La lluvia y las condiciones más frescas brindaron algo de alivio este martes a cientos de bomberos que luchan contra un incendio forestal en el norte de California, que mató a dos personas y amenaza a la ciudad de Yreka, de 8.000 habitantes.

El departamento de bomberos del estado, CalFire, señaló que, si bien el clima había "mitigado la propagación del fuego", la vegetación en el área "permanece extremadamente seca" y en peligro de incendiarse por la caída de rayos. "La amenaza continua de tormentas eléctricas y los vientos fuertes y erráticos asociados podrían avivar el fuego", alertó CalFire, consignó la agencia AFP.

El incendio denominado McKinney, que arde en el Bosque Nacional Klamath cerca de la frontera con el estado de Oregón, es el incendio forestal más grande de California en lo que va del año, aunque sigue siendo mucho más pequeño que el Incendio Dixie del año pasado, que quemó casi 405.000 hectáreas.

Más de 22.000 hectáreas de este bosque escasamente poblado fueron devastadas y el incendio sigue totalmente descontrolado, según CalFire.

Los bomberos están construyendo líneas de contención para evitar que las llamas se propaguen, incluso con excavadoras para construir un cortafuegos para proteger Yreka, sede del condado de Siskiyou.

Las autoridades reportaron dos muertos provocados por el Incendio McKinney. El domingo dos personas fueron halladas sin vida dentro de un automóvil quemado en la entrada de una casa en la ciudad de Klamath River. El alguacil Jeremiah LaRue dijo que la pareja probablemente quedó atrapada mientras intentaba huir.

Sherri Marchetti-Perrault, que vivía junto a la autopista 96, le dijo al diario Los Angeles Times que su casa se quemó hasta los cimientos.

"Cuando nos fuimos, todo estaba en llamas", dijo Marchetti-Perrault al periódico y añadió: "Sucedió muy rápido. Nos fuimos con la ropa puesta. No podíamos respirar y no podíamos ver".

California, junto con gran parte del oeste de Estados Unidos, sufre la peor sequía en más de 1.000 años, exacerbada por el cambio climático provocado por la actividad humana.

Esto dejó el campo reseco y vulnerable a los incendios forestales que estallan naturalmente, haciendo que las llamas sean más calientes, más rápidas y más destructivas.

El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia en el condado de Siskiyou, y más de 2.000 residentes de la zona rural están bajo órdenes de evacuación.

Según la oficina del alguacil del condado de Siskiyou, el incendio destruyó más de 100 estructuras en los alrededores de Yreka, incluidas casas, una tienda de comestibles y un centro comunitario. "Los residentes en áreas circundantes deberían estar listos para irse si es necesario. No duden en evacuar", tuiteó el alguacil del condado.

El Incendio McKinney se produce pocos días después de que el Incendio Oak, cerca del Parque Nacional Yosemite, destruyera docenas de edificios y obligara a miles a evacuar.

California todavía tiene meses de temporada de incendios por delante.

Otras partes del mundo también enfrentan intensos incendios forestales este año, ya que los científicos dicen que el cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes e intensas, lo que aumenta el riesgo de incendios.