Con la inminente aparición de Paraíso de nadie, de la editorial Corregidor, la poesía y el feminismo se siguen expandiendo. Se trata del nuevo libro de esa atleta del lenguaje que fue Susana Thénon, poeta, fotógrafa, traductora, pareja de la bailarina de vanguardia Iris Scaccheri, que nació en Buenos Aires en 1935 y murió en la misma ciudad en 1991. El volumen estará disponible para la Feria del Libro que abre el 28 de abril. Incluye Amores planetarios (21 poemas sin fechar), el libro Papyrus que Thénon había presentado y luego retirado de un concurso, el relato inconcluso La transgresión o La Guerra de las Criaturas, y varias traducciones del griego y al latín que resultan imprescindibles para terminar de iluminar su obra y leer la impronta corrosiva de la última etapa de su vida.

Las12 conversó con la narradora, poeta, docente y ensayista María Negroni sobre la figura de esta integrante bastante solitaria de la generación del sesenta, a la que también pertenecieron Alejandra Pizarnik y Juana Bignozzi. Negroni, autora de la novela El corazón del daño, fue quien reunió en un nuevo volumen los papeles inéditos del Archivo Thénon que no se incluyeron en La morada imposible, aquel par de tomos de hace más de veinte años que había recopilado y editado junto a la académica Ana María Barrenechea y que hasta ahora conformaban el corpus completo de obra de esta figura cuya producción textual se levanta entre la ironía y el desasosiego.

“El encuentro fue espantoso. Me recibió una mujer de pelo corto y gris, que tenía unos anteojos de miope impresionantes. Me pareció más bien descortés. Creo que estuve en su casa un total de quince minutos, durante los cuales -lo juro- atendió el teléfono al menos cinco veces. Cuando me despidió dijo, sin énfasis, que le dejara un número de contacto ‘por las dudas’. Eso fue todo.” (sobre la primera vez que se vieron, incluido en el prólogo).

María Negroni cuenta en el prólogo de Paraíso de nadie que su encuentro con Thénon fue muy accidentado. Foto: Guadalupe Lombardo.

La poesía de Thénon: lectoras jóvenes y feminismo

Thénon no para de crecer bajo la mirada de las lectoras más jóvenes y en el goce de las relecturas y traducciones de una tradición feminista de la literatura de nuestro país y de Latinoamérica. Dice Negroni que “nunca se sabe cuál será el efecto de la edición de un libro. En cuanto a mí, creo haber cumplido con un compromiso que asumí hace muchos años en relación a los manuscritos que dejó Thénon al momento de morir. En el Prólogo explico cuándo y de qué manera decidimos con Ana M. Barrenechea publicar los dos tomos de La morada imposible, con qué criterios hicimos esa primera selección, qué pasó después con los manuscritos no incluidos, cómo se me ocurrió, años más tarde, formar el grupo de investigación Palimpsestos con graduados y graduadas de la Maestría en Escritura Creativa de la Untref, y finalmente, por qué decidí ahora publicar todos los poemas y textos en prosa que habían quedado afuera de La morada imposible, etc.”

En rigor, Negroni, directora de la Maestría en Escritura Creativa de la UNTREF, dice que Paraíso de nadie es el resultado de muchos años de esfuerzo colectivo: “Analía de la Fuente, Mariana Palomino, Corina Dellutri, Gisela Galimi, Iair Kon, Lucrecia Frassetto y Alfredo Luna trabajaron con ahínco para que este libro fuera posible”. Por último, hace aproximadamente un año, “tras una larga pesquisa en las bibliotecas de Estados Unidos, dí con un texto inédito de Thénon que yo no conocía. El texto estaba en un audio leído por ella misma, llevaba por título Amores planetarios y está incluido en este volumen”.

Es seguro que Thénon, autora del poema emblema contra los femicidios ¿Por qué grita esa mujer? (Ova completa, 1987), tendrá ahora nuevxs y jóvenes lectores, especialmente aquellxs que han gritado en marchas y manifestaciones en estos años de mayor visibilidad de la violencia de género. “No sé cómo serán leídos los poemas y textos en prosa inéditos hasta ahora. Yo querría que esa lectura ayudara a complejizar (no a simplificar) el perfil de una autora que se corría siempre de lugar, que desconfiaba de los encasillamientos, que odiaba el cliché y que no toleraba ni las buenas intenciones ni las consignas políticamente correcta”, dice Negroni.

“Anita y yo la visitábamos seguido. La última vez que la vimos, nos pidió que nos lleváramos todos sus papeles y nos ocupáramos de ellos. Imposible disuadirla ni quitarle gravedad al asunto. Salimos del departamento sin hablar, atiborradas de bolsas, apenas conscientes (al menos yo) del compromiso que estábamos asumiendo”. (Del prólogo).

