“El frente de frentes ya se murió. No va a ocurrir tal cosa”, le dijo a este diario un dirigente del radicalismo que aseguró que estarán -en el espacio no peronista de cara a las elecciones del año próximo en Santa Fe- “Juntos por el Cambio y otra coalición” de nombre aún incierto. El fiel de esa balanza se llama Pablo Javkin el que, aseguran, no tiene la menor intención de sumarse a un entente de radicales y macristas ya consolidado. Otra cosa es formar una alianza con algunos de esos sectores pero desde un espacio nuevo que no termina de nacer. Por el contrario, la vieja estructura Cambiemista es la que se consolida día a día con las estridencias del diputado Maximiliano Pullaro que asoma la cabeza en todas las batallas, sin obligaciones de gestión y con “escasa responsabilidad”, según indican algunos correligionarios a los que ya les empieza a disgustar la belicosidad de su discurso que suena cada vez más desafinado en medio de una crisis que tiene a los gobiernos en vilo por el estado de ánimo de la gente por la incesante escalada de precios.

El socialismo es otra de las bisagras sobre las que giran los acuerdos. Por ahora las cosas parecen claras para el Partido de la Rosa: Un pié en cada bote de la oposición. Un sector con Pullaro y otro con Javkin. Clara García, Mónica Fein y Enrique Estévez, cerca del radicalismo Evolución y sus aliados del Pro; mientras Antonio Bonfatti y Rubén Galassi hablan permanentemente con el intendente de Rosario. Es más, muchos ya lo ubican al ex gobernador como cabeza de lista de candidatos a diputados provinciales de Javkin, como para enfrentar una eventual candidatura del gobernador Omar Perotti en esa misma categoría. Con esos nombres la disputa sería bien atractiva.

El Pro nunca terminó de hacer pie en Santa Fe. Sus principales referentes terminaron consumidos en sus propias internas cuando el partido gobernaba el país. Su segundo plano es mucho más pronunciado ahora que están afuera del poder y la pelea es por ir colados en las listas de los radicales, es decir, al revés de la historia a nivel nacional. Una cosa es lo que despiertan Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich en muchas localidades santafesinas; y otra cosa muy distinta es lo que ocurre con las recorridas por esos mismos lugares con Federico Angelini y Gabriel Chumpitaz, por nombrar algunos de los que están en carrera.

Otros ámbitos, otros frentes

Más allá del frente peronista que gobierna Santa Fe y se cuida por el momento de no replicar el internismo nacional, hay otros espacios políticos que empiezan a mostrar perfiles y dirigentes que entienden o no se resignan a admitir que ya no hay espacios para proyectos progresistas. Como se preguntó en un acto la exconcejala socialista Lorena Carbajal: “¿Quién dijo que todo el electorado de esta provincia se volcó a la derecha?”.

Como se sabe, los locros para el socialismo santafesino tienen una profunda tradición política. Parte de esa mezcla rara de internacionalismo y nacionalismo que supieron construir aquí. Las comidas patrias se hicieron carne en la militancia universitaria del sector y se trasladaron a recordadas prácticas de pastelitos y empanadas que fueron haciendo despacio y con mística el repulgue de la fuerza política que gobernó por treinta años la ciudad de Rosario y por doce la provincia de Santa Fe. Hoy son menos y con menos ganas los que revuelven las cucharas pero la tradición sigue.

Así, el socialismo “oficial” vivió su 9 de julio con gigantografías de Hermes Binner y Miguel Lifschitz colgando de las paredes del recinto de un club y con Bonfatti, Estévez Boero, Fein y García recorriendo las mesas de militantes y adherentes.

Pero otro locro se destacó en Rosario en la fecha patria. El del socialismo no oficial, el que orientan Rubén Giustiniani y Eduardo Di Pollina, dos históricos que fueron clave en la estructura de poder del socialismo de las últimas décadas. Allí también se subieron al escenario el radical Fabián Palo Oliver, Verónica Benas y el diputado Carlos del Frade entre otros dirigentes. “De acá saldrá claramente alguna expresión político-electoral”, confió a este diario uno de los asistentes al almuerzo que aseguró que las conversaciones del grupo “son permanentes”.

Muchos se preguntan cómo es que Ciudad Futura no está allí. Sucede que el joven partido -que también es un partido de jóvenes- construye más cerca del peronismo aunque manteniendo su independencia. “Si va a haber un Frente de Frentes hay que oponerle un Movimiento de Movimientos”. fue la ocurrencia del concejal Juan Monteverde. Y lo amplió en una entrevista con el diario El Ciudadano: Ese “Movimiento de Movimientos”, no debería juntar siglas de partidos políticos, “debe juntar lo mejor del movimiento nacional y popular, lo mejor del movimiento de izquierda, lo mejor de los movimientos sociales, de los movimientos ambientalistas, de los movimientos feministas. Tiene que ser una lógica movimientista la que enfrente a la partidocracia”, aseguró.

Pero para los que gobiernan apenas si hay tiempo para estas cuestiones. Como dijo el intendente Javkin antes de su viaje a Estados Unidos, "no critico a los que están en campaña, pero no cuenten conmigo un año antes de las elecciones". De hecho admite que el transporte urbano de pasajeros sigue siendo una de las principales deudas de su gestión y que tiene que encontrar la manera de invertir 15 millones de pesos por mes de los escasos recursos municipales para que el sistema no tropiece más todavía. 

Lo mismo que el gobernador Perotti que gestiona ante la nación más aire para que las pymes santafesinas no frenen su crecimiento y que no decaiga la demanda de empleo. Maniobra frente a la restricción externa y las importaciones que necesita la industria santafesina. La provincia de Santa Fe es la que más dólares genera, como dijo la vicepresidenta Cristina Kirchner, pero el último informe del Instituto Provincial de Estadísticas y Censo (Ipec) determinó que si bien las exportaciones provinciales crecen, han disminuido en volumen.

Además, ambos niveles del Estado empezarán a enfrentar en breve las demandas de los gremios de trabajadores públicos que pugnarán igual que los privados por las reaperturas de las paritarias para recomponer los limados salarios.