Desde Düsseldorf

Casi las 20:55, la historia se repite, el ritual que se fue instalando a través de los años se empieza sentir bajo la piel, como en el film Groundhog Day (el dia de la marmota) muchas caras conocidas, es más parece que mucha gente ha estado freezada en el mismo lugar en el que estuvo un par de años atrás. No se apagan las luces, es todavía de dia en el hemisferio norte, en un estadio repleto con 60 mil almas que han hecho la vigilia para ver a los Die Toten Hosen: camisetas de todos los colores, de todas las giras, algunas con muchos años encima y litros de transpiración que las han decolorado,en la mayoría de ellas oraciones que son parte del ADN de la banda:”alles aus Liebe” ( todo por amor) y sí, claro, esto es amor, la devoción de decir presente y colgar la banderita de “sold out” en cada presentación en esta ciudad, y otra frase: “bis zum bitteren Ende” (hasta el amargo final), pero no hay ni siquiera un horizonte para ese final: hace unos pocos dias Campino sopló sus 60 velitas y ya tuvo que ser el orador de tres funerales de la familia HOSEN (la banda compró en el cementerio de Düsseldorf 17 parcelas, reencuentro en el más allá planificado), espera asistir a muchos más antes de que él mismo vuele por los aires, pero hoy en Düsseldorf quizás lo único que sabe a amargo es el primer sabor de una “Alt Bier” (típica cerveza de la ciudad, color Rubi) . 

La última canción que suena como música incidental en el estadio es “Blitzkrieg Bop”, la hora señalada para entrar en la trinchera delante del escenario, esto es puntualidad alemana a las 21 en punto sonaran los primeros acordes. Mientras, el cronista busca entre sus recuerdos alguna imagen de marzo del 96 en el “Adios Ramones” , donde los vio por primera vez, en compañía también de Iggy Pop que paradójicamente hoy también da un concierto aquí en Düsseldorf. Todo es difuso, la gente se apiña contra las vallas, dos estandartes se levantan a ambos lados del escenario. La histeria se va a apoderando del público, entre los acordes e imágenes al mejor estilo de un spaghetti western de Sergio Leone, suena: “3 akkorde für ein Halleluja”, una canción que se estrenó en mayo de este año ,que tomó el nombre de un documental sobre la historia de la banda que hizo Trini Trimpop en 1989, bueno en ese momento tener 6 años de vida para una banda punk era ya tener historia.

Los Ramones han muerto, la lagartija sigue de gira con 75 años a cuestas y estos casi sexagenarios se preparan para salir a dar batalla como desde hace 40 años, no solo es nostalgia de aquel pasado salvaje, realmente salvaje, es la emoción del presente, volviendo a tocar en casa, a orillas de Rin. Ya están ahí corriendo por el escenario, ¿habrá que ahorrar energía?, conseguir un pulmotor? No, no. Esta gente está entrenada como deportistas de elite. Las banderas se agitan, estandartes de la banda, de solo un club de Futbol, ninguna bandera de ningún país, ni de Alemania, pero entre distintos lugares de esa masa enardecida se asoman el celeste y blanco de banderas argentinas, para nadie es una novedad, la gente aquí sabe bien lo que significan “los Hosen” en nuestro país (ver aparte).

17 años atrás aparecía en el Suplemento No de PáginaI12 un artículo escrito después de haberlos visto sobre el escenario en “la ciudad prohibida” : Köln! ,si somos Punk, seámoslo en todos lados defendiendo nuestras convicciones a muerte, entonces pongamos las cosas en claro, nuestra ciudad es Düsseldorf y por más que Köln quede a 40 km, siguiendo el curso del Rin, es casi una tragedia shakesperiana

Entre Capuletos y Montescos, DTH dice: ¡no, nos gusta vuestra cerveza (kölsch) no nos gusta esa ciudad! , es más, se les atreven a los bávaros cuando cantan: “BAYERN” (Bavaria) diciendo que nunca irían al Bayern Münich, esta claro en Düsseldorf solo se puede ser del “Fortuna” aunque está en la 2da división de la Bundesliga.

