El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó oficialmente su precandidatura para las elecciones del 2 de octubre este sábado. Se perfila como favorito, pero la ventaja que tenía sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, se ha reducido levemente en las últimas semanas. ¿Cuál es el margen de crecimiento para uno y otro candidato?

Esta y otras preguntas fueron planteadas a la doctora en Ciencia Política brasileña Luciana Santana, quien en diálogo con ARN mencionó algunos factores que serán claves en la recta final hacia octubre. El contacto de Lula con la gente, los apoyos explícitos que reciba Bolsonaro y el rol de las redes sociales, entre otros, se combinarán para que la victoria sea de un expresidente que genera “esperanza” y “una nostalgia muy grande” o de un mandatario que “no tiene ninguna simpatía por la democracia”.

-¿Qué representa para los brasileños que Lula vuelva a ser candidato presidencial?

-Desde el fin del gobierno de Lula, en 2013, la gente ha pasado por muchos problemas sociales y ve en Lula a alguien que puede representar sus ansiedades y demandas. Brasil está en una situación muy grave desde el punto de vista social, y no hay otras opciones. Lula, después de que los procesos judiciales en su contra se anularon, se ha convertido otra vez en esa esperanza de que algo va a pasar en Brasil, de que la gente va a volver a tener lo que tuvo hace años. Cuando se dice que Lula va a volver como candidato la gente se pone muy contenta, hay una nostalgia muy grande de sus gobiernos. También es cierto que la situación es muy diferente porque hay una parte de la población que se desencantó mucho con los procesos judiciales, que crearon un “antipetismo” muy fuerte, para el cual contribuyó mucho la desinformación. Pero hoy, con la posibilidad de comparar lo que tenemos hoy con el gobierno de Bolsonaro y lo que tuvimos con Lula, cuando la gente podía comprar cosas, un coche, comer carne, viajar, y hoy eso no es posible, porque la inflación está muy alta…

-Lula se perfila para conseguir un tercer mandato como presidente: ¿por dónde vienen sus principales ideas?

-En primer lugar, creo que va a hacer un nuevo pacto con las élites para garantizar que mantengan muchos beneficios que han ganado [durante el gobierno de Bolsonaro] y un diálogo con la derecha. Incluso por eso su compañero de fórmula es el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin, es como la continuidad de lo que fue en su momento [el primer vicepresidente de Lula] José Alencar, la garantía de que está abierto al diálogo con esos sectores. El segundo punto estará en la cuestión social: retomar como prioritarias, que hoy no lo son, las políticas de asistencia social, de educación, etcétera. El tercer término será la garantía de que la democracia será preservada, eso es muy importante para convencer al lector de que es una mejor opción que Bolsonaro, que no siente ninguna simpatía por la democracia. Los tres puntos serán fundamentales en su campaña, además de los diálogos con otros actores políticos de partidos que antes eran opositores. Hasta [el precandidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña, uno de los políticos de derecha con más visibilidad de Brasil] João Dória, el último gobernador de San Pablo, declaró que respeta a Lula, pero no a Bolsonaro porque el expresidente, además, es inteligente y democrático.

-¿Cabe esperar cambios en la campaña de Lula después del lanzamiento de la precandidatura?

-Hay un problema serio en su campaña porque no hemos visto algo sorprendente al punto de convencer a más electores de los que ya tiene. Otro error está en la relación con la población en las redes sociales, algo que Bolsonaro hace muy bien, trabaja bien en grupos de WhatsApp, pero también en Twitter o Telegram. Hace poco hubo un cambio en el equipo de campaña del PT, salieron personas que eran más próximas a Lula pero no tenían mucho la percepción de que se necesitaban nuevos mecanismos en su campaña. No sabría decir qué va a hacer, porque está en la transición para definir las mejoras estratégicas a ser adoptadas, pero creo que sí vamos a tener cambios.

-Todo indica que la campaña se va a mantener polarizada entre Lula y Bolsonaro.

-La “tercera vía” que se quería construir no ha sido posible y difícilmente lo sea en este escenario, en el que los dos están muy lejos de los demás, ni con Ciro Gomes [candidato del Partido Democrático Laborista, de centroizquierda, que figura tercero en las encuestas] ni con ningún otro nombre a la derecha; no creo que consiga un nombre competitivo, el escenario sigue siendo de polarización. Claro, los partidos van a presentar candidatos porque es importante que lo hagan para que pueda contribuir con la elección de sus diputados. Es más una estrategia de sobrevivencia de los partidos y menos una manera de cambiar los caminos de la elección.

