La abuela de una de las bebés que fallecieron en el Hospital Materno Neonatal Ramón Carrillo de CórdobaRomina Ceja, pidió ser querellante en la causa y develó detalles del fallecimiento de su nieta el pasado 7 de junio. Por el momento, la justicia cordobesa investiga cinco muertes bajo la presunción de "mala praxis y homicidio", pero no se descarta que pueda haber más casos. El personal sospechado de estar vinculado con los hechos fue apartado de sus funciones.

La autopsia indicó que la bebé, nieta de Ceja, falleció por un "paro cardíaco", pero la familia denunció que nunca tuvo en sus manos la documentación correspondiente. Además, indicaron que en los controles de rutina de la madre, de quién se preserva su identidad por ser menor de edad, los médicos nunca advirtieron de alguna situación de riesgo.

Respecto a los otros casos que se dieron a conocer públicamente este jueves, Romina se quejó porque "ninguna autoridad gubernamental se comunicó" para ponerlas al tanto de la situación. Salvo por el caso de otros dos bebés que nacieron sanos y fallecieron el mismo día que su nieta, Romina se enteró de la investigación en curso por los medios de comunicación.

Cuándo comenzaron las irregularidades

Romina Ceja relató en diálogo con La Voz del Interior que los problemas se iniciaron el 5 de junio, cuándo se acercó al centro de salud porque su hija había comenzado con el trabajo de parto. A pesar de las contracciones, los médicos del hospital la mandaron de vuelta a su casa porque tenía "poca dilatación".

De vuelta en su casa, la joven continuaba con fuertes contracciones y se acercó nuevamente junto a su madre al Hospital Materno Neonatal cerca de las 16.30 del día siguiente, pero no fue hasta pasadas las 19 que la ingresaron a una habitación. Ya a la madrugada del 7 de junio ocurrió el parto, aparentemente en condiciones normales.

Recién al mediodía, Romina pudo ingresar a la sala donde se encontraban su hija y su nieta. Sin embargo, la bebé recién nacida "lloraba mucho", pero los médicos que la atendieron no reportaron ninguna situación riesgosa o fuera de lo común. "Le curaron el pupo y la vacunaron", agregó la abuela de la bebé.

Dos horas más tarde, la mujer alertó a los médicos que su nieta tenía las manos frías y no quería tomar la teta. Ya en horas de la noche, pasadas las 22, los profesionales de la salud "revisaron a la bebé y se la llevaron. Antes de hacerlo, nos habían asegurado que la situación era normal", recordó la abuela.

"Cuando llegué mi hija estaba con una crisis de nervios y mi nieta estaba bajo cuidados", recordó la mujer y precisó que según la autopsia a su nieta le dieron dos paros cardíacos. "Todo estaba bien, la bebé estuvo en sus brazos y tomó la teta. Nos quitaron un ángel y la pieza donde iba a dormir sigue vacía y cerrada", se lamentó.

Las primeras medidas de la justicia

El fiscal de instrucción, Raúl Garzón, indicó que los fallecimientos se registraron entre marzo y junio de este año, de acuerdo a los datos preliminares. Sostuvo que se trata de una situación de “enorme gravedad” y aseguró que pueden llegar a ser "más de 10 las muertes".

El magistrado explicó que se trabaja sobre "varias hipótesis", entre ellas la de "mala praxis, homicidio o negligencia", entre otras líneas investigativas como la posibilidad de que las muertes hayan sido causadas por algún "virus hospitalario".

Entre las primeras medidas procesales, Garzón ordenó un allanamiento en el hospital y el incautamiento de las historias clínicas de los fallecidos, entre otros documentos considerados de utilidad.

Por el momento, son dos las denuncias particulares. A partir del estado público que tomó la información, no se descarta que otros padres sumen nuevas acusaciones sobre fallecimiento durante ese período.