War Machine se lanza justo cuando Netflix está en el centro del debate. Sin ir más lejos, uno de los grandes temas de discusión del Festival de Cannes es qué lugar darle a aquellas películas financiadas por esta empresa, dado que en la Selección Oficial de la actual edición, que se llevará adelante hasta el próximo fin de semana, hay dos títulos cuya plataforma de exhibición será la pantalla hogareña. Se trata de The Meyerowitz Stories, del estadounidense Noah Baumbach, y Okja, del coreano Bong Joon-ho. La decisión fue que puedan competir libremente en 2017, pero a partir del año que viene será obligatorio un estreno en salas francesas. “En principio manejábamos la idea de asociarnos con New Regency, con quien ya habíamos hecho 12 años de esclavitud, pero cuando leímos el guión y nos dimos cuenta de que era una película compleja y totalmente subversiva, nos pareció claro que el hogar natural era Netflix”, reconoce el productor Jeremy Kleiner. 

Por su parte, el director David Michôd tiene antecedentes para defender esta forma de consumo, ya que, según él, “el 90 por ciento o quizás más” de personas que vieron sus dos primeras películas, Animal Kingdom y El cazador, lo hicieron en casa. “Incluso creo que es el lugar donde realmente viven las películas”, dice. “Hace unos años, la revista Sight & Sound hizo una encuesta sobre las 10 mejores películas de la historia, y cuando me consultaron me di cuenta que sólo había visto dos o tres de mi Top 10 en pantalla grande. Es importante que los cineastas se sientan libres para correr riesgos filmando cosas que rompan con los modelos que vemos una y otra vez”. Sobre si hubo algún tipo de condicionamiento artístico, Kleiner afirma que tuvieron “una libertad total”. “Ellos fueron muy entusiastas con este proyecto, así que encontrar la forma de exhibirla no fue un camino largo ni sinuoso. Nosotros elegimos a Netflix y Netflix nos eligió a nosotros, fue un matrimonio maravilloso”, concluye.