Belu desea tocar la guitarra y dedicarse a la música, pero cumplir su sueño no será fácil, y para lograrlo tendrá que embarcarse en un viaje lleno de aventuras. De esa historia entrañable parte La magia de todas las cosas, una de las propuestas teatrales que ofrece el circuito independiente para disfrutar en familia durante estas vacaciones de invierno, y que puede verse en El Método Kairós (El Salvador 4530), los martes, jueves y sábados a las 15.

Escrita por Mariana “Cumbi” Bustinza, y con dirección compartida junto con Martín Goldber, el espectáculo cuenta con letras y música original de Facundo Salas, coreografías de Marina Paiz y la interpretación de Milagros Zabaleta; Juan Zubiri; Chechu Vargas; Tomás Cutler; Camila Ballarina; Daiana Núñez y Bárbara Tallon. Con mucho humor, y canciones para pensar, cantar y bailar, la puesta relata los desafíos que debe atravesar Belu para alcanzar sus metas pero sin renunciar a sus ideas. Dejar su casa, viajar al campo, hacer amigos nuevos, y hasta lidiar con los villanos de un sello discográfico, serán algunas de las sorpresas con las que la protagonista se irá encontrando.

De largo recorrido en la escena off, “Cumbi” se reencontró con Martín Goldber para dirigir este proyecto musical, luego de haber transitado juntos el laboratorio de creación en el Teatro Nacional Cervantes en 2017. Y como suele ocurrir en sus obras, la historia encontró inspiración en su propia experiencia. “Escribí esta obra pensando en mi hijo que tiene 4 años, y en qué quería que él viera, escuchara y sintiera. Porque me interesa hacer hincapié en lo que ven y piensan las niñas y los niños”, dice la autora y directora. “La temática de la obra es algo bastante clásico pero con una mirada actualizada. Yo siempre hablo sobre lo que conozco. Y en este caso, me parecía importante que la protagonista fuera una niña que se convierte en una mujer poderosa que va al frente, y que atraviesa muchos desafíos y decisiones como cualquier niña y joven de esa edad”, agrega.

En una línea similar a lo que revelaron sus trabajos anteriores, como Menea para mí (2015), Gorila (2016), Lo que quieren las guachas (2019) y La Meca (2021), “Cumbi” vuelve a darle protagonismo en esta pieza a las clases populares y su cultura, puesto que Belu pertenece a una familia trabajadora que busca sobrellevar las dificultades económicas. “Escribo sobre lo que sé, lo que me sale y lo que me interpela”, cuenta sobre su decisión de abordar conflictos sociales sobre tablas.

“Yo veo esta puesta y me emociono con lo que pasa, porque hay un mensaje esperanzador sobre lo colectivo y lo popular, dado que la protagonista busca, a través de la cooperación, que las personas que la rodean disfruten y gocen sin restricciones de sus derechos. Esa búsqueda genera el cruce de distintas realidades, y ahí se mezclan los sentimientos, las diferencias socioculturales y sus idiosincrasias. Y las familias agradecen mucho el mensaje y los valores de la obra. La energía del público es hermosa”, revela la joven teatrista sobre este trabajo que significa su debut como dramaturga de teatro infantil, y que coincide con su rol de dirección en otra propuesta para los más pequeños como es El secreto de los dragones, título que estrenó recientemente en el Teatro Metropolitan (Av. Corrientes 1343).

Allí, la música también es el eje de la trama. En la obra, tres amigos adolescentes y aspirantes a músicos -Nico, Fatiga y Vicky- deben unir fuerzas para romper con un hechizo que los convirtió en dragones. Con la autoría de Tatiana D’Agate, y la actuación de Ivanna Rossi, Tincho Lups y Luciano Rosini, el musical se completa con canciones emblemáticas de Charly García y puede verse viernes, sábados y domingos a las 15.

“Estoy muy contenta con esta experiencia. Me encontré en el rol de dirigir algo que no había escrito, y la verdad fue muy lindo el ida y vuelta con la autora y todo lo que fue surgiendo. Todo fluyó. Estos son mis primeros pasos en el teatro para las infancias de manera profesional, porque de chica hacía montajes en la plaza de mi barrio. Precisamente, en aquella época, me gustaban las obras de Hugo Midón, porque me dejaban una huella imborrable. Por eso hoy, como madre, prefiero que mi hijo vea este tipo de propuestas”.