Para matizar la época oscura que vivimos, recomendamos un paseo luminoso: visitar la exposición Mano de obra, de Juan José Cambre, con curaduría de Lara Marmor.

PáginaI12 reunió a ambos en la sala de exposición para conversar sobre el origen, los motivos y la selección de la muestra. El que sigue es parte del diálogo entre Cambre y Marmor.

Juan José Cambre: –El tema es que hice una exposición en el Museo Caraffa de Córdoba en el 2014, que curó Lucrecia Palacios y tomaba mi obra desde el punto de vista del paisaje, como una teoría del encuadre. El título era Desde el paisaje. En una sala había obras desde los años ochenta hasta el momento de la muestra y, en otra sala una, obra que se llama Art forum que ahora forma parte de esta muestra. Ka propusimos a la Colección Fortabat en aquel entonces y quedó en carpeta hasta que me llamaron para hacerla.

Como Lucrecia no podía ocuparse, llamé a Lara Marmor para la curaduría, luego de haber visto la muestra de Juan Becú que ella había curado en la galería Nora Fisch. En principio sabíamos que iría seguro este conjunto de 21 cuadros monocromos que integran la obra Art forum… todo lo demás teníamos que decidirlo.

Lara Marmor: –Cambre pensaba hacer una exposición antológica, como una continuación de lo que se había mostrado en el Caraffa. Pero terminó siendo algo completamente distinto. Vinimos a ver el espacio, esta inmensa sala cuyo frente es un enorme ventanal que da al canal y a los edificios; donde se ve el agua y el cielo, y entonces le dije a Juan José que el paisaje ya lo teníamos, por lo tanto no había que hacer una muestra sobre el paisaje.

J. J. C.: –Sólo mantuvimos algunos pocos elementos que resultaron como una suerte de “despedida” de la cosa paisajística.

L. M.: –Decidimos quitar todos los paneles de la sala -que en otras exposiciones se colocaron para tapar los ventanales o porque la obra lo requería-, para pensar en una muestra luminosa, a la medida de esta obra. La pintura de Cambre se va depurando cada vez más, se aleja de toda figuración y habilita este tipo de montaje. Yo le dije a Juan José: “hagamos una muestra sin paneles ni tabiques y con el paisaje presente del otro lado de los ventanales”. El redobló la apuesta y me dijo: “Entonces: sin figuración”. Lo que iba seguro era el conjunto de Art forum, que primero pensamos ponerlo en el piso. Quedaba muy lindo.. pero…

J. J. C.: –Pero como son telas sobre bastidores, al ponerlas horizontales se marcaba la cruceta y no quedaban bien. Además no sabíamos que iba a haber en Proa una muestra de Yves Klein con un monocromo en el piso, así que tomamos una buena decisión de colocar ese conjunto sobre las paredes, porque hubiera parecido un chiste sobre Klein, que no es la intención de esta serie.

L. M.: -Entonces, además de las obras que él ya tenía, Juan José empezó a pintar para esta muestra.

J. J. C.: –Sí, pinté las Superposiciones. Primero hice cinco pinturas que tomé como “matrices”. Son pinturas de pequeño formato en las que utilizo primero cuatro colores y luego sumo otros tres colores que se superponen, mezclándose, hasta formar trece colores. Después elijo un sector de la “matriz”, y pinto un cuadro de gran formato, que colgamos en la pared de enfrente, como si fuera un “detalle” de la matriz. Es un juego: con estas “matrices”como base se pueden pintar infinitos cuadros, de acuerdo con el día, con el lugar, o cómo los quieras combinar.

L. M.: –Esta es la obra realizada para la muestra. En los paneles centrales en ángulo, colocamos una serie de 2005: cuarenta y cinco verdes.

J. J. C.: –Son grabados, de plancha: monocopias. Y la obra que está del otro lado de los paneles está compuesta de los colores que usé para hacer los cuarenta y cinco verdes. Son las mismas planchas pero usando directamente las tintas con las que se componen los verdes.

