Hace varios años, Jaime Roos popularizó de este lado del río la “murga canción”, es decir, ese lenguaje carnavalero aplicado a las canciones de un solista. De este modo, el músico, murguero y compositor uruguayo Alejandro Balbis se propuso coordinar el ciclo Uruguay Late, que reunirá a exponentes del género durante los jueves de junio y julio en Los Chisperos (Pje. San Lorenzo 365), siempre a las 21. “La idea del ciclo es resaltar y poner el valor ese sentimiento que tiene el argentino por la música uruguaya. Por eso, hay más murgas de estilo uruguayo en la Argentina que en Uruguay. Genera simpatía todo lo que tiene que ver con nuestro país, se construyó espontáneamente un imaginario positivo. No hubo grandes poderes invirtiendo fortunas para que un pueblo simpatice con el otro”, entiende Balbis, quien será justamente el encargado de abrir hoy el ciclo en el espacio ubicado en San Telmo.

Durante el ciclo, se presentarán Pablo Riquero (8 de junio), Pinocho Routin (22 de junio), El Alemán (29 de junio), Pitufo Lombardo (13 de julio), Jesús Fernández (20 de julio) y un cierre a cargo también de Balbis, el 20 de julio, con “grandes invitados”. “Todos ellos surgieron, aprendieron y comenzaron en el carnaval de Montevideo en el género murga, incluido yo, que para llegar a ser solista salí 29 años en el carnaval”, dice el uruguayo que vive hace veinte en Argentina. “Hay una relación que trasciende lo laboral y lo afectivo. Venimos del mismo lugar, pero hacemos cosas distintas. Yo hago murga canción pero abordo otros estilos. Y los muchachos de este ciclo también. Hay cosas más melódicas, milongueras y candomberas. Esa variedad es lo que se celebra justamente en este ciclo”, dice desde Maldonado el autor de El gran pez (2009), disco fundamental de murga canción.

En la segunda fecha (8 de junio), subirá al escenario el joven cantautor y director de murgas Pablo Riquero, afincado en la Argentina hace poco más de un año. El músico acaba de publicar su primer disco solista, Comienzo (2016), un trabajo prometedor atravesado por un sonido cálido y una poética nostálgica. El suave toque guitarrístico de Riquero se ensambla en armonía con la percusión de Agustín Lumerman. “Participé de la movida de ‘murga joven’ cuando tenía 15 años y ahí conocí a Ale. Salimos juntos también en la murga Contrafarsa. Hace muchos años que compartimos y es un honor estar en este ciclo; los que participan son todos grandes referentes para mí”, dice Riquero, quien también transita por el candombe y la milonga. “Pero mi disco es rioplatense más que murguero”, define.