Es difícil pensar cuáles son los límites al momento de filmar de Alex de la Iglesia porque todo está teñido de violencia, absurdo y salvajismo ¿Cuáles son esos límites, si es que los tiene? ¿O la moral no interviene en su toma de decisiones? De la Iglesia lo explica: “La moral es constante. Rodar es un ejercicio de moral. En cine se dice: ‘No está bien’ ¿Cómo que no está bien? ‘No está bien porque no se ve bien lo que pasa. No van a entender bien. Aquí habría que poner un travelling, seguirle a éste mientras está hablando para no perder lo que dice’. Eso es un acto moral”, ejemplifica el director. “Son planteamientos morales porque, en realidad, nadie nos pide esto. Es uno el que dice: ¡Vamos a hacerlo bien’. Estás todo el tiempo discutiendo eso. Lo mismo que discutes sobre la técnica cinematográfica, discutes sobre la historia. Entonces, esto que estamos contando, ¿ayuda a alguien a algo o no? Al final, cuando ya he hecho catorce películas, lo que más me angustia es el momento de decidir qué película voy a hacer”, concluye De la Iglesia.