Una corte de apelaciones estadounidense ratificó ayer el bloqueo a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que impedía el ingreso al país de ciudadanos de seis naciones de mayoría musulmana. La corte de Richmond, Virginia, ratificó la decisión de un tribunal de Maryland de marzo, que impidió que el veto migratorio entrara en vigor. El argumento del tribunal de apelaciones fue que, ante una demanda, los querellantes podrían demostrar que la política viola legislaciones estadounidenses sobre discriminación religiosa. El juez Roger Gregory dijo que la orden de Trump “utiliza palabras vagas sobre seguridad nacional”, pero a la vez destila intolerancia religiosa y discriminación. “El Congreso le garantizó amplios poderes al presidente para negar el ingreso de extranjeros, pero ese poder no es absoluto”, indicó en el veredicto. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles calificó como “victoria” la decisión del tribunal. La administración republicana había apelado el veredicto del tribunal de Maryland, así como la decisión de un magistrado en Hawai, que también frenó la implementación de la orden ejecutiva. La apelación de Hawai aún debe ser decidida por una corte de apelaciones en Seattle. Ante un nuevo rechazo, se espera que el gobierno recurra a la Suprema Corte. Poco después de asumir el cargo, Trump emitió una orden ejecutiva que impedía el ingreso al país de siete países de mayoría musulmana y frenaba la llegada de refugiados. La medida fue duramente cuestionada y generó amplias protestas en el país. Su veto migratorio fue entonces bloqueado por la Justicia y decidió reformularlo. El gobierno estadounidense dijo que consideraba resuelto el problema legal que surgió con la primera orden, que fue modificada y dejó a Irak fuera de la lista. El nuevo decreto tendría que haber entrado en vigor el 16 de marzo. La Casa Blanca argumentó que la ley de inmigración le da al presidente amplios poderes para bloquear el ingreso a Estados Unidos.