La crisis institucional de Brasil amenaza con extender sus alcances sobre la economía argentina. La devaluación del real le puso más presión al peso, que subió algunos centavos empujado por la salida de algunos fondos especulativos internacionales. El contagio de la crisis brasileña se produce no sólo por la presión competitiva que provoca un real devaluado, sino también por la similitud entre los gobiernos de Temer y Macri que, más allá de su diferente legitimidad de origen, son considerados como dos gobiernos conservadores. Tras ese primer impacto, las miradas se dirigieron a la economía real. Brasil es el principal mercado de nuestras exportaciones, especialmente en sectores como el automotriz que concentra el 70 por ciento de sus ventas externas hacia ese destino. 

 Clarín entrevistó al CEO de la subsidiaria argentina del Grupo Fiat Chrysler Automobile, artículo acompañado de una foto donde el dirigente automotriz posa con ropa campestre en un predio rural. Una imagen que ilustra la mentalidad pastoril de dirigentes industriales. “Ya es hora de dejar de hablar de Brasil”, afirma Cristiano Rattazzi tras señalar que la crisis institucional en ese país acentuará la triste realidad del sector donde las “fábricas están trabajando sólo de 5 a 10 días hábiles por mes y las suspensiones de personal son una constante”. Por eso apunta su mirada a México que “es un buen reemplazo de Brasil en términos comerciales” siempre y cuando reduzcamos “la carga de impuestos, el costo laboral, de logística” para poder ser competitivos en ese mercado. 

 Frente a la caída del principal mercado externo, uno de los principales dirigente automotriz propone insistir en la estrategia exportadora. Claro que, como los mercados mundiales se están cerrando y la competencia por colocar los excedentes es feroz, ese camino debe recorrerse con una reducción de los costos internos. Con la excepción de la logística, que podría mejorarse con una matriz de transporte menos dependiente del camión (extraño que un empresario del sector automotor trabaje por ello), la reducción del costo laboral e impositivo tiende a acentuar la reducción del mercado interno. 

 Los costos, del otro lado del mostrador son ingresos. Por lo que la baja de los salarios, cargas sociales e impositivas que propone el empresario implican un menor consumo del trabajador y los jubilados y menor gasto público (¿quién financiará las obras para disminuir los costos de logística?), que afectará finalmente las ventas de autos.  

 Al respecto, la producción de autos cayó 6717 unidades en abril respecto al mismo mes del año pasado, con una baja de 2133 unidades exportadas según Adefa. Mientras, las ventas locales aumentaron 7604 unidades pero fueron totalmente cubiertas por importaciones: se redujeron en 4161 las ventas de autos nacionales. ¿Acaso no será más fácil reemplazar el mercado brasileño por el propio, hoy dominado por las importaciones?

@AndresAsiain