El terremoto político que causó hace exactamente un año el referéndum que separó al Reino Unido de la Unión Europea tuvo, en sus primeras horas, una propuesta para morigerar los efectos del Brexit: el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos europeos en suelo británico, algo que bloqueó la entonces ministra del Interior y hoy premier, Theresa May. Así lo reveló el Evening Standard.

"Todo el gabinete estaba de acuerdo en hacer una oferta unilateral, salvo la entonces secretaria de Interior, Theresa May, que se empeñó en bloquearla", señala el diario sobre la alternativa que planteó el entonces primer ministro David Cameron, quien proponía el reconocimiento automático de los ciudadanos con pasaporte de la UE y quería que fuese su última decisión antes de dejar el gobierno, que terminó en manos de May.

Pocas horas antes que el Evening Standard revelara la postura de May, la premier ofreció a los líderes del bloque continental otorgar el status de “residentes permanentes” a los europeos con cinco años de residencia en Gran Bretaña. "Es una oferta justa y muy seria que da confianza y certidumbre a los ciudadanos sobre su futuro", afirmó ahora, un año después de oponerse a una iniciativa similar de su antecesor.

El Evening Standard subraya que, en julio de 2016, los otros aspirantes a suceder a Cameron, Michael Gove y Andrea Leadsom, ambos férreos partidarios del Brexit, habían manifestado su apoyo a la propuesta del entonces premier, y May había quedado a la derecha de todos ellos.

La cuestión afecta por igual a los 3,2 millones de europeos que viven en Gran Bretaña y a los 1,2 millones de británicos que viven en el continente. 

La propuesta actual de May, quien espera algún tipo de “reciprocidad” de parte de Bruselas, “es un primer paso, pero no es suficiente”, advirtió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. “Un regalo dudoso”, calificó la oferta Charles Michel, primer ministro de Bélgica, quien agregó que "lo que queremos es ver los derechos de los ciudadanos de la UE garantizados permanentemente”.

Mientras continúa el debate acerca de los residentes a ambos lados del Canal de La Mancha, y Londres se niega a reconocer la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia como garante de los derechos de los inmigrantes de la UE y de aquellos británicos que residen en Europa, May trata de formar un nuevo gobierno tras su derrota del 8 de junio, que la obligó a ofrecer un hasta ahora incierto acuerdo con los unionistas del Ulster.