El presidente brasileño, Michel Temer, defendió su gestión sin mencionar el juicio que podría costarle el cargo ni referirse a su guerra velada con la Fiscalía o a las amenazas de deserción de sus aliados. Sin embargo, la pretendida sensación de normalidad y de avance en la agenda que busca impulsar el jefe de Estado podría ser la calma que antecede a la tormenta. A partir hoy, el Tribunal Superior Electoral (TSE) retomará un proceso judicial en su contra por abusos de poder y financiamiento ilegal durante la campaña de 2014, que podría anular en un plazo de tres días la elección y determinar la salida del presidente. La defensa del presidente de Brasil salió a criticar en duros términos al fiscal general del país, Rodrigo Janot, poco antes de que arranque el juicio electoral. El abogado Gustavo Guedes acusó a Janot de intentar empujar a los jueces del TSE a que anulen el mandato de Temer. 

En un acto con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente en Brasilia, Temer enfatizó que Brasil salió de su recesión histórica en el primer trimestre del año gracias a las reformas promercado. “Este gobierno consiguió hacer muchas cosas en sólo un año”, remarcó el mandatario, escudado por importantes figuras políticas como el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, el jefe del Gobierno, Eliseu Padilha, o el canciller, Aloysio Nunes. En los comicios de 2014, Temer (del Partido del Movimiento Democrático Brasileño) fue reelecto vicepresidente de Dilma Rousseff, destituida el año pasado por el Congreso bajo la acusación de manipular las cuentas públicas.

La denuncia ante el TSE fue presentada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que cayó derrotado en esos comicios y hoy es paradójicamente un aliado del gobierno de Temer. Y llega cuando falta apenas un año y cuatro meses para las elecciones presidenciales. El proceso, que hasta hace poco parecía condenado al fracaso, cobró cierta relevancia después de que el 17 de mayo se divulgara una grabación en la que Temer parecía avalar la compra del silencio a Eduardo Cunha, ex diputado preso por la causa Lava Jato e impulsor junto a Temer del impeachment contra Dilma, y escuchaba al empresario de la carne Joesley Batista, mientras éste le contaba cómo trataba de tener bajo control a los fiscales.

La grabación fue hecha por el propio dueño de la empresa JBS, que entregó la cinta a la Justicia en el marco de un acuerdo de delación premiada. Tras su divulgación, Temer pasó a ser investigado en el STF después de que el fiscal Janot lo acusara de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y organización criminal. Aunque la investigación y el juicio electoral no guardan relación, la delicada situación del presidente hizo que las miradas se posaran sobre el TSE como posible salida para un Temer acorralado y que se niega a renunciar.

Sin embargo, en la prensa brasileña se da casi por descontado que ese proceso podría alargarse si uno de los jueces del TSE pide vista para suspender el proceso y revisar el caso. En caso de condena, existen otros mecanismos para que el mandatario apele. “El presidente está seguro de su inocencia”, dijeron fuentes del Palacio de Planalto. Pero la posibilidad de que el fiscal Janot presente cargos contra el presidente antes o durante el juicio en la Corte Electoral es otro de los fantasmas que merodea entre bastidores del poder. “Tenemos indicios de que habrá movimientos e iniciativas de Janot en vísperas del juicio del TSE en un intento para presionar el tribunal a condenar al presidente”, denunció Gustavo Guedes, abogado de Temer, en una entrevista al diario Folha de S.Paulo.

Guedes dijo que al Planalto llegó información de que el fiscal tiene más material en su poder que comprometería a Temer y que podría difundir esta semana. Varios medios especulan con que la fiscalía podría publicar en los próximos días nuevos audios que incriminen más al presidente en el escándalo de corrupción que lo salpica. Si Janot denunciara formalmente al presidente, Temer se convertiría en imputado y sólo podría ser separado del cargo si los dos tercios del Congreso –que actualmente goza de una tambaleante mayoría oficialista– aprobara la denuncia. 

En este contexto, el abogado Guedes acusó a Janot de ejercer presión sobre los jueces del TSE para que anulen el mandato por una vieja denuncia de financiación ilegal durante la campaña electoral de 2014. “Tenemos indicios de que hay movimientos e iniciativas de Janot en vísperas del juicio del TSE en un intento de influenciar al tribunal para condenar al presidente”, publicó el diario Folha declaraciones de Guedes. “Nos preocupa mucho que el procurador general de la república se valga de toda la estructura que tiene para intentar influenciar a un tribunal superior”, agregó.

Como si los escenarios de inestabilidad no fueran suficientes, el PSDB debate su permanencia en el gobierno. “Vamos a esperar la decisión del TSE para dar una posición del PSDB sobre el gobierno Temer”, afirmó el alcalde de San Pablo, Joao Doria. Otra bomba podría caer de la mano de un hombre de confianza de Temer, el ex diputado Rodrigo Rocha Loures, detenido el sábado en Brasilia. El ex asesor, señalado por el empresario Batista como la persona directamente designada por el presidente para recibir sobornos, fue filmado cuando recibía de un emisario de JBS una bolso con 500.000 reales (unos 150.000 dólares). Si Rocha Loures hablara, Temer podría verse en aprietos.