Loza está muy contento con el trabajo de Luis Machín en el unipersonal El mar de noche, dirigido además por alguien que admira, Guillermo Cacace (viernes a las 23 en Apacheta Sala Estudio, Pasco 623). El proyecto nació en un encuentro que director y dramaturgo tuvieron hace cuatro años, pero se concretó hace poco más de un mes. “Es la historia de un hombre grande que espera a su amado, que no va a llegar. Y esa no llegada va actuando en desesperación a medida que avanza la noche”, define el autor, y agrega que hay referencias a Oscar Wilde (De Profundis) y Thomas Mann (Muerte en Venecia). “La sorpresa fue que todo desembocara en Machín, que es magistral. Me pasa con (Valeria) Lois, con Marilú (Marini)… una sorpresa. Lo que hace es muy sintético, apenas se mueve en el espacio, pero es de una enorme humanidad, muy conmovedor. Celebro ver una actuación así. El de Machín es un talento que necesitaba eso: ser situado en un lugar de privilegio”, opina Loza. Además de esta obra, en Buenos Aires sigue en cartel Nada del amor me produce envidia, en versión de Diego Lerman, con actuación de María Merlino, estrenada hace casi una década (sábados a las 19 en Santos 4040, Santos Dumont 4040). Y pronto volverá Todas las canciones de amor, dirigida por Alejandro Tantanian, con la actuación de Marilú Marini. Las obras de Loza se ven también en otros países. Por ejemplo, recientemente Romina Paula dirigió en Francia una que aquí no estrenó, El corazón del mundo.