Alejandro Dolina narra en La Venganza Será Terrible la historia de la cosmogonía de cada pueblo acerca de la forma de la Tierra.

Filósofos hindués, sacerdores babilonios, egipcios y los primeros griegos: todos ellos coincidían, con algunas variantes, que la tierra era plana y la bóveda celeste un inmenso caparazón.

Sin embargo, los griegos, que de todo dudaban, comenzaron a minar ese pensamiento, y figuras como Protágoras y Anaximandro cultivaron la idea de que nuestro planeta era esférico, ya que la esfera era considerada el más perfecto de los cuerpos.