L. M.: –La obra de 2014, los 21 monocromos de Art forum, también es un ejercicio.

J. J. C.: –Se llama Art forum porque yo venía haciendo esos catálogos del mismo formato, diseñados por Cecilia Szalkowicz y Gastón Pérsico, quienes me comentaron que los cuadros nunca caben bien en los catálogos: o porque son apaisados o por las proporciones. Entonces les dije que los próximos cuadros que pintara tendrían proporciones perfectamente adecuadas al catálogo. Ya tenía las proporciones: tomé un ejemplar de la revista Art forum y elegí los 21 colores que prefería. Enmascaré la revista. De algún modo era una publicación “artesanal” hecha en Art forum. Todas estas obras pasaron a integrar un catálogo realizado para el Museo Caraffa, en donde todas las obras están reproducidas, con la misma proporción pero en distintos tamaños. La colgada guarda el mismo orden en que están en la revista. Un orden intuitivo, que parte desde la misma selección de los colores, lo cual supone un modo implícito de colgar los cuadros.

L. M. : –Juan José siempre fue sustractivo, hasta llegar al monocromo… Hay que decir que para la serie Art forum, Ezequiel Alemián escribió, para cada uno de los 21 monocromos, textos de imaginación libre, que no tiene nada que ver con el color y que él coloca en el terreno de las “improvisaciones” . El conjunto de textos se llama Un balde con papel picado y está incluido, como una separata, en el catálogo de la exposición.

J. J. C.: –Yo tenía desde hace tiempo la idea de darle el valor del color al cuadro. Pero no sé cómo llegué al monocromo, aunque la figura siempre fue un pretexto. Podría decir que llegué al monocromo a través de los grabados. Cuando empecé a hacer unos grabados de vasijas, me gustó tanto hacerlos que me compré una prensa y empecé a hacer planchas recortando material de alto impacto. Hice experimentos hasta llegar a la proporción definitiva. A partir de entonces utilicé solamente esa plancha. Entonces empecé a comprar tintas de imprenta. Y para llegar a los verdes, era muy lindo el momento de la combinación de las tintas.

L. M.: –El modo de llegada de Juan José al monocromo no es resultado de teorías, sino de la intuición y la práctica.

J. J. C.: –La parte teórica aparece después.

L. M.: –Quizá lo de Juan José es más matemático. Porque en estos meses de trabajo con él, vi que se la pasa haciendo cálculos que tienen que ver con las proporciones y con cómo se compone cada color o si es puro y cómo juega tal color en relación con otros. También hay videos en la sala. Por ejemplo: uno de esos videos -proyectado con un cañón sobre una pequeña pantalla colocada sobre uno de los grandes ventanales- es una imagen que Juan José filmó en 2009. Se trata de los reflejos del sol sobre el agua, como lo que hacía en las pinturas de aquel momento. En este caso, quien se acerca a esta pequeña pantalla, lo que ve es el video, pero también. a través de los ventanales, ve el reflejo del sol sobre el agua del canal. Jugamos con la literalidad del reflejo en la obra y en el paisaje real.

J. J. C.: –También hay un video anterior, incluido en la muestra, donde se ve la luz a través de las ramas de los árboles. Esto es parte de lo paisajístico que hay en la exposición. Y está la serie de veinte fotografías del cielo, impresas sobre papel cuadriculado para filatelia. Este conjunto tiene el título Un cielo completamente despejado es estático: no puede proporcionar un espectáculo.

L. M.: –El título de la muestra, Mano de obra, lo tomamos de una conversación sobre Diderot, pero también es un rescate del trabajo continuo de Juan José, que se la pasa pintando. Es una reivindicación del trabajo manual, del acto de pintar. 

J. J. C.: –Si la figuración en mi pintura fue muchas veces una “excusa” para mostrar el color, en esta muestra el color es el motivo central: la zanahoria del burro.

* En la Colección Fortabat, Olga Cossettini 141, Puerto Madero, hasta el 30 de julio.

Parte de la serie de las Matrices, de Juan José Cambre.