“Pasamos con dureza la tercera corrida que nos quisieron hacer”, destacó Alberto Fernández esta semana, como gesto de autoridad de su gobierno y respaldo a la conducción económica. El Banco Central volvió a comprar dólares para las reservas y el Ministerio de Economía superó el test de vencimientos de la deuda en pesos. Martín Guzmán y Miguel Pesce siguen en pista y por más que solo vengan curvas y cornisas, afirman que pueden sortearlas y dejar al Frente de Todos en carrera para 2023.

“Guzmán tendría que haber agarrado las mismas valijas que Matías Kulfas”, reclamó este viernes el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro. “La gente no puede vivir en la situación en la que estamos. Tenemos que ir contra los grandes monopolios”, insistió, poniendo en palabras el pensamiento de sectores del oficialismo, que consideran agotada la etapa de Guzmán y piden un recambio de gabinete urgente para tener tiempo de reconstruir expectativas de cara al año electoral.

El conflicto se expresa en un contexto interno e internacional delicado, con la oposición y el aparato mediático azuzando las llamas. El lockout convocado para el 13 de julio por la Mesa de Enlace es un ejemplo de ese comportamiento, que se suma a los piquetes y los actos de violencia de los últimos días por los faltantes de gasoil. La inflación más alta en cuarenta o cincuenta años en Estados Unidos, Alemania, España, Francia, Italia e Inglaterra, como ejemplo de la crisis global, en un contexto recesivo y sin soluciones a la vista para la guerra en Ucrania, exponen la gravedad de la situación en el terreno externo.

Los argumentos de Economía

Si algo caracteriza la gestión del gobierno es que se ha desarrollado en un escenario de crisis permanente, primero por la herencia de endeudamiento y descalabro generalizado que dejó la administración de Mauricio Macri, después por la pandemia y luego por la guerra. Guzmán destaca que pese a ello se fueron superando desafíos cruciales, como la reestructuración de la deuda externa, el acuerdo con el FMI y la reconstrucción del mercado de financiamiento en pesos, con lo que se evitó un estallido devaluatorio. A pesar de las repetidas voces de alarma sobre colapsos inminentes, la economía se mantiene a flote. Sufre toda clase de problemas, pero avanza y se recupera, según la interpretación del Palacio de Hacienda.

El Presidente se expresa en la misma sintonía. El hecho de dar por ganada una tercera corrida cambiaria valoriza a Guzmán como piloto de tormenta y le da crédito para seguir. La actividad económica sostiene el crecimiento a pesar de todo, mejora el empleo, se anticipa una caída en los índices de pobreza y hay un paulatino retroceso de la desigualdad social.

Los fines de semana record en materia turística y las expectativas de viajes para las vacaciones de invierno, dentro y fuera del país, exponen una realidad que no se aprecia por tanto ruido político en el oficialismo, más el que amplifica la oposición, señalan en defensa de Guzmán. “No son solo cuatro o cinco vivos que aprovechan el crecimiento, es parte del proceso de salida de la crisis para dar respuesta a las demandas sociales”, agregan.

Hay razones para apostar al éxito del programa económico en la segunda mitad del año, remarcan. Una de ellas es el comportamiento de la inversión privada.

La inversión en volumen físico, sin contar el efecto de la inflación, registró en mayo un crecimiento del 25 por ciento interanual, acumulando para los primeros cinco meses del año una expansión del 17,5 por ciento”, publicó esta semana el consultor Orlando Ferreres. En la medición en dólares, se estiman 7704 millones mensuales. “La construcción tuvo en mayo el mejor resultado del año, con un alza del 28,4 por ciento interanual y 18,3 en los primeros cinco meses”, apuntó. De todos modos, las importaciones de maquinarias fueron las que más movieron el amperímetro: “En mayo hubo un aumento del 21,6 por ciento anual en la inversión en maquinarias y equipos durables, acumulando una suba del 16,7 en cinco meses. Los equipos importados crecieron 41,8 por ciento anual, contra solo 2,9 de los nacionales”, completó.

La titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, subrayó también este viernes el desempeño de la recaudación fiscal. "Con un incremento superior al 82 por ciento en junio, la recaudación acumuló veintidós meses consecutivos con subas por encima de la inflación, lo que es un resultado que no se observaba desde el período 2011-2012".

El economista Sergio Chouza, de la Consultora Sarandí, elaboró en su último informe tres escenarios posibles para la suerte del programa financiero. El optimista dice lo siguiente: “El gobierno logra renovar todos los vencimientos de corto plazo, obteniendo financiamiento neto positivo acorde a los niveles acordados con el FMI. Se frena el flujo creciente de importaciones en el segundo semestre, y se cumple la meta de acumulación de reservas. Se reduce la salida de grandes fondos de los bonos en pesos, que recuperan su paridad. Esto descomprime las presiones devaluatorias. Sobre fin de año empiezan a converger a la baja las expectativas de inflación y surge margen para bajar la tasa de interés de referencia”.

Es la apuesta de Guzmán y del gabinete económico, que lo estiman posible porque afirman que a causa de la guerra se modificó la estacionalidad habitual en el ingreso de reservas al Banco Central, al tener que anticipar importaciones de energía y ver demorada la liquidación de la cosecha. El nuevo torniquete transitorio a las importaciones será esencial en esa dinámica. También destacan que los 6000 millones de dólares de créditos comprometidos con organismos internacionales no llegaron en el primer semestre como estaba previsto, pero que eso ayudará para lo que queda del año.

Los críticos de Guzmán

El escenario más probable para la Consultora Sarandí, de todos modos, no es el optimista, sino uno intermedio. “Aplaca el ruido financiero y el Tesoro puede renovar los vencimientos de deuda en pesos, aunque sin acumular financiamiento neto. El margen restante lo tiene que monetizar, superando los límites acordados en el programa con el FMI a través de la emisión contra DEGs o pautando un waiver. Se mantiene la inestabilidad financiera, y la paridad de los bonos queda en niveles mínimos. Aumenta la dolarización de saldos de grandes empresas, y el dólar financiero se acopla a la inflación (aún alta). El Banco Central mantiene la tendencia de suba gradual de tasas de interés”.

Si los hechos se dieran así, las posibilidades de ganar las elecciones para el Frente de Todos en 2023 se achican considerablemente. Es lo que evalúan mayoritariamente en el kirchnerismo. Por esta senda se llega a la derrota.

“La palabra del ministro es cada vez menos una palabra de autoridad. No coordina expectativas. Cuando dice que no habrá devaluación no termina de generar credibilidad. El programa económico no logró romper la inercia inflacionaria. En este momento deberíamos estar en un rango de suba de precios del 3 por ciento, no del 5. Las peleas internas, el hecho de haber sido el timonel de tormenta en la pandemia y la guerra, todo eso le genera mucho desgaste”, apuntan los críticos de Guzmán en el oficialismo.

“El reloj de arena ya está dado vuelta. Faltan catorce meses para las PASO. Todavía hay tiempo para hacer un recambio de la conducción económica. Se puede recuperar una narrativa de esperanza y si se llega a las elecciones con 2 por ciento de inflación mensual, no sería algo tan malo. Pero hay que hacerlo ya”, presionan.

En septiembre, el Ministerio de Economía deberá superar el examen más difícil del año en materia de deuda, con el vencimiento de títulos por 1,2 billones de pesos. El compromiso de junio fue por la mitad.

“Con el plan aguantar no se gana la elección. Se necesita una renovación de cara a la sociedad. Pero es indispensable que el Frente de Todos esté cohesionado, de acuerdo en las decisiones que se toman y tirando todos para el mismo lado”, plantea Chouza. El reloj está corriendo.