Las autoridades del Hospital Materno Infantil y de la Asociación Salteña de Anestesia, Analgesia y Reanimación (ASAAR) se cruzaron en un conflicto por el pago de las prestaciones para realizar sesiones de radioterapia. La diferencia terminó en la suspensión del tratamiento de un paciente pediátrico con cáncer que recién ayer pudo reiniciar las sesiones de radioterapia ante la presión que generó la repercusión del hecho. El paciente, que es del Interior provincial, no está cubierto por ninguna obra social.

“La única víctima es el niño. Sabemos de la angustia de la familia y que no pueden hablar, por eso salimos a hablar por ellos”, dijo a Salta/12 la presidenta de la Fundación de Hemato-Oncología Pediátrica (HOPe), Guadalupe Colque, quien hizo las denuncias en medios locales. Desde el miércoles último, cuando se hizo pública la situación, hasta ayer el Materno Infantil y la Asociación confrontaron mediante comunicados oficiales.

Hasta donde se pudo reconstruir por los relatos de ambas partes, el conflicto se originó en el presupuesto que el Centro de Radio Terapia (que es privado) presentó a las autoridades del Hospital Materno Infantil para el tratamiento del niño. El costo de las sesiones de radioterapia se separó del pago de los honorarios por las sesiones de anestesia, cuya regulación corre por cuenta de la ASAAR. El costo por las 40 sesiones de anestesia (para igual cantidad de eventos de radioterapia) fue fijado en 400 mil pesos.

Ante un monto que consideró oneroso, el Hospital Materno Infantil decidió que un anestesista de su planta de personal realice esta práctica en su horario de trabajo y vaya a cada sesión con el niño que debía ser tratado.

Pero cuando el anestesista del Hospital volvió de la sesión, habría indicado que debía cobrar honorarios aparte por haber realizado la práctica, que así se lo había indicado la Asociación a la cual pertenece. Fue entonces que se suspendió el tratamiento, ante la falta de acuerdos entre las partes, dado que las autoridades del Materno entendieron que podían valerse de su propio personal para asistir al niño en la radioterapia en el sector privado, ya que paga sus honorarios. 

Un “colegio” paralelo

Juan López, secretario de Asuntos Laborales de la Asociación de Anestesia, confirmó a Salta/12 que el 100 por ciento de quienes se dedican a la especialidad de anestesia forman parte de esta entidad. “Pero no es obligatorio” ser asociado para ejercer, afirmó. Mientras que el presidente del Colegio Médico de Salta, Alberto Robredo, indicó en una nota con Radio Nacional que la de anestesia es la única Asociación que trabaja bajo condiciones diferentes respecto del resto de las especialidades. 

De hecho, se sabe por conflictos anteriores que se reune con las autoridades para regular sus honorarios en el sector público, y dispone la cantidad de residentes que pueden continuar con la capacitación.

La falta de anestesistas convierte la pericia en una de las llamadas especialidades críticas. Según sostuvo López, 121 anestesistas están asociados y representan el 100 por ciento de los especialistas en Salta. Afirmó que por cada 10 mil habitantes debe haber un anestesista. La población residente en la provincia se calcula en un millón 400 mil habitantes. Esto implica que debería haber al menos 140 anestesistas

Al ser consultado sobre este faltante, López afirmó que se deben sumar “entre los 8 y 10 residentes” que están en capacitación. Cuando se le señaló que aún así seguirían faltando, indicó que hay estudios de la misma Asociación que explican la distribución de los recursos humanos médicos en la provincia por la falta de complejidad de los hospitales en el interior provincial, y relativizarían la proporción más general.

El Ministerio de Salud indicó a Salta/12 que la provincia cuenta con 23 anestesistas “de planta”, “más de 10” que están con el convenio impuesto por la Asociación.