Quizás sea un hecho que no se puede comparar si uno lo proyecta a Argentina, ya que las bandas no hacen una diferenciación tangencial tan grande a la hora de tocar de locales y defender su terruño, es como que Soda Stereo tocara solo para gente de Belgrano, Sumo para los vecinos de Hurlingham y los Piojos hubiera encontrado la felicidad al hacer conciertos en la base aérea del Palomar… simplemente: no existe en la realidad argentina. Como proyección, quizás un ejemplo sería un show de la Mona Jimenez en Córdoba, pero no, tampoco se puede desdoblar esta paradoja, de Düsseldorf salieron al mundo a patear todo lo que se les pusiera en frente, no fue solo una pose el ser punk y hoy vivir para contarlo. Si alguna vez Chavela Vargas dijo que se había tomado 45000 litros de Tequila en su vida, esta banda habrá con seguridad logrado algún record en metros cúbicos de cerveza, Korn (bebida alcohólica de 37 grados) y otras yerbas.

Campino se asombra de haber llegado a los 60; él mismo no pensó que pudiera llegar a los 25. Entre show y show se extendían fiestas interminables y para quien vivió la locura de la música entre los 80 y los 90, fueron cien años por década; la regeneración entre conciertos con 20 años se hacía con un par de cajones de cerveza, a los 40 entre botellas de champagne y hoy a los 60 con ciertas bebidas Isotónicas a base de electrolitos. Lo cuenta Campino. La protesta y el desprecio por las normas de la sociedad son una cosa, comer vidrio otra. El éxito de 40 años de carrera es para aferrarse a él y ya no querer morir en el intento de ser temerarios sin sentido: ya no hay que trepar 30 metros sobre las columnas de sonido y cantar desde las alturas. Los años han ampliado  la legión de seguidores: padres, hijos, abuelos son parte de esta tribu fiel y mientras cada hit va acercando a la oscuridad boreal, las bengalas se encienden y en el “pogo” saltan chicos veinteañeros, entre abuelitos y abuelitas que animan a chocar sus cuerpos en el aire, en el agite que quizás un día más tarde sea razón de arrepentimiento mientras se enderezan los viejos huesos, pero bueno es fin de semana, pueden estar en coma hasta el lunes. 

Todo parece interminable, girando entre cada uno de los hitos musicales la horda se levanta con “Bonnie & Clyde”, se vuelve a aplacar para encender las miles de linternas que acompañan a todo un estadio que canta “You´ll never walk alone” (nunca caminarás solo), una verdadera fiesta en el patio de la casa DTH, en el estadio de Fortuna, ¿quién dijo que la nostalgia no de piel de gallina a hidalgos mohicanos con crestas extemporaneas?

En tantos años los recuerdos se desvanecen en viejas y descoloridas fotos que son fantasmagóricos testimonios de que todo alguna vez ocurrió. Quizás ningún miembro de la banda lo haya guardado en su cabeza y así lo muestran en su nuevo video que hicieron con “Wort zum Sonntag” (palabra para el Domingo) un clásico que grabaron en 1986, “allá lejos -dice la letra- todavía no tenemos sesenta, y ni estamos cerca de tenerlos, solo en ese momento contaremos: was früher einmal war“ (lo que solía ser), aunque Campino ya no quiera contar nada al respecto. Asi que con motivo de su 40 aniversario en abril, han refinanciado el texto de la canción 10 años más y la banda ha reescrito su canción. Ahora la línea correspondiente dice: “Todavía no tengo 70 años, y tampoco estoy cerca. Y solo entonces les diré lo que solía ser”, al final del título le agregaron "70 ist die neue 60, ihr Lutscher!“ (¡70 son los nuevos 60, you suckers!)

La gira “Alles aus Liebe” que empezó en junio, hará escala en el estadio Obras el 22 de octubre. Mientras tanto JPK, la discográfica que les pertenece, es una enorme maquinaria con muchos empleados, que velan por la continuidad del éxito: fue solo anunciar los conciertos en Suiza y vender en un par de horas 300000 tickets. 

