Sucedió tanto en la reapertura simbólica del Teatro San Martín (la de la fiesta en la calle) como en la real, el día del estreno de la primera obra de esta nueva etapa, el pasado viernes: un grupo de estudiantes y egresados de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (Emad) se hizo presente en esos eventos para denunciar un conflicto que atraviesan desde hace siete años con el Gobierno de la Ciudad. Se trata del incumplimiento, por parte de éste y de la Dirección General de Enseñanza Artística (DGEart) de la que depende la escuela, de la Beca Familia Podestá, que anualmente se otorga a los mejores promedios de las diferentes carreras, que obtienen como reconocimiento un trabajo en alguna obra del San Martín. 

El problema es concreto y de base: pese a que el reconocimiento está amparado en una ordenanza, hay catorce graduados que nunca vieron efectivizada su beca, es decir, todos los que fueron beneficiados desde 2010. Sin bien es cierto que el San Martín estuvo cerrado un año y medio, ni antes de eso ni ahora que ya reabrió tuvieron respuesta alguna los adjudicatarios, que vienen insistiendo con sus reclamos y pidiendo respuestas a Marcelo Birman, director de la DGEart, Jorge Telerman, director del complejos de teatros del que depende el San Martín, y Ángel Mahler, ministro de Cultura porteño.

“El espíritu de la beca es generar una continuidad en nuestra formación profesional, de modo que es un estímulo y un reconocimiento. Tenemos muchísimo malestar porque no es algo que afecte al presupuesto y aun así pareciera no haber voluntad política para que eso sea así, algo que se da en paralelo a las propagandas del Gobierno de la Ciudad que dicen que Buenos Aires es la capital teatral mundial”, dice a PáginaI12 Tomás Fernández Castaño, graduado de la carrera de Formación del Actor en la Emad y uno de los beneficiarios perjudicados por la ya intolerable demora. “El mayor problema es que se va acumulando cada vez más gente a la beca. Todavía estamos en un número bastante fácil de resolver porque no son tantos los graduados a los que habría que darles un lugar. Pero si se siguen sumando más cada año, en algún momento va a ser muy difícil su inserción”, explica.

Además de ese reclamo, otro encaran los alumnos de la Emad en general, también expresado en las reaperturas del teatro oficial porteño más importante. Es el concerniente a la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín, que antes de su recordado cierre servía como sede para la exposición de trabajos, ensayos y muestras de fin de curso de los estudiantes de la Emad y las otras escuelas artísticas de la Ciudad, algo que desde su reapertura no sucede más. Habrá que ver si en este caso los funcionarios sí dan respuesta.