Antes de subirse al avión que lo llevó a Estados Unidos a un encuentro de alcaldes del mundo que tendrá una escala en Baltimore (seguro todos piensan en la serie The Wire y el tema del narcotráfico, pero no es sobre eso el encuentro); y otra parada en Nueva York donde Pablo Javkin disertará en la ONU sobre desarrollo sustentable y Agenda 2030, el intendente de Rosario sentó algunas bases políticas sobre la coyuntura y el año electoral que viene.

Como todos en la política y fuera de ella, está preocupado por la tormenta económica que desató Martín Guzmán con su renuncia y por la crisis política que logró imponerse incluso a las variables más perniciosas de la macroeconomía. “Si esto no se encamina termina feo”, dijo el mandatario. También aclaró: "Yo no soy candidato un año antes" y pidió a todos "ser muy cautelosos y responsables" en este escenario. Reconoció que la principal demanda a su gestión es por el servicio del transporte urbano de pasajeros sobre el que piensa inyectar algunos millones municipales, además de continuar con el reclamo a nación por las asimetrías de los subsidios al transporte respecto de lo que recibe el Amba.

Pero sobre todo Javkin resolvió de una vez por todas el tironeo al que él mismo está sometido dentro de la oposición: de parte de algunos porque quieren potenciarlo como futuro candidato y de otros para que arriesgue algo de su pellejo político de cara al futuro.

El intendente de Rosario mostró que su entendimiento con el gobernador Omar Perotti excede el marco de las necesidades mutuas y el alto grado de responsabilidad de gestión que ambos tienen. Es más que nada una personalidad política la que los acerca, una característica que comparten relacionada a que nada ni nadie puede arrastrarlos al terreno al que no quieran ir.

Esa situación fue patente alrededor de la discusión por el pago de la deuda histórica de nación con Santa Fe que, después de quince años tiene fecha, número y forma para ser liquidada. La oposición decidió que no podía “regalarle” a Perotti el momento del cobro que es mucho más que la acreencia de 151.800 millones de pesos sino que simbólicamente es un triunfo contra el centralismo, una marca del más puro y aguerrido federalismo santafesino, que habían iniciado Jorge Obeid, Hermes Binner y Carlos Reutemann. Parecía que esos laureles iban a coronar la gestión de Miguel Lifschitz pero el destino, la Corte Suprema y la poca predisposición de Mauricio Macri, terminaron por procrastinar el acto. Fue entonces un ariete opositor desde el mismo comienzo de la gestión del peronismo santafesino, al que le pedían que exija el pago de la acreencia aún sabiendo que eso no era posible porque era la justicia la que no terminaba de ponerle números a la deuda.

La semana pasada la oposición se sobregiró con el tema y traspasó límites que en la política provincial aún tiene sus defensores. Primero logró una foto multitudinaria donde estuvieron todos, desde el PRO hasta el socialismo, el radicalismo y el mismo Javkin. Pero el intendente de Rosario llegó sólo hasta ese borde del retrato opositor y se negó a señalar que el gobernador había “entregado a Santa Fe” en el acuerdo o a ingresar en la absurda polémica por la detracción de la Afip sobre el monto de la deuda. “Lo que yo peleo es para que esos títulos (los bonos con los que pagará nación) no pierdan valor y podamos destinar nuestra parte al pavimento definitivo que hemos proyectado”, repite Javkin tomando prudente distancia de los exagerados pataleos que protagonizaron algunos experimentados diputados provinciales de la oposición, algunos de los cuales tuvieron después que pedir disculpas, pero que en el momento no pudieron evitar ser arrastrados por el costado Pullaro de la beligerancia política vernácula.

El presidente de la Cámara de Diputados Pablo Farías "llamó al gobernador para disculparse por sus expresiones (lo había llamado “mentiroso”) y solicitó una reunión para recibirlo personalmente y comenzar a trabajar de otra manera”, publicó en su cuenta de Twitter el ministro de Gestión Pública Marcos Corach que agradeció el gesto. “Son pocos los que piden disculpas en nuestro ámbito y eso enaltece”, aseguró el ministro político de Perotti.

Pero el diputado Maximiliano Pullaro necesita la pelea, ésta y cualquier otra porque tiene que engordar como candidato y hacerle olvidar a la gente que fue el ministro de Seguridad de la provincia durante una etapa en que la problemática de la seguridad siguió siendo muy crítica.

“Toda la reunión tuvo una actitud desafiante hacia el gobernador y era el único que se reía de algunas cosas que allí se informaban. A tal punto que Perotti tuvo que llamarle la atención y después de eso se levantó y se fue antes de que terminara el encuentro”, contó a este diario uno de los presentes sobre la actitud del diputado Pullaro en la reunión convocada por el mandatario provincial para discutir con referentes de la oposición los pormenores del acuerdo con nación por la deuda histórica. Luego Pullaro dijo públicamente que la deuda era en realidad de “600.000 millones de pesos” y que “nos van a pagar con papel mojado”.

Es el mismo precandidato que esta semana le “robó” un video de campaña al titular de la AGN Miguel Pichetto donde se lo puede ver al dirigente del radicalismo santafesino decirle al funcionario nacional “nosotros acá en Santa Fe estamos haciendo todo lo posible para arrasar al kirchnerismo”.

En el futuro frente de frentes tienen un problema: son muchos, por eso esta semana el diputado nacional y vicepresidente del Pro, Federico Angelini dijo que "no encuentro un sólo motivo para ampliar el Frente (entre macristas y radicales)" y rechazó sumar al socialismo al entente. Por lo bajo también veta un entendimiento con el partido de Javkin. Pero que nadie se equivoque, no son cuestiones ideológicas las que guían a los dirigentes en estas etapas. Es la matemática, mientras más fuerzas integren el gran frente más hay que repartir y menos posibilidades hay para los que disputan lugares en las listas del año próximo. Es lo mismo que pasó hace poco con Lilita Carrió y su discípula provincial Lucila Lehmann que en 48 horas pasaron de vetar a Antonio Bonfatti y a Rubén Galassi a darle por la cabeza al propio Javkin que "toda la vida fue un cobarde", dijo Carrió. Si el intendente de Rosario y el exgobernador y exdiputado provincial del PS quedan afuera, hay más posibilidades de espacio para la Coalición Cívica a la que, por cierto, todavía nadie llamó para una sola reunión.