El 19 de diciembre de 2001 Cristian Legendre recibió un tiro en la nuca delante de su madre y sus hermanos, cuando vio cómo un comerciante le disparaba a la gente que pedía comida. Le gritó que iba a matar a alguien, y la víctima fatal fue él.

Pasaron casi 20 años de ese episodio y de los otros 37 que terminaron con muertos, según el registro oficial, a causa de las violentas represiones con las que se respondió a las protestas que se dieron durante el estallido social del 19 y 20 del 2001, mientras el país estaba sumido en una profunda crisis económica y política.

Nora Vega, la madre de Cristian, recordó a su hijo, que en el momento de su fallecimiento tenía 22 años: "Era un chico muy inquieto. Todos mis hijos son especiales, pero el fue una cosa que no sé". "Mi hermano era una persona de buen corazón y quizás le pasó eso por lo él dijo. 'Bajá el arma, ¿no ves que hay un chico y una mujer acá', le dijo", agregó uno de sus hermanos.

Y su hermana contó sobre ese día: "Cuando nosotros escuchamos los tiros escuché que mamá decía: 'Cristian, Cristian' vimos la bicicleta tirada de mi hermano y fui corriendo porque lo veía a mi hermano que venía caminando lento y blanco. Ahí cayó. Mi hermano recibió cinco balas, dos de frente y tres de espalda".

"Te queda esa sensación de tristeza hasta el día de hoy, por más que pase el tiempo. Quizá la gente se olvida, los gobiernos olvidan, la gente se olvida que hubo muchas familias que quedaron detenidas en ese sufrimiento", describió uno de los hermanos en La García por AM750.

El relato de la madre de Cristian

En 2010, a casi nueve años del crimen, Miguel Angel Lentini, el hombre que mató a balazos a Cristian, fue condenado a diez años y ocho meses de prisión. Ese año, en una entrevista a Página/12, Nora recordó ese agobiante día de diciembre del 2001.

A dos cuadras de la casa estaba el supermercado Stefi, un negocio mediano, en la esquina de Gamboa y Helvecia. “La gente estaba en la puerta del local, como esperando, y el dueño salía con bolsas de alimentos. Agarraba la bolsa que le daba el dueño y se iba”, contó. Cristian había ido con su bicicleta a la peluquería, que queda casi enfrente del supermercado.

“Vi que venía este hombre con su hija, él era el suegro del dueño del supermercado. Bajaron del auto a una cuadra y caminaron hacia el negocio. Llevaba un arma en la mano. Y cuando pasó al lado nuestro escuché que rezongaba: ‘¿Por qué no les van a hacer esto a los políticos?’”, dijo al medio citado.

Y continuó: “Estaba en la vereda de enfrente, en la esquina, con la bicicleta. Estaba en cuero, con la remera al hombro. Ni siquiera estaba en la puerta del supermercado.”

Los testigos que estaban al lado de Cristian contaron que el chico, cuando el hombre pasó al lado de él, le dijo: “¿Qué hacés, viejo? Guardá el arma que hay muchos chicos, no vas a tirar”. Fue lo último que dijo el hijo de Nora. Lentini le apuntó al cuerpo, le dio dos tiros en el pecho y cuando el cuerpo del muchacho se dio vuelta, otros tres disparos por la espalda.

El agresor siguió tirando, no al aire sino a la gente, y no mató a nadie más porque la puntería esta vez le falló: hirió a una mujer en la rodilla, a un chico en una pierna y a otro muchacho en el hombro. Cristian murió en el acto. El homicida escapó.