-Más allá de que en las presidenciables la “tercera vía” no tiene buenas perspectivas, ¿qué se puede esperar en las elecciones legislativas de los partidos más grandes? Porque el próximo Congreso también va a ser clave, ni Lula ni Bolsonaro se perfilan para tener una mayoría propia.

-La coyuntura para el Congreso es distinta a Bolsonaro o Lula, pero Lula tiene un espacio de diálogo mayor con esos partidos, el Movimiento Democrático Brasileño, el Partido de la Social Democracia Brasileña, el Partido Laborista de Gomes u otros partidos de la centroizquierda. El centrão está con quien esté en el gobierno, creo que eso no va a ser una dificultad para Lula, aunque en campaña para Bolsonaro será más difícil conseguir esos apoyos explícitamente. En gobierno los dos van a tener éxito. En el caso de Bolsonaro porque aprendió que tiene que gobernar con el centrão, y Lula por su historia y su habilidad política para dialogar tanto con la derecha como con el ala más radical de la izquierda.

-Da la sensación de que la campaña de Bolsonaro para la reelección todavía no arrancó, ¿puede ser?

-Es que Bolsonaro siempre estuvo en campaña, desde su primer día de gobierno, y eso va a continuar, la diferencia es que va a aprovechar los próximos meses para ampliar o consolidar los apoyos de otros políticos, principalmente los que hoy están en el centrão. Pero una cosa será lo que pase ante nuestros ojos a nivel nacional y otra la que suceda en lo local. Por ejemplo, en [el estado del noreste de Brasil] Alagoas, donde estoy, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, que es del centrão, no va a hacer campaña para Bolsonaro. A nivel nacional puede decir que está con él, pero si lo dice acá puede perder votos. Eso puede repetirse en otros lugares en los que Lula es mucho más fuerte que Bolsonaro. Bolsonaro va a intentar presentar a [Walter Braga Netto, quien era hasta hace poco] su ministro de Defensa, como candidato a vicepresidente y también un acuerdo de que tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas, algo que ya pasó en la última campaña. También va a hacer una inversión mayor en la comunicación, en redes sociales, en la desinformación, intentando volver a temas como la corrupción en el PT, el “comunismo” del PT… esa va a ser la tónica de la campaña de Bolsonaro.

-Desde hace meses Lula encabeza las encuestas, pero su ventaja sobre Bolsonaro se viene reduciendo ¿Eso a qué se debe, Lula ha llegado a un techo?

-La distancia ha disminuido un poco, pero mucho más por la salida de [el exjuez de la Lava Jato y exministro de Justicia, Sérgio] Moro de la campaña que porque Bolsonaro sacara votos a Lula, porque Lula no perdió. Lo que hubo fue una migración de la intención de voto de la “tercera vía” a Bolsonaro, y es un voto que ya era de Bolsonaro en 2018, son los electores de Bolsonaro volviendo a su lugar de origen, no hay nada nuevo. Al comparar el rechazo a los dos candidatos, el de Bolsonaro sigue muy alto. Lula tiene un porcentaje menor, pero igual está el núcleo del antipetismo que no va a cambiar. Hay espacio para que Lula crezca, pero es necesario que él entre en campo, que vaya a las calles y que hable con la gente directamente. Eso no ha empezado aún. Cuando eso empiece, Lula puede subir un poco más en las encuestas.

-Bolsonaro fue muy votado en 2018, obtuvo 46% de los votos en primera vuelta y su intención de voto en marzo era de 26%, según la última Datafolha. ¿Cuántos de esos electores los perdió definitivamente o cuántos y cómo podría recuperarlos?

-Bolsonaro tuvo 54 millones de votos en 2018, pero estamos en otro momento, hemos cambiado mucho: Lula estaba encarcelado, [el entonces candidato del PT, Fernando] Haddad no era Lula, Bolsonaro había sido apuñalado en campaña. Hay mucha gente que no vuelve a votar a Bolsonaro porque se ha desencantado totalmente, especialmente por la parte de la economía, por los problemas de la gestión de la pandemia y, en la gente de menos recursos, por las cuestiones sociales, porque el poder de compra ha disminuido mucho. Es muy difícil que Bolsonaro pueda recuperar ese electorado. Lula será efectivamente candidato: no es otra persona o nombre del PT, es el propio Lula. 

*Agencia Regional de Noticias, especial para Página/12.