golpeó a todos. Yo vivo solo, tuve 7 meses sin salir de casa porque tengo EPOC. Me encontré teniendo otros tiempos, con posibilidad de “siestas patrias” y me di cuenta que no quería perderme el amanecer, que es maravilloso. Tomé esa costumbre. Sigo siento noctámbulo, pero me despierto en el amanecer: todos los días me despierta el sol. Entonces, esta propuesta me viene en un momento bárbaro, porque además me permite después seguir con mi rutina de laburo. Todas las cosas que hago además de la radio nunca van a ser a las 6 de la mañana.

-¿Y desde lo periodístico? Elegiste ser más locutor y conductor que periodista. De hecho, alguna vez dijiste que te habías ido de Nuevedario porque “quería ser feliz, no periodista”.

-Lo que pasa es que el periodista tiene unas obligaciones que no tenemos los locutores. El periodista no tiene horarios, tiene que estar donde está la noticia, la familia tiene que amoldarse a que hoy estás acá y mañana estás de viaje por el país o el mundo… Yo no tengo esa vocación como para dedicarle todo ese tiempo y esa responsabilidad. El trabajo de los locutores y de los conductores es distinto, porque estás para acompañar y terminás tu trabajo y te podés desconectar. Si bien uno naturalmente, por responsabilidad ciudadana más que profesional, está permanentemente informado. A mí me enoja mucho cuando un colega anda por las nubes de Úbeda, que no se entera de nada. Estar informado es casi una actitud de defensa individual. La función del locutor de radio es acompañar, informar y entretener. No más que eso. Sobre todo en una emisora como Mucha Radio que tiene una identidad. Uno le puede dar un perfil al aire, pero la protagonista es la radio.

-¿Cómo será Buen día Mucha Radio?

-Cuando uno comienza el día, necesita saber fundamentalmente qué ropa se tiene que poner, las principales noticias del día, cómo va a estar el tránsito y después hacer compañía a los que están del otro lado haciendo sus tareas diarias. Queremos invitar a la gente a que, más allá de la vorágine cotidiana a la que te invita de prepo la realidad, tenga tiempo de levantar la cabeza y mirar alrededor. Hay muchas cosas lindas que nos pasan para observar y que no las vemos. Incluso en esta locura de ir a trabajar en esta selva de cemento. Yo soy de distraerme seguido en la calle, me cuelgo en un semáforo a ver la arquitectura de la ciudad, el andar de la muchedumbre, los árboles…

-¿El horario te permite escapar de la “agenda mediática”?

-Sí, claro. Es una radio que tiene un formato musical. Distinto sería hacer una primera mañana en una AM. Acá no habrá reportajes. Solo les voy a contar la tapa de los diarios, las principales informaciones y la música hará el resto, porque la identidad de la radio es musical. Hoy la radio es más mágica que nunca: con la digitalización llegás a todo el mundo. Puedo acompañar sencillamente y a través de un celular a mi amigo de la infancia que está en Madrid desde Buenos Aires. Eso era inimaginable tiempo atrás.

-En los últimos años se impuso fuertemente el periodismo de opinión. Ni hablar en la primera mañana. ¿Cuál será tu manera de ejercer la conducción periodística en Mucha Radio?

-Uno inevitablemente al dar una noticia ejerce cierta subjetividad. Desde el momento que elegís la noticia ya sos subjetivo. ¿Por qué elegís esa noticia y no la otra? Eso me parece fantástico y es muy saludable. Lo que no es saludable y es muy notorio es que no se respeta la verdad. Cada uno puede opinar lo que quiera. Ahora, si me mentís, ya no es opinión. Y vaya que se ve con cierto “nado sincronizado” que percibimos a diario. No me trates de pavo. Los deseos de un país diferente al que sueño yo son válidos, pero no me mientas ni me la vendas cambiada. Hasta puedo entender que se omita cierta información porque va en contra de tus intereses, pero no me mientas.

-La mentira como deformación periodística, ¿es algo nuevo o creés que fue siempre así y recién ahora es percibido por la sociedad?

