Lautaro González Riaño, ex jugador de Colón de Santa Fe, fue condenado en juicio abreviado a la pena de tres años de prisión efectiva por matar a un motociclista al pasar un semáforo en rojo y evadir un control de alcoholemia. Sin embargo, tras haber estado nueve meses en prisión (los últimos en domiciliaria) salió en libertad condicional. El joven se presentó ante la jueza Marcela Canavesio como estudiante y la Fiscalía le achacó el delito de homicidio culposo agravado por conducción imprudente y antirreglamentaria, e impuso reglas de conducta, tareas comunitarias y la realización de un curso de seguridad vial. Si bien la familia de la víctima, que tenía 20 años, consintió en firmar el acuerdo condenatorio, ayer aseguraron que no sabían que recuperaría la libertad allí mismo. La fiscal Mariana Prunotto dijo que se trató de un acuerdo avalado por el fiscal Jorge Baclini, cuando estaba como jefe de la regional y que además la familia acordó y fue resarcida.

La noche del 21 de agosto de 2016, González Riaño, de 22 años -hijo del periodista y ex concejal de Santa Fe, Eduardo González Riaño-, se juntó con amigos en Rosario a comer pizza y tomar alcohol. Según acusó en su momento la fiscal Valeria Piazza Iglesias, compraron fernet y cerveza en un minimarket y de ahí fueron a buscar un boliche. González Riaño manejó el Peugeot 208 blanco de Germán Conti (defensor de Colón), quien estaba en el grupo junto a Federico Lerche (hijo del ex presidente de Colón). Al llegar a la intersección de Salta y Lagos se encontraron con un primer control que eludieron, y antes de llegar a la esquina de Catamarca, se toparon con otro retén. González Riaño casi atropelló a un agente de tránsito, aceleró, cruzó el semáforo en rojo y embistió a Diego Luciano Torres.

En ese momento, los agentes le hicieron soplar la pipeta al conductor y marcó 1.45 grados de alcohol en sangre: "Más del doble de lo permitido", remarcó la acusación. Tras aquella imputación que realizó Piazza, la fiscalía adelantó que pediría 9 años por el delito de homicidio con dolo eventual, al considerar que el acusado sabía lo que podía pasar, y no depuso su actitud.

Sin embargo, este año la defensa de González Riaño y los abogados querellantes de la familia de la víctima acordaron presentar un pedido de juicio abreviado por el delito menos gravoso (homicidio culposo agravado). En aquel momento la familia de la víctima aceptó la condena de tres años de prisión efectiva, porque planteó la necesidad de terminar con la situación rápidamente y ante el ofrecimiento de un resarcimiento económico. La fiscal Piazza no estuvo de acuerdo, pero su superior, Baclini, lo avaló y pidió relevó a aquella.

Ayer el acuerdo llegó a Tribunales, y todos manifestaron su aceptación, incluso la madre de Torres. Sin embargo, terminada la audiencia condenatoria por tres años de prisión efectiva y ocho años de inhabilitación para manejar, la defensa solicitó tratar el cómputo de la pena y pidió la libertad condicional, tras nueve meses de arresto del imputado. Así, González Riaño salió caminando de la audiencia. "Tu hijo va a llevar la muerte de mi hermano siempre; mientras él está un metro bajo tierra", le gritó Mailén a la madre del imputado, miembro de una familia conocida y bien posicionada en la ciudad de Santa Fe.

La chica se manifestó "destruida" y aseguró que toda su familia está "muy mal" con lo que pasó. Diego era un cadete que tenía dos trabajos para mantener a su familia. "Somos ocho hermanos y dos ya intentaron quitarse la vida por esto. La hija de mi hermano nos pregunta por él todo el tiempo y se nos parte el alma", dijo.