Quedar atrapado en un bus de gira con Los Bitchos podría ser un sueño hecho realidad para cualquier mortal que venere las fiestas. Aunque para ellas, que confluyeron de diferentes partes del mundo en Inglaterra, cumplir su sueño sería conocer a Natalia Oreiro. A pesar de las redes y de la conectividad internacional, parecen imposibles todos los links del amor profesado hacia la muñeca brava, pero de la mano de la uruguaya Agustina Ruiz, que toca el keytar, se linkea de inmediato a la Oreiro.

Y de ahí, enseguida y sin escalas, se llega a Gilda por la personificación que hizo Nati de la canonizada cantante de cumbia. "I love her", interviene la guitarrista Serra Petale, australiana e hija de madre turca. "Somos muy fanáticas de Gilda, es una inspiración para nosotras... Serra se sabe los temas por fonética", aclara Agustina y la guitarrista afirma.

Todo lo que parece increíble y bizarro en este cuarteto de chicas que se conocieron en fiestas y en bares es posible. En Londres convergieron, pero vienen de Uruguay, Suecia, Australia y del sur londinense. Con ese crisol de linajes no es extraño que toquen chicha peruana mezclada con surf y con cumbia argentina. O, como Serra define: "Quería sonar como a Van Halen y Cocteau Twins, pero de Turquía". Josefine Jonsson, en bajo, y Nic Crawshaw, en batería, completan el cuarteto.

► Que empiece la jodita

"Todo empezó porque Serra escuchó un disco de chicha peruana y la súper inspiró, le gustó un montón. Pero, más allá de que obviamente empezó muy inspirada con eso, la banda tiene un montón de otras cosas: tiene mucha música turca, mucho del pop sueco y también mucho del punk, porque todas venimos del punk", cuenta Agustina, cuyo arribo a Europa fue a través de una reconocida casa de modas francesa que la contrató para un desfile hace diez años.

Así surtieron en la cocktelera todo lo que les gustaba, influencias e inspiración, para darle vida a Let the Festivities Begin!, su primer disco, que salió el mes pasado pero que ya estaba grabado desde antes de la pandemia. Son once canciones perfectamente hilvanadas en el audio, producidas por Alex Kapranos de Franz Ferdinand en los Gallery Studios, el espacio de grabación de Phil Manzanera, de Roxy Music, en Londres.

Hasta entonces, había que seguir a Los Bitchos por YouTube para ver sus intervenciones en KEXP y en el Moth Club o los videos oficiales de los singles Las panteras, Pista (Fresh Start) o The Link is About to Die. En esos clips se disfruta, además de las canciones, el verlas luciendo de impecable Swinging London en pleno 2022. "Creo que es la estética que tenemos en el día a día, muy influenciada por la música que escuchamos, muy de esa época y como algo súper natural, orgánico. Nunca lo pensamos, nunca pensamos mucho nada", dice la uruguaya.

► Yendo de la cama al sound check

Metidas en una cama king size de un hotel de Irlanda, las chicas beben de una taza, tapadas hasta la pera, esperando el contacto con El NO. Es un día de descanso de la gira, en el que harán entrevistas y pasearán por Dublin. Durante la primera parte del tour por distintas ciudades europeas, pasan la mayor parte del tiempo en la camioneta: viajan, hacen el sound check y tocan.

"La semana pasada fuimos a Luxemburgo, tuvimos el día libre, salimos a caminar y conocimos al Primer Ministro. Lo reconocimos de casualidad en la calle y nos pusimos a conversar, re buena onda", cuenta Agustina, y enumera lo que sigue: marzo en Texas, abril en Europa y en junio, de vuelta Estados Unidos.

¿Y la gira por Sudamérica? "Es un pendiente", dice Agustina, que entrega su corazón uruguayo con Yulelé, de Eduardo Mateo, un tema que tocan en vivo pero no está en el disco. "Es un músico uruguayo que amo. La versión de él la tocamos en España y justo Jorge Drexler estaba tocando en ese festival y nos pusimos hablar y se subió a tocar el tema con nosotras; fue un genio, la verdad", cuenta.

Y así la vida de estas bitchas que se sienten "felices de inspirar a cualquier mujer a agarrar un instrumento". Cuando armaron la banda, según Agustina, pensaban que tocarían un par de veces en Londres. "Pero han pasado tantas cosas ya que no nos imaginamos", retoma. Todo puede pasar cuando se anda con el ritmo y esa sensación en el cuerpo de que en cualquier momento las festividades van a empezar.