En su editorial, el periodista y conductor de El Gato Escaldado César Litvin analizó el punto de inflexión que resultó ser el mes de diciembre del 2001 para la historia Argentina. Señaló que parece que cada vez hay menos memoria sobre cómo se llegó al estallido económico y social y cómo se salió con el kirchnerismo de aquella situación. Así, dijo al respecto: "Tenemos que trabajar para nosotros, para nuestro pueblo y para que los beneficios de una gestión que estimamos va a ser exitosa queden claritos quiénes son los responsables".

A 20 años del 2001

Son 20 años. 20 años del 2001. Decir 2001 claramente remite a aquel mes aciago por tantos motivos. Especialmente por la cantidad de muertos que finalmente dejaron las jornadas del 20 y 21 de diciembre después de la violenta represión por parte de las fuerzas policiales del gobierno de Fernando de la Rúa.

¿Cuánto recordamos de aquella experiencia? De las razones, de los motivos por los cuales ocurrió. Yo tengo mis dudas. Habría que buscar artículos que se escribieron por aquellos tiempos. Me acuerdo que se hablaba de un estado asambleario, de las plazas llenas de gente y aquellos que ante situaciones así se entusiasman pensando que estamos frente a un cambio epocal.

En verdad de aquellas ilusiones quedó bastante poco. Lo que finalmente emergió fue una expresión política novedosa que era la aparición de un dirigente bastante desconocido, como era Néstor Kirchner, que finalmente se convirtió en la punta de lanza de un gran movimiento político.

La gestión de Néstor

El kirchnerismo no vino a ser la República Francesa de las barricadas o tantas cosas que pasaron por la cabeza de muchos argentinos que pensaron que la crisis iba a producir algo así como una especie de hecatombe de la que iba a surgir un nuevo orden.

Con el tiempo se fue consolidando un proyecto político que ordenó al país y que permitió recuperar un ciclo virtuoso de crecimiento y distribución de la riqueza prácticamente inédito. Que fue el que va de 2003 a 2011. Después entramos en un periodo de crisis que comparada con la actual es un juego de niños. Pero en aquel momento pegaba bastante fuerte.

Como sociedad hemos olvidado seriamente lo que significó aquel momento. Esa crisis que básicamente tenía que ver con lo que terminó estallando en el Parlamento Nacional cuando se planteó que en Argentina había entrado en default.

Finalmente todo terminó con lo que ya sabemos y el primero de diciembre de 2001 se toma la decisión de establecer lo que se conoció como el corralito. Tengo esa sensación que me preocupa. Porque cuando pienso que la gente no se acuerda de algo que pasó hace 20 años y lo que muchísimos vivimos siendo adultos.

Memoria activa y desafíos

Esa falta de de memoria activa es preocupante, porque realmente lo que sucedió es que se fueron diluyendo en la memoria colectiva las grandes razones que nos pusieron en esa situación. Después vinieron diez años, doce años de fuerte crecimiento, impulsados por él kirchnerismo en el gobierno, que también parecen haberse esfumado en la memoria colectiva.

Venimos de ahí. Parece que nadie se acuerda del extraordinario nivel de crecimiento económico que alcanzó la Argentina durante los años del kirchnerismo, acompañado además del pago riguroso de las deudas.

Hay una obligación por parte del gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner, de hacer un esfuerzo fuerte, constante, gigantesco, para poner nuevamente la economía en marcha con la distribución, al mismo tiempo, de los beneficios. Que no sea simplemente un número que no llega a muchísima gente.

Al mismo tiempo tenemos una dura batalla que quedar en el terreno del convencimiento para que ese proceso virtuoso de una economía que vuelve a crecer, que recupera resortes que había perdido, hacer es un esfuerzo que tiene que ver con que a la sociedad le quede claro quién es el responsable de ese fenómeno.

Si no vamos a terminar haciendo muy bien las cosas, pero va a ser indiferente que lo hayamos hecho nosotros. Siempre vivimos trabajando para otros. Ahora, en este caso, tenemos que trabajar para nosotros, para nuestro pueblo y para que los beneficios de una gestión que estimamos va a ser exitosa queden claritos quiénes son los responsables.

Vivimos tiempos bastante complicados. La memoria parece ser muy corta, las cosas se olvidan con demasiada rapidez y parece que todo se decide a último momento. Nuestro último momento es hoy, mañana o pasado de acá hasta 2023. Hay que trabajar con esa mentalidad.