El fiscal en suspenso (por licencia forzada) Fernando Cartasegna sigue sumando interrogantes en la investigación que se realiza sobre elementos de simulación en los supuestos ataques que recibió. Pero, además, hay una auditoría por la suerte que corrieron los expedientes de su fiscalía. El último signo de pregunta surgió por la desaparición de la voluminosa causa sobre la búsqueda del cuerpo del estudiante de Periodismo Miguel Bru, torturado y asesinado en 1993 en la comisaría 9ª de La Plata. Es decir, la causa no fue hallada durante el arqueo que realizó la Procuración General bonaerense en el despacho del victimizado fiscal. Rosa Schonfeld, madre de Miguel, sostuvo que “si desapareció la causa es intencional, y es pura y exclusivamente responsabilidad de Cartasegna”. Según la madre, Cartasegna había dado muestras evidentes de su desinterés por investigar el caso. “Es un expediente que no puede desaparecer así nomás: se requirió una camioneta para sacarlo de ahí y se hubiera visto el movimiento. Están tratando de sembrar confusión, como en el resto de los extraños hechos en los que apareció Cartasegna”, le dijo a este diario una fuente de la investigación. 

Desde el 29 de abril, el fiscal Cartasegna está en los titulares de los medios, presentándose como un héroe que resiste a mafias. Un dato que llama la atención es que designó como su abogado a Julio Beley, tradicional defensor de policías e incluso de Julio Carachico, mano derecha de Miguel Etchecolatz durante la dictadura. 

Tres supuestos ataques denunciados por el propio fiscal lo fueron empujando a una nube de sospechas que derivaron en una investigación y arqueo de las causas que se encuentran en su fiscalía. El primer ataque se produjo el sábado 29 de abril, en el centro de La Plata. Cartasegna dijo que tres personas lo amenazaron y lo golpearon a las 6 de la mañana cuando, según él, volvía de un operativo. Cartasegna sostuvo que lo amenazaron por una causa desprendida de la causa sobre las coimas de la Bonaerense. Los investigadores sostienen que en realidad venía del boliche Almendra y que el incidente habría ocurrido por motivos personales. El segundo ataque fue el más conocido: supuestamente lo sorprendieron en su oficina a las 17 del miércoles 3 de mayo, justo cuando Cartasegna se había despojado de su custodia. La hipótesis es que quería encontrarse con alguien sin testigos. Terminó atado con cinta con las manos para adelante, pero declaró que no pudo ver la cara del atacante. Más raro todavía fue que –según su declaración– el agresor le hizo escribir el nombre Nisman con una azucarera, lo obligó a mejorar alguna letra con la lengua y que el intruso haya cerrado la puerta por dentro antes de irse. El tercer ataque no fue tal, ya que se informó que habían disparado contra la casa pero lo que ocurrió es que el custodio disparó contra alguien que le resultó sospechoso. La evidencia más grave en contra de Cartasegna es que aparecieron panfletos con la cara del fiscal y de Nisman con la leyenda “conozca al futuro Nisman”. La Gendarmería determinó que esos panfletos se imprimieron en la fiscalía del propio Cartasegna. Bordeando las sospechas y la idea de desequilibrio, la Procuración ordenó un arqueo de las causas que lleva la fiscalía 4. 

Como motivo de los ataques el fiscal general de La Plata, Héctor Vogliolo, dispuso que las causas de Cartasegna se dividieran en tres fiscalías: Mariana Rufino, Alejandro Marchet y Hugo Tesón. Los funcionarios detectaron desaparición de dinero y drogas secuestradas en procedimientos. También que tenía frenados expedientes relacionados con abusos sexuales y pedofilia.

Ahora, entre los faltantes se detectó la ausencia del voluminoso expediente de la investigación sobre el paradero del cuerpo de Miguel Bru. La ausencia se detecta a simple vista: tiene 11 cuerpos, 2200 fojas.

La madre de Bru, Rosa, siente que “otra vez desapareció Miguel”.

“Hace siete años que la causa la tenía el fiscal Cartasegna, que no me atendía, y me decía caprichosa y desestimó datos que le aportábamos, él decía que no había nada que investigar”, manifestó la mujer.

La denuncia por la desaparición del expediente sobre la desaparición de Bru recayó en la fiscalía a cargo de Marcelo Romero, quien se excusó de tramitarla. Romero participó en el juicio oral en el que los policías Walter Abrigo y Justo López fueron condenados a perpetua, y Ramón Cerecetto y Juan Domingo Ojeda fueron condenados a dos años. Abrigo murió en prisión en 2003.

En general, parece poco imparcial que fiscales de La Plata investiguen a su par. Los pone en una situación difícil ya que se cruzaban con Cartasegna todos los días. Habrá que ver ahora qué se decide con este nuevo hecho, pero el fiscal viene acumulando expedientes en los que se esbozan simulaciones, treatalidades y actitudes muy poco claras. 

“Si desapareció la causa es intencional, y es pura y exclusivamente responsabilidad de Cartasegna”, aseguró Schonfeld. Y reconoció que siempre tuvo “serios problemas” con el fiscal “porque no le interesa la búsqueda de Miguel” aunque aseguró que “no esperaba algo así, es una barbaridad”. 

“Yo decía que no investigaba. Hasta el año pasado yo le pedía que investigue los datos que había e iba a la fiscalía. Pero desde el año pasado debo reconocer que ya no he ido porque sentía que no valía la pena”, agregó la mujer, quien reconoció que ella “estaba buscando que le saquen la causa y la deriven a otra fiscalía”.

El procurador, Julio Conte Grand, ordenó una licencia para Cartasegna y luego estudios psiquiátricos. Después de la realización de esos estudios, los especialistas consignaron que Cartasegna no está en condiciones de volver a la fiscalía.