El papa Francisco ordenó la publicación en internet de miles de archivos del Vaticano que contienen información sobre la persecución a los judíos en el Holocausto.

La Santa Sede confirmó que los documentos están "accesibles a todos" virtualmente en el propio portal del Vaticano y recogen las peticiones de ayuda enviadas por los judíos de "toda Europa" a Pío XII, pontífice tradicionalmente acusado de pusilánime ante estos crímenes.

El material, entre cartas, instancias, datos sobre el inventario o nombre e identidad del remitente, "permitirá que los descendientes de quienes pidieron ayuda puedan buscar, desde cualquier parte del mundo, el rastro de sus propios seres queridos", indicó el secretario vaticano de Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.

En marzo de 2020, el propio Francisco decidió abrir para los académicos los archivos del pontificado de Pío XII, parte del cual transcurrió en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ahora, permitirá el estudio de 170 volúmenes y casi 40.000 documentos a cualquier usuario de la red.

En un primer momento, solo se publicará un 70 % del total del material, a la espera de que se digitalice el resto, se informó al respecto.

​La serie de archivos, denominada como "Hebreos" en los depósitos vaticanos, conservan "las instancias de ayuda dirigidas al papa por los judíos de toda Europa al inicio de las persecuciones nazis y fascistas", en la década de 1930.

Pío XII, Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, fue acusado de no haber alzado la voz contra el nazismo, que el mismo año en el que empezaba su pontificado iniciaba la II Guerra Mundial y el Holocausto contra los judíos de toda Europa.

El caso Werner Barasch

En un intento por defender su accionar, la Santa Sede publicó detalles de su intervención para intentar liberar a un estudiante universitario alemán de 23 años "de origen judío" apresado en el campo de concentración franquista de Miranda de Ebro, quien había pedido la intervención del pontífice en 1942.

El hombre, identificado como Werner Barasch, imploraba su liberación para poder llegar a Estados Unidos con su madre, que logró escapar en 1939. Pese a la intervención de la Secretaría de Estado vaticano, a través de la nunciatura en Madrid, el procedimiento se detuvo y no se supo la suerte que corrió Barasch.

Hasta que en 2001 el Vaticano tuvo conocimiento de que había logrado sobrevivir del campo de concentración español, alcanzar a su madre, estudiar e incluso escribir sus memorias, informaron.