En tanto, de manera extraoficial, se señaló que si bien no habría obligación de asociarse, en caso de actuar como lo hizo el anestesista del Materno, yendo en su horario de trabajo a atender a un paciente del Hospital que estaba recibiendo un tratamiento en una clínica privada, podría costarle una sanción disciplinaria de la Asociación.

Por su parte, Robredo indicó que desde el Colegio Médico “es poco lo que podemos hacer”, dado que esta entidad solamente establece el “mínimo ético” que un médico debe cobrar por las prestaciones. “Es la Asociación la que rige cuántos entran (a una residencia) y a cuántos les toman examen. Sé que se trabaja en eso. Pero tenemos que llegar a un equilibrio según la necesidad que haya en la población”, dijo. Como ejemplo, puso el conflicto que significó en la pandemia contar con terapistas intensivos. “Hemos presentado cartas como Colegio para aumentar el número de anestesistas sin bajar la calidad de atención”, afirmó.

Pelea mediante comunicados

El gerente del Hospital Materno Infantil, Federico Mangione, salió a aclarar la situación que se había generado ante la suspensión del tratamiento del niño y la obstaculización que, sostuvo, generó la Asociación. Le pidió empatía.

Rápidamente la ASAAR respondió con un comunicado: “Alertamos sobre los riesgos a los que son sometidos los colegas, como incompatibilidad horaria, cuando son enviados a instituciones privadas y tienen un contrato de trabajo en el ámbito público”. En este punto, López recordó cuando la gestión anterior del Hospital San Bernardo denunció a anestesistas por la superposición horaria de sus horas en el ámbito público con las de su trabajo privado. Una situación diferente al presente caso, en el que el mismo Hospital determinó que un médico propio atienda al paciente sin obra social en un centro privado.

“Es necesario pensar en la inversión necesaria para que el Hospital Materno Infantil cuente con el servicio de radioterapia y profesionales correspondientes para poder dar respuesta a toda la comunidad que asiste. Los tratamientos deberían ser realizados dentro del mismo nosocomio evitando así traslados incómodos y desgastes físicos para los pacientes oncológicos”, indicó la Asociación. Desde el Hospital, en tanto, se aclaró que no tienen un centro propio de radioterapia, dado que son pocos los casos que deben ser atendidos.

Este viernes último, el Materno Infantil replicó: acusó a la “Asociación Salteña de Anestesia” de actuar de “manera corporativista” para obstaculizar que el anestesista del Hospital pueda llevar adelante “una práctica la cual es indispensable para que se efectúen las sesiones de radioterapia que el niño necesita”. Añadió que “el presupuesto de honorarios solicitado por el profesional anestesista para actuar en las sesiones de radioterapia es ampliamente superior que las mismas sesiones de radioterapias, siendo mayor al triple de dicho costo”.

La Asociación de Anestesia sostuvo por su parte que el Hospital quiso “ahorrar” dinero en los sueldos de los profesionales. Desde el Hospital se afirmó que “lo que existió fue la imperiosa necesidad de que se efectúe lo antes posible la práctica de radioterapia a un niño con cáncer carente de recursos, en donde al sistema público de salud le es imposible abonar los exorbitantes honorarios solicitados". 

Y agregó que "No debe perderse de vista la extrema situación económica que está atravesando nuestro país, la cual repercute ampliamente en el sistema de salud nacional y provincial, con lo cual, la imposibilidad de pago no es por efectuar un ‘ahorro’, sino por una administración de los recursos que permitan asistir a la mayor cantidad de la población que dependen solamente del sistema de salud provincial, en donde por supuesto juega un rol fundamental el Hospital Público Materno Infantil”.

El Hospital solicitó a la Asociación de anestesistas que “depongan su accionar y permitan que se efectúe la normal y correcta atención de los pacientes oncológicos pediátricos carentes de recursos”.

Ayer López aseguró que ante la situación presentada “la Asociación decidió hacerse cargo del pago de los honorarios del anestesista” por estas sesiones, según el cuadro de honorarios impuesto por la entidad.