De aquel legado que te llevaste cuando ella ya estaba enferma, desde su casa a tu departamento, custodiado por el espíritu de Alberto Girri, anterior propietario del lugar, ¿podés contarnos cómo trabajaste el material?

--Fueron varias bolsas que nos llevamos Anita Barrenechea y yo. Pasaron años antes de que nos decidiéramos a armar La morada imposible. Yo no vivía entonces en Buenos Aires y eso complicaba las cosas. La poeta Inés Manzano nos ayudó a transcribir el material, Anita aportó su formación de filóloga y yo me encargué de corregir y organizar el material.

¿Qué te propusiste esta vez? ¿Podés compartir uno de los poemas, tu preferido, con los lectores de la nota?

--Entiendo que te referís al libro Paraíso de nadie. Lo que me propuse, como dije antes, fue poner a disposición de un público más amplio la totalidad de los textos que, por diversos motivos, habían quedado sin editar. El libro tiene muchos poemas, no los he contado. Están agrupados cronológicamente. Nada se descartó. Tengo varios poemas preferidos. Elijo dos de Papyrus:

XXVI

bajo el viento

las últimas flores

tan bellas en sus muletas

XXXII

soy unos años y un nombre

seré muchos años y el mismo nombre

más adelante ningún año y ningún nombre

el musgo entre las cañas


Thénon le dijo a Negroni y Berrenechea, guardianas de su obra, que se lleven todo el material porque cuando muriera ya no iban a poder acceder a su legado. Así fue. 

¿Qué detalles recordás de las visitas a su casa qué le hiciste con Ana María Barrenechea?

--Después de la cirugía por el tumor cerebral, Thénon se instaló en el departamento de su madre que, si no recuerdo mal, estaba en Arenales entre Larrea y Azcuénaga. Ahí la visitamos un par de veces con Anita. El lugar era más bien tétrico, estaba siempre a oscuras, los muebles tenían esas fundas un poco horripilantes que se usaban entonces. Recuerdo que nos abría la puerta una empleada doméstica y que la madre, sentada a oscuras en un rincón del comedor, apenas nos saludaba. Susana estaba en cama en el dormitorio que daba a la calle. Recuerdo que tenía apuro por "resolver" cómo y cuándo nos llevaríamos sus papeles. Cuando me muera, decía, no podrán entrar más a esta casa, cosa que realmente ocurrió.

Si el paraíso es de nadie ¿No hay paraíso? ¿el paraíso es la poesía? ¿con ella hay que asumir definitivamente que ese tiempo/edad de oro es una falacia? ¿Qué crees que respondería Thénon con su voz gruesa, abrupta y ronca "hecha de tabaco?

--Paraíso de nadie es un verso de Papyrus. Lo elegí como título porque remite al célebre libro de Paul Celan, Die Niemandsrose/ La rosa de nadie. No sé qué respondería Thénon a esta pregunta. En mi opinión, el verso no dice que no haya paraíso, sino que ese paraíso es de Nadie, Poseer es siempre imposible, pero esa es nuestra riqueza.

¿Cómo te sobrepusiste a la descortesía de los primeros encuentros? ¿Podés contar cómo las unió la palabra cuchitril, incluída en los originales de tu libro?

--La admiración lo puede todo. Además muy pronto entramos en sintonía, Fueron las resonancias, los giros, las afinidades lingüísticas las encargadas de operar el milagro. Después de todo, en poesía, todo es cuestión de palabras.

Si Ova completa es "un ácido, un aquelarre lingüistico y una diatriba descomunal contra el pensamiento políticamente correcto", ¿qué es Paraíso de nadie?

--Paraíso de nadie es parte de una obra que incluye Ova Completa pero que también incluye la arquitectura esquirlada y la destreza formal de distancias. No debemos olvidarnos de que el estallido en Thénon, como en Pizarnik, ocurre después --no antes-- del despojamiento verbal y la conciencia más refinada del lenguaje.

Contanos qué es el Fondo Thénon.

--El Fondo Thénon es el conjunto de manuscritos y textos mecanografiados que quedaron en poder de Barrenechea y mío y que luego, a mi regreso a Argentina y tras el fallecimiento de Anita, doné a la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

¿Habrá más novedades Thénon para quienes gozamos con sus textos luego de este bienvenido libro?

--Yo creo que, con esto, ya estaría todo. Ahora habrá que esperar las lecturas críticas que siempre iluminan y enriquecen el trabajo autoral.