-Me parece que ahora hay más. Antes había determinados tipos, pero eran unos pocos y estaban bien determinados… Ahora hay gente que repite determinados zócalos y no les importa saber si es verdad. Ahora hay demasiados. Es verdad que antes había 4 canales y 5 diarios y el sistema mediático se amplió mucho. Hoy hay pocos dueños de muchos medios y esas cosas están a la vista. Pero para que estas cosas sean posibles tienen que existir oídos permeables a la mentira. La mejor defensa la tenemos nosotros mismos. Pensé que el asunto de que tal cosa es verdad por el solo hecho de que “lo dijo la tele o la radio” iba a finalizar tras la Guerra de Malvinas, que íbamos a aprender que no todo lo que dice la tele es cierto. Pensé que podía ser una bisagra de poner en duda todo. No hay nada más saludable que la duda. Pero no pasó. Me preocupa cuando los amigos repiten desinformaciones como verdades.

-¿Creés que en este escenario de polarización hay un público para empezar el día con la información mínima y mucha música?

-Debe haber de todo y depende de cada momento. A veces nos pasa que andamos necesitando descolgarnos y disfrutar un poco, y otras veces venís con bronca y querés encontrar algo que tenga que ver con lo que vos sentís para reafirmar tu pensamiento, cuando lo lógico sería tratar de escuchar todo y después formar una opinión. Hay público para todo. Estar frente a un micrófono es maravilloso porque uno nunca termina de ser consciente de todo lo que sucede entre un programa de radio y un oyente. Una vez fui a ver al Nano Serrat, a quien admiro, a Gualeguaychú. Estaba hablando con él cuando se acercó un tipo que había estado detenido en la época de la dictadura, le dio un abrazo y le dijo emocionado: “No sabés el soplo de libertad que me daban tus canciones cuando estaba preso, imaginarlas porque no las podía escuchar”. Recuerdo que le dijo “tararearlas en mi mente me permitía escapar de esa realidad tan terrible”. Nos emocionamos los tres. Creo que para eso debería servir una canción o el laburo de quienes tenemos la oportunidad de comunicar. Ojalá desde Buen día Mucha Radio podamos acompañar a los oyentes y ayudarlos a sostenerse humanamente.

-¿Lo tuyo será acompañar más que evangelizar al otro?

-Obvio. ¿A quién voy a evangelizar yo si lo único que tengo acerca de mis propias convicciones son dudas? Soy enemigo de las certezas. No quiero evangelizar a nadie. Me encanta dar mi punto de vista sobre algunas cosas, pero no son más que eso: un punto de vista. Uno tiene que ser respetuoso de la identidad de la radio y solo darle algunas pinceladas particulares. Intentaremos pasar diez canciones por hora, aunque en la radio todo puede pasar, entre los mensajes de los oyentes que nutren el aire y te llevan a caminos impensables. Eso es lo hermoso de trabajar en vivo. Por eso digo que los programas no son del conductor sino también de los oyentes. A la radio la hacemos entre todos. Es como una reunión de amigos.

(Imagen: Guadalupe Lombardo)


Nueva etapa en Mucha Radio

La llegada a la primera mañana de Mucha Radio del histórico conductor relanzará la programación de la FM 94.7, en su búsqueda por posicionarse como una emisora musical con dosis de entretenimiento e información. El espacio de la segunda mañana, de 10 a 14, estará a cargo de Marcela Godoy, con Muchos éxitos. En la continuidad de la radio habrá distintas voces para acompañar a los y las artistas que cantan “esos temas que sabemos todos”, tal el ADN de la emisora. 

En los fines de semana continuará el ya clásico Mucho Ranking, que irá los sábados de 18 a 21, donde los oyentes votarán para elegir la musica que quieren escuchar. Y por las noches, de lunes a viernes, se van a cerrar con Baladas y Románticos, donde los oyentes podrán dedicar canciones de amor. Con una programación musical bien definida, Mucha Radio le da un espacio exclusivo en el dial a artistas populares como Valeria Lynch, Pimpinela, Palito Ortega, Luis Miguel y Sandro, entre otros. En este 2022, Mucha Radio además es la radio oficial de Jose Luis Perales. 

Mucha Radio forma parte del paquete de medios del Grupo Octubre, que edita Página/12, y que cuenta entre sus publicaciones con las revistas Caras y Caretas y Planeta Urbano. La FM 94.7 complementa su propuesta radiofónica, que incluye a la AM750, FM Blackie, FM Aspen, Like, Oktubre y Malena. La cartera de medios del grupo se completa con Canal 9, la señal informativa IP Noticias, las salas Caras y Caretas y la plataforma de streaming gratuita OctubreTV.