Han pasado las 23 horas y siguen transpirando la camiseta, ya han salido tres veces más para los bises. La última: "Eisgekühlter Bommerlunder", viejo hit punk del 87, se apaga la noche y entre la gente que va en busca de sus autos alguien silba “Freunde” (amigos) y queda flotando la sensación de que estos 40 años solo tienen que ver con eso: un himno a la amistad quizás distópico para los moralistas, pero profundamente real, la amistad marcada a fuego, una frase que late rabiosa: "Wir würden füreinander lügen, notfalls auch vor Gott" (Mentiríamos el uno por el otro, si fuera necesario también ante Dios). ¿No hay moral en estas palabras? ¿O son realmente tan profundas porque han sobrevivido a todo y los ha mantenido juntos a pesar de todo, con esa amistad férrea que nadie pudo separar? “Schönen Gruss, auf wiedersehen” (un saludo y hasta luego), también un clásico.

La carta a los argentinos

Die Toten Hosen emitió una carta pública para sus fieles fans argentinos en la que recuerda el estrecho lazo forjado con el país desde su primera visita en 1992 y en la que los invita a la celebración por los 30 años de aquellas jornadas que se llevará a cabo el 22 de octubre en el mítico estadio Obras.

Bajo el título "Aprendiendo argentino, lección 30", en alusión a su disco de covers de clásicos punk "Learning English Lesson One" que lo trajo por primera vez al país, el grupo hizo un sentido relato sobre la sorpresa que experimentó ante la recepción del público local en aquel primer desembarco casi a ciegas, invitado por el recordado Pil Trafa, quien por aquel entonces estaba dando a conocer a Pilsen, su nuevo proyecto.

"Llegamos por primera vez a una tierra desconocida para nosotros. Esperando una sala vacía, subimos a aquel escenario de Halley un viernes de septiembre de 1992 en el alocado horario de 4 AM sin más expectativa que volver a casa recordando haber tomado Quilmes, comer asado y hacer algunos pocos y locos amigos", rememoró el escrito.

Y añadió: "¡No podíamos haber estado más equivocados! Aquella sala de aquel primer concierto estaba repleta y la presentación local de nuestro LP de covers punk `Learning English Lesson One´ fue una fiesta de tal magnitud que muchos aún hoy la recuerdan como un antes y un después en sus vidas. Sin dudas que sí lo fue en las nuestras. Un amor a primera vista".

En los párrafos siguientes, el grupo destacó que desde aquel día "Pil se convirtió en nuestro amigo de por vida y Argentina en nuestra casa fuera de Alemania"; y enumeró algunos de los grandes shows que protagonizó aquí, como cuando fue número de apertura de Ramones o de Faith No More.

"Hemos visitado los cuatro puntos cardinales de Argentina viviendo muchísimos sucesos increíbles junto a Uds. en lo que ha sido un largo y hermoso viaje con demasiadas historias demasiado particulares para poder recordarlas todas, ¡pues también hubo algunos pocos excesos que afectaron la memoria! Bebimos vino en Mendoza, nos bañamos en la playa de Mar del Plata en pleno invierno, paseamos desde Cachi (Salta) a Bariloche siempre con la mejor compañía: ¡Uds, nuestros fans y amigos!", puntualizó el grupo.

Acto seguido, Die Toten Hosen advirtió que no vive "del pasado", por lo que lanzó su invitación para el concierto con el que celebrará 30 años de relación con la Argentina.

"Siempre queremos seguir aprendiendo argentino. Y esta, nuestra lección 30, sin duda será muy especial también porque Pil lamentablemente ya no estará físicamente presente. Nos encargaremos entre todos -Uds. y nosotros- de dejar su nombre y legado muy alto y hacer sonar por siempre su inmortal música", completó el grupo, no sin antes pedirle a sus seguidores: "Vayan enfriando las cervezas y calentando los corazones que pronto estaremos juntos una vez más".